Un momento del encuentro "El turismo como motor de la economía española: claves y retos". Foto: Grupo Hotusa

"El turismo representará un 17% del PIB en 2034”, según José Manuel González Páramo, presidente de European Data Warehouse y consejero de Abanca

Hotusa abre un debate para analizar la actual situación económica del país y la aportación a la misma de la industria turística, así como las perspectivas de futuro del sector.

Virginia Lombraña | 27 Sep 2024

El turismo seguirá siendo motor del crecimiento en España. Esta es una de las principales conclusiones extraídas del encuentro "El turismo como motor de la economía española: claves y retos", organizado por Hotusa dentro de su ciclo de desayunos “La industria de la felicidad”.

La jornada se abrió con la alocución de Amancio López, presidente del grupo hotelero, quien puso de manifiesto el valor de esta industria: “El turismo ha respondido siempre en todas las épocas y ha contribuido notablemente al PIB. El nuestro es un modelo de éxito y tenemos posibilidades de crecer fuera, pero también aquí, sobre todo si mantenemos el nivel de seguridad y contamos con ayudas públicas. Sin duda estos elementos, junto con nuestra red aeroportuaria, son tractores de la internacionalización de esta industria”, señaló Amancio López, presidente de Hotusa, en la apertura del encuentro. 

En el debate participó también Jordi Sevilla, director de contexto en la Unidad de Inteligencia de LLYC, quien dio cuenta del buen momento que vive el sector: “Teníamos unas predicciones catastróficas para los años 2022, 2023 y 2024, tres años que, sin embargo, han superado las previsiones del crecimiento. Estamos en máximos de trabajadores dados de alta en la Seguridad Social y por primera vez no tenemos déficits en la balanza exterior. Así que algo estaremos haciendo bien”. 

El exministro se preguntaba por qué cada año el turismo pesa más. “Yo creo que porque ha hecho una reconversión silenciosa y, posiblemente, sin el apoyo público que necesitaba, algo que no hemos valorado suficientemente. El turismo es una industria, no es un servicio. Y los empresarios que han tenido esta visión, han podido adaptar sus empresas a lo que demandaba el cliente y modernizarse”.

Sevilla manifestó su optimismo de cara al futuro: “No veo nada en el horizonte, en términos globales, que me haga pensar que el sector vaya a ir a peor, sino todo lo contrario. La perspectiva de bajada de tipos, y que vayamos a terminar entre el 2,5 y 3 en función de cómo vaya la construcción, hará que suba el PIB de empleo. Este segmento no está en peligro, pero es verdad que hay que avanzar hacia un turismo más selectivo y esto implica trabajar en la desestacionalización y la diversificación. Porque si no seguimos mejorando corremos el peligro de morir de éxito”.

Próximos desafíos

En la jornada también participó José Manuel González Páramo, profesor del IESE, presidente de European Data Warehouse y consejero de Abanca, quien puso de manifiesto la ventaja competitiva de nuestro país. “España está bendecida por una serie de factores estructurales que favorecen el turismo, que no van a desaparecer, aunque el clima vaya cambiando. Además de nuestra historia, nuestra cultura y nuestro estilo de vida, tenemos unas infraestructuras y una accesibilidad descollantes a nivel internacional, por no hablar de otros factores esenciales para esta industria, como la estabilidad geopolítica y un buen sistema sanitario. Somos un país preparado para el turismo como ninguno”.

Páramo incidió en el notable crecimiento que ha registrado este sector. “Así como en la pandemia sufrió mucho, pues cayó un 60%, ahora está sucediendo justo lo contrario. Y una de las explicaciones de por qué España crece más que el resto de la Unión Europea tiene que ver con la industria turística. En nuestro país supone un valor añadido de 225.000 millones, lo que representa un 15% del PIB. Un sexto de la población depende de esta actividad. Y las previsiones para el año 2034 señalan que representará un 17% del PIB y supondrá el 17,5% del empleo”. 

No obstante, el economista y profesor del IESE invitó a ser no ser autocomplacientes. “Los datos son tranquilizadores, pero hay una serie de retos de los que episódicamente somos conscientes y a los que el sector tiene que dedicar mucho esfuerzo para no perder esta ventaja que tiene, como la masificación; la diversificación tanto geográfica, como en cuanto a la oferta de actividades; la sostenibilidad; la rotación de la mano de obra; la implantación de nuevas tecnología y la incertidumbre mundial geopolítica y económica que impacta en el sector, lo que le confiere cierta volatilidad”.  

De cara a futuro –añadió– hay que implementar estrategias de innovación para seguir siendo líderes.  “¿Por qué no un PERTE para el turismo? Desde los poderes públicos se ha dicho que no es aplicable, porque el sector es muy heterogéneo y ya tiene asignados 4.000 millones para la recuperación. Si no valoramos estas cuestiones, podemos poner en riesgo uno de los sectores prioritarios de la economía española. Hay que reinventarse y ofrecer alternativas diferentes a lo que se hacía hace décadas”.

Páramo ha apuntó, además, que “la sostenibilidad tiene dos dimensiones, la medioambiental y la social. La primera va a encarecer la oferta del sector por la subida de los combustibles fósiles. La sostenibilidad social es para mí muy importante, y está amenazada por la gentrificación”. Por su parte, el director de Contexto de LLYC subrayó que “el cambio climático es, junto a la inteligencia artificial, el principal reto de la humanidad, y no estamos siendo capaces de darle respuesta”. No obstante, dejó margen para el optimismo: “Per para que sea factible este compromiso requiere una corresponsabilidad público-privada”, concluyó.