Eguisheim, el pueblo circular de Francia que parece sacado de una película de Disney

Las localidades de Alsacia tienen una sana competencia por ver cuál es el pueblo con más encanto de la región. En estos debates el nombre de Eguisheim resuena con fuerza. Además de ser una auténtica joya medieval, tiene una particularidad que lo distingue: su inusual trazado en forma de circunferencia, que lo convierte en una rareza en Francia. En el pueblo circular de Francia las calles serpentean alrededor de un punto central como si hubieran sido dibujadas con compás.

Pero no te confundas: la disposición redonda es tan solo la carta de presentación del pueblo, pero hay mucho más que lo hace especial. Quizás ya hayas oído hablar de sus casas de entramado de madera, o de su famoso vino blanco, pero si no, te lo vamos a contar. Aquí encontrarás un sinfín de formas de disfrutar de la vida sin prisas, con una serenidad que engancha.

La fascinante disposición del pueblo circular de Francia

Una de las primeras cosas que notarás en Eguisheim es su disposición concéntrica, algo que lo diferencia de la mayoría de los pueblos medievales que, aunque bonitos, siguen un patrón más convencional. Este diseño circular no es un capricho estético, sino una decisión defensiva que se remonta a la época en la que el castillo de Saint-Léon, en el centro del pueblo, jugaba un papel clave en la protección de sus habitantes.

Hoy en día, lejos de servir de escudo contra atacantes, esta característica invita a explorar el pueblo de forma natural, siguiendo el trazado de sus calles como si fuese un pequeño laberinto. Además, con cada paso que das se revela una nueva perspectiva, una nueva fachada de colores vibrantes o una fuente decorada con flores. Y mientras paseas, te darás cuenta de que no hay prisa, porque este es un lugar para saborear cada rincón, tanto con los ojos como con el paladar.

Qué hacer en Eguisheim

Su profunda conexión con la viticultura es uno de los muchos motivos por los que visitar este lugar. Situado en el corazón de la Ruta de los Vinos de Alsacia, este pequeño pueblo es el hogar de algunas de las bodegas más antiguas de la región. Los vinos blancos como el Gewürztraminer y el Riesling son tan típicos como los techos a dos aguas de las casas, por lo que no hay mejor manera de conocer el pueblo que haciendo una parada en una de las muchas bodegas familiares. 

Las casas de entramado de madera, adornadas con macetas de geranios rojos y rosas, son como de cuento de Disney. De hecho, los vecinos del pueblo aseguran que las viviendas sirvieron de inspiración para películas como la Bella y la Bestia. Si visitas Eguisheim en primavera o verano, encontrarás las calles decoradas con flores en cada rincón, lo que hace de este un lugar aún más encantador. 

Un pueblo vivo, no un museo

A pesar de su apariencia casi de postal, Eguisheim no es un museo al aire libre. El pueblo sigue siendo un lugar habitado por locales que continúan con sus vidas diarias entre los turistas. Esta autenticidad es parte de lo que hace que sea un destino tan especial. No es un lugar que haya sido creado para el turismo, sino que ha logrado evolucionar y abrir sus puertas al viajero sin llegar perder su esencia.

Y aunque es tentador dedicar todo tu tiempo a explorar el pueblo, su posición hace que sea el mejor lugar para descubrir el resto de la región. Desde aquí, estás a un paso de otros destinos encantadores como Riquewihr, Hunawihr o la cercana ciudad de Colmar, con su arquitectura renacentista y su famoso barrio de la Petite Venise.

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