El hotel de lujo en las Azores para desconectar en plena naturaleza
En este vergel en el que perderse a placer se esconde Senhora da Rosa, un hotel que eleva el costumbrismo a la condición de excelencia.
Viajar casi siempre tiene un punto de aventura, y este archipiélago con una naturaleza desbordante lleva al extremo esta premisa. Adentrarse en Azores es algo así como sumergirse en un inmenso laberinto botánico, tal es su exuberante vegetación, de la que te rescatan sinuosos senderos que bordean los acantilados.
En medio de este paisaje con lagunas de cráteres, manantiales termales y cuevas volcánicas, se esconde Senhora da Rosa, un coqueto hotel en la isla de São Miguel, la más grande de las nueve que componen este archipiélago en medio del Atlántico. Se trata de una finca con más de 200 años de historia en el municipio de Ponta Delgada, una moderna granja del siglo XVIII que te conecta con la naturaleza y la fauna del entorno.
Joana Damião Melo puso en marcha hace tres años esta quinta sostenible, donde el 60% de la energía consumida proviene de sus placas fotovoltaicas y solares. Todo aquí ha sido pensado para integrarse en el medio ambiente. “En las tres hectáreas de terreno de cultivo hemos habilitado huertos y plantado gran variedad de árboles frutales y hierbas aromáticas que abastecen el consumo interno. Contamos, además, con zonas de compostaje y sistemas para reutilizar el agua de lluvia”, explica.
Un diseño que fusiona lo tradicional con lo contemporáneo
Otro de los aspectos que más llama la atención es la maestría con la que este cuatro estrellas ensambla tradición y vanguardismo. El proyecto de restauración, a cargo del estudio de arquitectura Atelier Vieitas y de la interiorista Lili Damião, combina piezas antiguas y contemporáneas, recuperando como elementos decorativos algunos muebles que han caído en desuso e inspirándose en los colores de la naturaleza para equilibrar cada espacio.
Tras esta transformación, el hotel alberga 35 habitaciones, una capilla del siglo XIX y un amplio espacio dedicado al bienestar, con spa y tratamientos que en el 80% se elaboran con aceites esenciales procedentes de materias primas de temporada de su propia finca o de la isla.
En el capítulo de gastronomía, Senhora da Rosa ofrece dos opciones diametralmente opuestas. Por una parte, el sofisticado restaurante Magma, que presenta una cocina de sabores y técnicas locales tamizados con una visión actualizada. Y, por otra, Mirante Rooftop, un gastrobar con platos internacionales en lo alto del edificio principal y con unas impresionantes vistas de la isla.
Por algo este archipiélago ha sido reconocido durante tres años consecutivos con los World Travel Awards, que certifican que es uno de los mejores destinos para hacer turismo activo. Aunque también podría haber recibido el premio al mejor lugar para desconectar, porque en cuanto lo pisas te reconcilias con el mundo y entras en una especie de nirvana del que no quieres salir.