El nuevo hotel en las Maldivas con 120 villas de lujo donde conseguirás desconectar
La reciente apertura de NH Collection Maldives Havodda Resort propone una forma diferente de disfrutar de estas famosas islas coralinas.
Planear una escapada en un lugar remoto para alejarse del ruido y el estrés es una estrategia que cobra sentido en el atolón de Gaafu Dhaalu, en medio del Océano Índico. Esa es una de las razones que ha llevado a NH Collection Hotels & Resorts, la marca premium de Minor Hotels, a elegir este enclave para su Maldives Havodda Resort.
Una isla que sugiere poner en práctica la desconexión más absoluta, descubrir vivencias extraordinarias o sumergirse en la contemplación de la naturaleza virgen. Este exclusivo refugio, que se distribuye en torno a 120 villas, ha sido diseñado para procurar al visitante un bienestar holístico. Pasear descalzo, explorar el increíble fondo submarino (hay más de 30 puntos de buceo), hacer yoga frente al mar o escuchar cómo rompen las olas son experiencias cautivadoras. Su proximidad al ecuador permite, además, tener casi 12 horas de luz en cualquier estación del año y pocas cosas son tan gratificantes cuando vienes de las prisas de la urbe y quieres exprimir el slow life al máximo.
Do not disturb
En NH Collection Maldives Havodda Resort todo ha sido concebido para una estancia de lo más placentera, y especialmente sus habitaciones, en las que apetece dejar colgado durante horas el cartel de 'No molestar', sea cual sea la estancia elegida. Las Sunrise Beach Villas, de 95 metros cuadrados, destacan por su impresionante solárium. En el interior, los tejados de paja, los techos abovedados y los suelos de madera ofrecen una reinvención contemporánea del hogar tradicional de las Maldivas. En las Beach Pool Villas la exuberante vegetación preserva la privacidad de los huéspedes. Y las Sunset Beach Villas tienen orientadas sus terrazas al atardecer para disfrutar de las espectaculares puestas de sol. Todas cuentan con bañera al aire libre, ducha de lluvia interior y exterior, selección de almohadas, acceso directo a la playa, etc.
Fuera de esa privacidad, el complejo dispone de tres restaurantes y dos bares. En Reef se sirven platos internacionales; en el exclusivo asador Surf, crustáceos y carne a la brasa; y Pizza Kaage prepara propuestas más informales junto a la piscina.
Además, en Thari Bar se pueden degustar todo el día cócteles, aperitivos ligeros y té, en un espacio con cómodas tumbonas y cabañas. Por último, Iru Bar es la opción perfecta para relajarse al atardecer frente ante unas vistas espectaculares. Y como cada vez más el viajero demanda destinos enfocados al bienestar, en este hotel han dispuesto cuatro villas para tratamientos personalizados y dos suites con jardines privados para poder realizarse un masaje tradicional o un programa antiaging.
Para experimentar
Los urbanitas que no puedan prescindir de su rutina deportiva cuentan con gimnasio, pistas polivalentes, etc. Los safaris con delfines, las expediciones en velero, el avistamiento de fauna marina o los pícnics a medida en otras islas cercanas son solo algunos de los atractivos de este hotel que invita a quedarse mucho tiempo.