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La piscina natural a la que todo el mundo quiere ir está en Valencia: tiene aguas cristalinas y hasta embarcadero
La piscina natural más popular del verano está ubicada en el municipio de Chulilla, en la Comunidad Valenciana: es preciosa y no vas a querer marcharte.
Pocos planes veraniegos son mejores que una escapada a la playa, y no podemos negar que en España todo son facilidades. Es cierto, aquí no encontraremos la arena rosa de Elafonisi, pero sí la belleza de la mediterránea Costa Brava, o del Levante valenciano. No obstante, incluso en las regiones conocidas por su carácter costero encontramos localidades de interior como Chulilla, un municipio de la comarca de los Serranos que esconde un secreto: el Charco Azul, una piscina natural que se ha convertido en una de las más populares de la zona.
Así es el Charco Azul, la mejor piscina natural de Valencia
Oculto entre las escarpadas paredes de roca que custodian el río Turia a su paso por el interior de la Comunidad Valenciana, encontramos una piscina natural de lo más fotografiada y que, sin embargo, sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de este rincón del Paraje Natural Municipal Los Calderones.
Cuando llegas, parece que la tierra se ha venido a derramar aquí, sobre las aguas cristalinas del Charco Azul. El verde de los bosques de ribera de alrededor logra colarse a duras penas entre las hoces del río Turia, que caen a plomo como si quisieran esconder el salto de agua de las miradas indiscretas.

Pero no lo logran. Es lo que tiene la deslumbrante belleza de esta poza, que refleja el azul del cielo como si de un espejo líquido se tratara. Sobre la superficie, un embarcadero de madera hace las delicias de los bañistas, que se sientan a remojar los pies en el agua, y de fotógrafos profesionales y amateurs, que a menudo lo convierten en protagonista de sus fotografías.
La ruta que nos lleva hasta esta piscina natural comienza en la Plaza de la Baronía de Chulilla y para recorrerla necesitamos aproximadamente una hora. Así que ponte calzado cómodo y sigue el sendero local SL-CV 74, que deja atrás el pueblo y se adentra en las profundidades del Cañón del río Turia hasta llegar a la pasarela de madera que cruza el río y que te llevará hasta el camino que, en paralelo a su cauce, te acabará guiando al Charco Azul.
Chulilla, un pueblo medieval que merece la pena visitar
Aunque todo apunta a que Chulilla ya estaba poblado allá por el año 1000 a.C., el pueblo tal y como lo conocemos hoy día tiene su origen en el medievo. Su posición estratégica en lo alto de una colina permitía vigilar, desde lo más alto, el cercano valle del río Turia, por lo que los musulmanes decidieron construir allí un fuerte defensivo, en torno al cual se desarrolló el poblado.
Siete siglos después de su construcción el Castillo de Chulilla sigue oteando el horizonte desde lo más alto del cerro que domina la localidad. A sus pies, el pueblo se desliza sobre la ladera de la colina en un mar de casas blancas, formando un paisaje de postal que es igual de bonito desde las alturas que desde lo más bajo del pueblo.

Si bien este Monumento Histórico-Artístico es la joya de la corona de la localidad, merece la pena dar un paseo por las estrechas calles adoquinadas del casco antiguo, que trepan y trepan hasta llegar a la cima y se convierten en un laberinto cuando caminas por ellas. El centro del pueblo es la ya mencionada Plaza de la Baronía, con casas encaladas aquí y allá.