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Un paseo por el Valladolid más festivo
La ciudad se transmuta en época estival para llenarse de multitud de experiencias con las que divertirse, adentrarse en su patrimonio cultural y paisajístico y arrinconar el estrés.
En Valladolid, una ciudad eminentemente cultural, hay tanto para ver que lo mejor es hacerlo con guía. El anfitrión no solo es el que nos invita a cenar, como en el teatro de Molière, sino el que nos da la bienvenida y agasaja con las bondades del lugar. Y, en este punto, Pucela está preparada para oficiar como tal. Especialmente en verano, cuando los días y las noches se estiran y se para el reloj.
Si estas propuestas turísticas fueran una película, sería para todos los públicos. De ahí que muchos planes tengan la etiqueta de familiares. Como ocurre con El Tesoro del Estanque, una actividad con título de novela de aventuras en un espacio natural a su medida. Consiste en descubrir todos los recovecos del pulmón verde de la localidad, el Campo Grande, con una yincana por este parque del XIX, romántico hasta decir basta, donde viven pavos reales, ardillas, patos y cisnes en libertad. Más de 11,5 hectáreas en el corazón urbano, con senderos, fuentes, riachuelos, un estanque con barquero y cascada. El mismo escenario en el que se desarrolla la visita guiada Jardines Musicales. Se trata de enrolarse en un recorrido por los siglos al son de acordes tradicionales a cargo de la propia conductora del acto, especializada en musicología y violinista, que interpreta animadas piezas populares.

Historia, aventura, idiomas y secretos
Los nombres sugerentes acompañan a estas experiencias, que este año se amplían con Descubriendo a Colón, que te sumerge en el pasado. Está configurada como una visita guiada dirigida a todo el mundo, que se realiza en la Casa Museo de Colón. A través de las explicaciones del propio personaje histórico, se van descubriendo aspectos muy curiosos de sus viajes y de su vida. Otra buena opción para remontarse siglos atrás es Valladolid Histórico, ruta por las plazas Zorrilla, Mayor y San Pablo, incluyendo la Catedral. En esta ciudad se casaron los Reyes Católicos, falleció Colón y nació Felipe II. Aquí llegó a haber 400 palacios. Y cuenta con una iglesia del XIII, la de la Antigua, donde el románico se funde con el gótico, en una localidad que respira Renacimiento.
Aquí los planes se multiplican. En barco, en globo, en bicicleta y a pie. Ahí está la sugerente visita a la Academia de Caballería, ejemplo de arquitectura neoplateresca que alberga un museo con pintura, escultura, armas, sillas de montar… Y el alabado paseo Ríos de Luz, cuando todo se enciende y los edificios se visten de gala. Al caer la noche también se es momento de seguir el tour teatralizado Fantasmas y Más, que recorre edificios y lugares icónicos. En cambio, la Ruta Arqueológica por los vestigios del pasado está pensada para las mañanas de los sábados.

Los aficionados a las alturas podrán subir a la Torre de la Catedral, levantada en 1888, y que regala unas vistas de la urbe y sus alrededores a 70 metros de altura. Otra incursión que también promete, es Valladolid y sus Secretos, realizada en viernes alternos y de noche. Está escenificada, lo que permite toparse con personajes fascinantes, como Hugh O’Donnell, príncipe irlandés del XVI. Existe hasta un Valladolid en Idiomas, en inglés y francés. Planes todos ellos que se pueden reservar en las Oficinas de Turismo, en la estación de tren y en la página web info.valladolid.es.
Cuando asome septiembre, con el otoño a la vuelta de la esquina, le tocará el turno a la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo, del 5 al 14, con el aliciente de que este año se cumple su 25º aniversario. Reserva fecha.