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Este misterioso castillo medieval nunca llegó a ser conquistado: es del siglo XIII y está en un pueblo de Valladolid
Descubre el imponente castillo de Montealegre de Campos: una joya medieval del siglo XIII situada en la provincia de Valladolid, que nunca fue conquistada.
En lo alto de un páramo que domina la vasta llanura de la Tierra de Campos, se alza el castillo de Montealegre de Campos. Esta fortaleza de piedra es casi una leyenda: un coloso que mira al infinito desafiante, porque se sabe invicto. Inexpugnable. Sin duda, uno de los castillos más espectaculares de España.
Se encuentra ubicado en un pequeño municipio de la provincia de Valladolid de apenas 100 habitantes. Montealegre de Campos no puede presumir de haber sido el pueblo favorito de los Reyes Católicos, pero no lo necesita. Su historia es tan extensa que se remonta a la Edad del Hierro, época de la que aún podemos encontrar vestigios, eso sí, solo si buscamos bien.
El castillo de Montealegre de Campos, un fuerte inexpugnable
Fue capricho de Alfonso Téllez de Meneses, noble castellano del siglo XIII, que ordenó levantar sus muros sin saber que sus altos muros jamás serían conquistados. Esta joya arquitectónica de estilo militar ha sido testigo mudo de la historia y, a día de hoy, alberga en su interior un Centro de Interpretación de la Edad Media.
Donde antaño los campos se tiñeron de carmesí en el fragor de las batallas, hoy solo quedan cultivos dorados, peinados por los indómitos vientos castellanos. En esta tierra tranquila, casi olvidada por este mundo frenético que no deja de correr, este enorme castillo nos invita a parar y sumergirnos en su interior, donde pasado y presente vienen a encontrarse.
Que el señor de Meneses decidiera levantar el castillo de Montealegre de Campos sobre un cerro no fue casualidad. Dominando la Tierra de Campos, la fortaleza servía como defensa para el reino de Castilla. Si las altas torres servían para vigilar a cualquiera que se acercara, los muros de cuatro metros de grosor protegían a los habitantes de los ataques. Sin embargo, su envergadura no solo servía a una función defensiva, sino que era un claro símbolo de poder.
La historia de la fortaleza más impresionante de Valladolid
Bien conservado, como si lo hubiese ignorado el paso del tiempo, el de Montealegre hace honor a la comunidad en la que se encuentra, pues es uno de los castillos mejor conservados de Castilla y León. Sus múltiples defensas y su privilegiada ubicación lograron que ningún ataque lo venciera, y este es uno de los motivos por los que ha llegado prácticamente intacto hasta nuestros días.

Sin embargo, que fuese inexpugnable no significa que su existencia fuera tranquila. Durante el siglo XIV, fue protagonista de las luchas entre Pedro I de Castilla y los partidarios de Enrique de Trastámara. Y más tarde, a principios del siglo XV, protegió a los comuneros durante la sangrienta Guerra de las Comunidades, que se recuerda cada 23 de abril en el Día de Castilla y León.
Curiosamente, aunque las luchas no consiguieron reducir su tamaño, sí lo hizo la avaricia. Y es que, a finales del siglo XVIII, su altísima torre del homenaje fue recortada, y sus piedras fueron vendidas para ser utilizadas en la construcción del Canal de Castilla a su paso por la localidad de Medina de Rioseco.
Pese a los siglos, pese a los asedios y la codicia, el castillo ha logrado mantenerse en pie. Hoy se mantiene erguido en plena Tierra de Campos, vigilante, como si aún esperara la llegada de unos enemigos que nunca conseguirán traspasar sus muros. Histórico e invencible. Sin duda, una joya arquitectónica que merece la pena conocer.
Montealegre de Campos, tierra de historia y silencio
Cuando visitamos el castillo de Montealegre de Campos, lo primero que sorprende no son sus grandes formas, sino el paisaje que lo rodea. La llanura se torna dorada en verano y, durante la primavera, este inmenso mar de cultivos se tiñe con el verde de la vegetación que florece. La sombra de nuestra fortaleza se estira, como si quisiese llegar hasta nosotros incluso antes de que nos acerquemos, en un espectáculo digno de admirar.
Muy cerca, la diminuta localidad de Montealegre de Campos nos espera con su carácter rural casi intacto. Las calles estrechas, flanqueadas por casas de adobe y piedra, crean un laberinto en el que las iglesias, con sus altas torres, emergen sin avisar. Al caminar, los adoquines nos devuelven el eco de nuestros pasos, y el brillo de este casco histórico declarado conjunto histórico-artístico se nos queda grabado en la retina.
Las joyas arquitectónicas de este municipio no acaban con la fortaleza. La iglesia de Santa María de la Paz data del siglo XI y sorprende con su cuerpo de una sola nave, amplio y espacioso, donde la luz danza sin encontrar apenas obstáculos. Muy cerca, la iglesia de San Pedro, del siglo XVII, esconde un retablo mayor de estilo renacentista, que narra la vida del santo.
Llena de arte, la villa respira sosiego y belleza. Cada edificio encaja a la perfección con el de al lado, como piezas de un puzle hecho a conciencia. Desde la Ermita del Humilladero, a la entrada del pueblo, hasta el castillo, que encontramos al final de la Calle Mayor, todo transmite el peso de la historia.