Esta ciudad europea no está masificada y es ideal para una escapada de verano: tienes que ir antes de que se ponga de moda
Aunque es la capital de Moldavia, Chisináu se sigue manteniendo auténtica. Foto : iStock

Esta ciudad europea no está masificada y es ideal para una escapada de verano: tienes que ir antes de que se ponga de moda

Chisináu, capital de Moldavia, es un destino poco conocido que está empezando a ganar atención entre los viajeros más curiosos.

Lucía Lorenzo | Julio 1, 2025

En una Europa saturada de ciudades de moda, donde los mejores hoteles de Madrid siempre están rebosantes de viajeros y hasta los países menos conocidos comienzan a masificarse, destinos como Chisináu son un soplo de aire fresco. Su ritmo pausado, sus parques llenos de sombra, sus calles anchas y tranquilas, y su sorprendente número de iglesias ortodoxas convierten a la capital de Moldavia en una opción ideal para una escapada veraniega fuera de lo común.

A diferencia de otras capitales europeas que en verano colapsan de visitantes, Chisináu mantiene su autenticidad y su carácter local. Aquí puedes tomarte un café sin prisas en una terraza, conversar con los lugareños, o visitar un museo sin hacer cola. Sus precios bajos, su gastronomía sencilla y sabrosa, y su herencia cultural diversa, con influencias rumanas, rusas y soviéticas, hacen de este rincón del sureste europeo una joya por descubrir.

Así es la capital de Moldavia

Chisináu es mucho más que una simple capital administrativa. Es un lugar muy curioso, con poco más de 700.000 habitantes, arquitectura soviética heredada del siglo XX, multitud de iglesias ortodoxas, amplias zonas verdes y una sorprendente vida cultural. Pero su indudable atractivo histórico, natural y cultural todavía no la ha lanzado a la fama.

Y es que, durante décadas, Moldavia ha sido una gran desconocida incluso para los viajeros más experimentados. Sin embargo, este pequeño país entre Rumanía y Ucrania ya comienza a despertar el interés internacional por su autenticidad, su vino de calidad y su ambiente tranquilo. Chisináu es la puerta de entrada perfecta para explorar esta tierra aún alejada del turismo masivo.

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La Catedral de la Natividad, en Chisináu. Foto: Unsplash.

La ciudad fue fundada en el siglo XV. No obstante, gran parte de los edificios que podemos ver hoy día datan del siglo XIX, época en la que se encontraba bajo dominio del Imperio Ruso. Al quedar herida de gravedad durante la Segunda Guerra Mundial, los moldavos tuvieron que reconstruirla, motivo por el que la arquitectura soviética es tan común aquí.

De modo que pasear por Chisináu es un viaje por un sinfín de construcciones de diversas épocas: desde edificios comunistas funcionales hasta casas bajas con jardines floridos, pasando por cúpulas doradas que relucen entre árboles frondosos. Porque sí, Chisináu está salpicada de parques y zonas verdes que actúan como pulmones urbanos, ideales para descansar del calor veraniego.

Qué ver en Chisináu

Si te gusta la arquitectura religiosa, estás en el lugar adecuado. Las iglesias ortodoxas de Chisináu son auténticas joyas. Las hay sencillas y humildes, de esas que muestran la misma austeridad por dentro que por fuera; otras están adornadas con frescos deslumbrantes, y todas comparten una atmósfera de recogimiento y espiritualidad que envuelve al visitante.

Entre todas ellas, la catedral de la Natividad destaca como el corazón espiritual y geográfico de Chisináu. Construida en el siglo XIX en estilo ortodoxo neoclásico, tiene un campanario blanco que contrasta con la gran cúpula negra, ambos visibles desde casi toda la ciudad.

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El arco del triunfo de Chisináu. Foto: Unsplah.

Además, justo frente a la catedral se encuentra el Arco del Triunfo. Este pequeño pero simbólico monumento fue erigido en 1840 para conmemorar la victoria rusa sobre el Imperio Otomano, y es uno de los símbolos más fotografiados de la ciudad, además de un punto imprescindible en cualquier ruta por el casco histórico de Chisináu.

Muy cerca encontramos el Parque de la Catedral: un lugar perfecto para descansar, observar la vida local y disfrutar de un ambiente relajado. Pero si lo que quieres es un poco de relax, entonces visita el Parque Stefan cel Mare. Dedicado al héroe nacional Esteban el Grande, este parque es uno de los más antiguos. Tiene estatuas, fuentes y mucha sombra, por lo que es ideal para hacer una pausa entre visitas.

Al lado se encuentra la Avenida Stefan cel Mare, la calle principal de la ciudad, llena de tiendas, cafeterías y edificios históricos. Sin embargo, nuestro favorito es el callejón de los Artesanos, que está muy cerca del centro y se llena de puestos donde artesanos locales venden cerámica, bordados, iconos religiosos y recuerdos hechos a mano. Perfecto para llevarte algo único de Moldavia.

TURIUM TIPS

La iglesia de San Teodoro Tiron es la más bonita de Chisináu. Se encuentra situada en el Monasterio de Ciuflea, aunque pensarás que estás en otra época debido al buen estado de conservación de su fachada azul celeste, sus cúpulas doradas y sus frescos interiores.
Si quieres entender la historia y la identidad moldava, visita el Museo Nacional de Historia de Moldavia. En su interior encontrarás desde restos arqueológicos hasta objetos de la era soviética. Incluso tiene una impresionante réplica del monumento del Lobo Capitolino, símbolo del pasado romano de la región.
Para una experiencia auténtica, acércate al mercado central de Chisináu, donde locales venden desde frutas frescas y vinos hasta productos típicos como la mămăligă, una especie de polenta moldava. Es un lugar vibrante y caótico, pero lleno de color y vida.