Este pueblo medieval escondido en un bosque de Huesca es una joya con torres góticas y calles empedradas
Aínsa, en el Pirineo aragonés, es una joya medieval donde el pasado y la naturaleza te dan la bienvenida. Parece un decorado de película pero no, todo es auténtico gracias a su fascinante historia.
Si Ridley Scott decidiera rodar su próxima película histórica en Aínsa, a nadie le sorprendería. Al menos no a los que conocemos esta villa medieval enclavada en lo más profundo del Pirineo oscense. Su carácter medieval tiene un encanto tan cinematográfico que podrías esperar ver caballeros y doncellas atravesando sus calles adoquinadas en cualquier momento, como ocurre en Carcasona, el pueblo medieval con más encanto de Francia.
Pero lo que realmente asombra de Aínsa no es que parezca un set de filmación, sino que en realidad no lo es. Aquí, cada piedra, cada torre y cada rincón cuenta siglos de historia, testigos del paso de civilizaciones y leyendas.
Hablamos de un lugar que ha sido escenario de batallas épicas, como la famosa reconquista cristiana del siglo VIII. Cuentan que la victoria fue posible gracias a una cruz luminosa que apareció en el cielo sobre una encina. Y aunque hoy en día el turismo ha reemplazado a las tropas, esa sensación de estar en un lugar donde la historia aún resuena es algo que cualquier visitante puede experimentar desde el primer momento en que atraviesa las puertas de su muralla.
La plaza mayor: un centro neurálgico de la historia y el presente
El corazón de Aínsa late en su Plaza Mayor, un enorme espacio empedrado rodeado de arcos y edificios que de los siglos XII y XIII. Este no es solo el típico escenario medieval que encontrarás en cualquier rincón de Europa, como en el pueblo más bonito de Francia. La Plaza Mayor es el epicentro de la vida social, cultural y turística de la villa. Su amplitud desentona con el tamaño reducido del pueblo, lo que le otorga un aire de grandiosidad inesperada.
Sentarse en una de sus terrazas con un buen vino del Somontano y observar el ir y venir de los turistas, mientras te rodean las imponentes montañas pirenaicas, es un lujo que no muchas plazas pueden ofrecer. Y si tienes la suerte de visitar Aínsa durante las Fiestas de la Morisma, prepárate para retroceder en el tiempo, ya que los habitantes del pueblo se visten con trajes medievales y recrean la legendaria batalla que dio origen a la villa.
La torre del castillo y sus vistas panorámicas
Uno de los mayores atractivos de Aínsa es su imponente castillo, cuya construcción original se remonta al siglo XI. La icónica torre ofrece una de las vistas más impresionantes de la región. Desde lo alto, se divisan las montañas del Pirineo y el río Cinca a sus pies. La naturaleza y la arquitectura se funden de tal manera que es fácil perderse en el paisaje.
Lo mejor de todo es que el castillo no está simplemente ahí para ser observado. En su interior alberga el Ecomuseo de la Fauna Pirenaica, donde se puede aprender sobre la fauna local. Si viajas en familia, es una parada obligada. Los niños, y también los adultos, disfrutarán conociendo a los osos pardos, quebrantahuesos y otras especies autóctonas.
Naturaleza y aventura a las puertas de los Pirineos
Aínsa es el punto de partida ideal para adentrarse en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, uno de los parajes naturales más espectaculares de España. Aquí, los aficionados al senderismo encontrarán rutas para todos los niveles, desde paseos tranquilos por bosques hasta ascensos desafiantes que llevan a miradores con vistas asombrosas.
Para los más aventureros, Aínsa también ofrece la posibilidad de practicar deportes como la escalada, el ciclismo de montaña e incluso el barranquismo en las gargantas cercanas. Y si prefieres algo más relajado, puedes simplemente pasear por las orillas del río Ara, uno de los pocos ríos salvajes que quedan en Europa, o explorar el cercano embalse de Mediano, cuyas aguas esmeralda esconden una iglesia sumergida.
TURIUM TIPS
Alojamiento en el corazón de Aínsa: el Hotel Los Siete Reyes está situado en pleno casco antiguo y podrás disfrutar de vistas panorámicas de los Pirineos.
Restaurante Callizo: Para una experiencia gastronómica a la altura de un pueblo como Aínsa, Callizo es un must. Su menú degustación es una reinterpretación creativa de la cocina tradicional aragonesa.
Bodegas de Somontano: A menos de una hora en coche, en la región vinícola de Somontano podrás visitar bodegas y catar algunos de los mejores vinos de Aragón