De Blanes a Portbou: esta es la ruta de senderismo más espectacular de la Costa Brava
Begur, en la Costa Brava. Foto : Hotel Aigua Blava

De Blanes a Portbou: esta es la ruta de senderismo más espectacular de la Costa Brava

Siempre es bueno tener a mano un mapa. Ahora para ver el trazado del Camí de Ronda, que va de Blanes a Portbou y pasa por Tossa del Mar, Palafrugell, Calella y, por supuesto, Cadaqués. Es quizá la ruta senderista más emocionante que se nos ocurre, con subidas y bajadas, escaleras sinuosas, pinos como sombreros para protegernos del sol, pueblos blancos y preciosos, y aguas azules como pintadas por el mejor Dalí.

Ángeles Castillo | Septiembre 30, 2025

Nos adentramos en un tramo del GR-92, este gran recorrido de esencia puramente mediterránea. Más de 200 kilómetros que transcurren al ladito del mar que puedes hacer en forma de ruta de senderismo escalonadamente, paso a paso. O todo, o parte, o simplemente el trecho que pasa por tu refugio vacacional en la Costa Brava. Prepárate porque el Camí de Ronda es una auténtica odisea sin cíclopes ni lestrigones (guiño a Cavafis y a Homero), pero sí con todo lo demás. Una panorámica marinera que te hará creer que estás navegando. Todo a estribor y con avistamientos de ensueño.

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El Camí de Ronda, ruta senderista. Foto: Costa Brava i el Pirineu de Girona

A esto habrás de sumar la emoción de estar pisando los senderos que antaño utilizaban los pescadores, pero también los contrabandistas y las patrullas de vigilancia. En Blanes tropezarás con el castillo de Sant Joan, situado estratégicamente a 173 metros sobre el nivel marítimo y tan icónico como Sa Palomera, esa roca que es el principio de la Costa Brava. 

En Lloret de Mar habrás de alcanzar la ermita de Santa Cristina, presumiendo de blancura entre los pinos y con la escultura de la Mujer Marinera, conocida como la Venus de Lloret, con sus 2,40 metros de altura y su leyenda. Quien mire al horizonte como ella y al mismo tiempo toque su pie derecho verá realizados los deseos que pida en ese momento. Otro imprescindible es la iglesia de Sant Romà, patrón de la ciudad.

Llegando a Tossa de Mar se divisarán las murallas y torres de su Vila Vella, el único ejemplo de recinto medieval fortificado de todo el litoral catalán. Había que protegerse de los piratas. No te pierdas la Casa Sans, de fachada marítima con gárgolas modernistas, hoy el hotel Diana. 

Saltamos después a Sant Feliu de Guíxols con la mirada puesta en Palamós, otros 17 kilómetros entre medias, pero pudiendo elegir distancia como siempre. Aquí los hitos son la cala del Molí y la Maset, sin pasar por alto la playa de Sant Pol y su conjunto de casas modernistas. 

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Vistas desde la Taverna del Mar en S'Ágaro. Foto: Taverna del mar

Lo suyo es echar el ancla a continuación en S’Agaró, en su urbanización de veraneo novecentista que debemos al arquitecto Rafael Masó, que la proyectó en 1916. También detenerse en su tentador mirador con forma de templete, otro regalo para la vista en pleno camino de ronda, y en el recuerdo de Elizabeth Taylor rodando aquí De repente, el último verano y Ava Gardner protagonizando Pandora y el holandés errante. Aquí todos los rincones y hotelitos llevan el apellido “con encanto”.

Luego desfilan ante nuestros ojos la desembocadura del río Riudaura, el paseo marítimo de Platja d’Aro y más calas y playas que miran ya hacia Palamós (no perderse la magnífica cala S’Alguer, pintoresca por demás) y anuncian la bendita, por bella, Calella de Palafrugell, donde oirás aunque no suene la voz de Silvia Pérez Cruz y alguna que otra habanera. 

Los barcos de colores anclados en la orilla entre el blanco de los soportales harán que suspires ante tanto Mediterráneo. Antes de llegar, en la cima del cabo Gros o el Roig, la vista se te perderá en el horizonte. Hay barracas de pescadores, rincones que son el preludio del paraíso y un ambiente marinero que ansiarás gozar.

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Begur, Costa Brava. Foto: Hotel Aigua Blava

Más adelante está el faro de Sant Sebastià, en Tamariu, además de una ermita, una torre de vigilancia y hasta un yacimiento ibérico, todo hablando de nuestro pasado, entre pinos y un mar llamándote a gritos lo mismo que Cadaqués, acaso el pueblo más bonito de España, habiendo dado un paso de gigante. 

Sin dejar de lado el faro del Cap de Creus, el extremo más oriental de la península ibérica, allí donde van a morir (o a nacer) los Pirineos y donde te espera el indescriptible paraje de Tudela, con unas formaciones rocosas que parecen haber salido de la imaginación del mismísimo Salvador Dalí, quien, por su parte, pensaba que habían sido creación de los dioses. De hecho, estamos en su terreno. Ellas le sirvieron de inspiración, por ejemplo, para El gran masturbador. 

Y el Camí de Ronda sigue y pasa por el Port de la Selva (atención al monasterio de Sant Pere de Rodes) y Llançá, donde está el islote del Castellar, la recoleta y románica ermita de Sant Silvestre y, en otro orden de cosas, el muy alabado restaurante Miramar del estrellado chef Paco Pérez (también tienen habitaciones). Lo que se dice una inmersión total en nuestro Mediterráneo.

TURIUM TIPS

El jardín de las 1.000 especies. Los Jardines de Cap Roig, creados por Nicolai Woevodski y Dorothy Webster en 1931, están en las inmediaciones de Calella y son el escenario de un veraniego festival de música (julio y agosto). Estamos ante un conjunto de línea medieval con su castillo y todo, además del Poblat y una zona de pícnic. A ellos les debemos también el embarcadero de la cala d’en Massoni, apodada la Banyera de la Russa.
Aiguablava, Sa Riera, Sa Tuna. Un trío de ases. O lo que es lo mismo, tres de las calas más bellas y prodigiosas de nuestro litoral, en el entorno de Begur, que derrocha pinos y casas blancas y presume de castillo medieval. Sin que falten casas indianas de quienes hicieron las Américas. Y siempre con hotelitos la mar de inspiradores: el Aigua Blava, el Convent y el Sa Tuna.
El hotel de las estrellas en S’Agaró. En el hotel La Gavina se alojaron también Orson Welles, Lex Baker (Tarzán en la pantalla y marido de Tita Cervera en la vida real), Peter Sellers, John Wayne, Sean Connery o Jack Nicholson. En La Taverna del Mar te deleitarás con un menú marítimo en toda regla.