Restaurante del St. Regis New York. Foto: St. Regis New York

Así es ahora el hotel de Nueva York en el que Salvador Dalí pasaba los inviernos en los 60

Renovado para su 120 aniversario, el icónico hotel St. Regis fue hogar de Dalí y su imaginación desbordante. Hoy conserva su encanto atemporal como pieza fundamental de la historia de Manhattan.

Aleks Gallardo | 5 Ene 2025

Si el lujo pudiera hablar, seguramente lo haría con la voz de una lámpara Tiffany o el crujir de un suelo de madera centenaria. Y si tuviera una dirección, estaría en un hotel de Nueva York, concretamente en el 2 East 55th Street de Manhattan.  The St. Regis New York no es solo un hotel de lujo, es un testigo silencioso de 120 años de historia, glamour y elegancia que se entrelazan con la vida de la ciudad que nunca duerme. 

Este hotel ha sido el escenario dorado donde artistas, aristócratas y visionarios han dejado su huella. Igual que Ava Gardner se enamoró de un hotel en la Cost Brava, Salvador Dalí, genio del surrealismo, convirtió la suite 1610 en su residencia invernal durante los años 60. Su paso por este icono de Manhattan no fue discreto: acompañado de su inseparable esposa Gala y de su ocelote Babou, Dalí transformó el hotel, mezclando lo cotidiano con lo extravagante.

Hoy, el St. Regis renace y celebra sus 120 años con una espectacular renovación que honra su rica historia y mira al futuro con un glamour renovado. Pero ¿qué ha cambiado desde los días de Dalí? Y más importante aún, ¿qué elementos permanecen intactos?

El hotel de Nueva York que unió Europa y América

Cuando John Jacob Astor IV concibió el St. Regis en 1904, su objetivo era claro: ofrecer a la sociedad neoyorquina un lugar que fusionara la opulencia europea con la innovación americana. Fue pionero en comodidades que ahora damos por sentadas, como sistemas de calefacción y refrigeración individuales, y transformó el concepto de hotel en algo mucho más cercano a una residencia privada. Este enfoque sigue vivo en la reciente renovación, que ha sabido mantener la esencia del lugar mientras le da un aire fresco y contemporáneo.

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El nuevo lobby del St. Regis New York. Foto: St. Regis New York

Champalimaud Design, la firma responsable del rediseño, ha recuperado detalles originales como las ventanas Tiffany de 1905, las molduras y las lámparas de cristal, y los ha combinado con muebles modernos y una paleta de colores sofisticada que incluye tonos esmeralda, rosa y turquesa. El resultado es un espacio que honra su historia, pero que también mira al futuro con elegancia.

Espacios que cuentan historias

Cada rincón del St. Regis tiene algo que decir. El King Cole Bar, donde el Bloody Mary alcanzó su fórmula definitiva en 1934, ha sido renovado con un techo verde intenso, paneles de madera y detalles en ónix que le dan una nueva vida. Al mismo tiempo, La Maisonette, un nuevo restaurante inspirado en la sala de desayunos original, combina la luz natural de su claraboya con colores suaves que invitan a los huéspedes a empezar el día con calma y estilo.

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Fachada del hotel St Regis New York. Foto: Marriott

El lobby, ahora con una planta abierta, es una obra maestra en sí mismo: paredes pintadas a mano, alfombras inspiradas en las rosas favoritas de Caroline Astor y la imponente lámpara de araña de Tiffany & Co. crean un ambiente que mezcla lo clásico con lo contemporáneo. Estos espacios han sido pensados para vivirlos, desde un desayuno relajado hasta una cena inolvidable o una tarde de cócteles en el King Cole Bar.

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King Cole Bar. Foto: St. Regis New York

Dalí y la eternidad del St. Regis

Pasear por los pasillos del St. Regis hoy es un ejercicio de imaginación: ¿qué pensaría Dalí de la paleta de colores verde esmeralda y rosa rojizo que ahora define el espacio? ¿O de las referencias a la decoración de los años 20 que se pueden encontrar en los revestimientos pintados a mano y los murales restaurados? Lo más probable es que el artista se sintiera como en casa.

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Fotos de Salvador Dalí en St. Regis New York. Foto: St. Regis New York

Dalí veía el St. Regis como mucho más que un hotel. Era su refugio creativo, un lugar donde el servicio personalizado del mayordomo y el esplendor arquitectónico estimulaban su mente inquieta. Aunque la suite 1610 ha cambiado con los años, los elementos originales del hotel, desde sus molduras hasta las lámparas de cristal, mantienen vivo el espíritu de la edad dorada.

Sin embargo, lo que no ha cambiado es esa atmósfera de exclusividad que cautivó a figuras como Marilyn Monroe, los Rolling Stones y, por supuesto, nuestro artista más internacional. Desde sus legendarias fiestas hasta sus improvisadas performances en el vestíbulo, el surrealista dejó una marca imborrable en la historia del St. Regis.

TURIUM TIPS

De compras por la Quinta Avenida: a pocos pasos del hotel, la Quinta Avenida te espera con las boutiques más exclusivas como Bergdorf Goodman, Tiffany & Co. y Louis Vuitton.

Visita privada al Museo de Arte Moderno (MoMA): ubicado a tan solo unas manzanas del hotel, el MoMA ofrece visitas privadas fuera del horario regular, permitiéndote apreciar el arte moderno en un ambiente exclusivo.

Espectáculo en el Carnegie Hall: asiste a una presentación en esta histórica sala de conciertos, reconocida por su acústica excepcional y su programación de artistas de renombre mundial.

Cena en un restaurante con estrella Michelin: En las cercanías del St. Regis, encontrarás restaurantes galardonados como Per Se y Le Bernardin, donde podrás deleitarte con gastronomía de alto nivel en ambientes sofisticados.