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Rodeado de piscinas naturales y con pasado árabe: así es el pueblo más bonito de Castilla-La Mancha
Situado en Albacete, el municipio de Letur es una joya medieval escondida. Un pueblo rodeado de piscinas naturales que es perfecto para una escapada de fin de semana.
Cuando el calor acecha y el sol sobrevuela despiadado los tejados de Madrid, los urbanitas ponen rumbo a las afueras en busca de un poco de agua que les salve de las altas temperaturas. En sus travesías, llegan a destinos como Almonacid de Zorita, el pueblo de Castilla-La Mancha donde se oculta el embalse de Zorita, o como Letur, que se encuentra rodeado de piscinas naturales perfectas para un chapuzón.
Situado en la provincia de Albacete, aunque justo en la frontera con Murcia, este pueblo castellanomanchego tiene un extensísimo pasado. Es fácil darse cuenta cuando su silueta se recorta en el horizonte y las casas de piedra empiezan a aparecer ante nuestros ojos, testigos mudos de épocas que no volverán.
Escapada a las piscinas naturales de Letur
Cuando hablamos de destinos en los que el agua es protagonista, a menudo nos imaginamos una ciudad en el margen de un río, o un pueblo de esos que tienen lagunas aptas para el baño a tan solo unos kilómetros de distancia. Sin embargo, Letur es diferente: tiene una piscina natural en pleno casco antiguo.
Se trata de El Charco de las Canales: una espectacular masa de agua que bebe directamente de una cascada, oculta entre paredes de piedra. Alrededor todo sigue como si nada: los vecinos pasean por las calles, los visitantes admiran este milagro urbanístico extasiados al reparar en que, desde las casas más cercanas, se puede ver el sol destellar en las aguas.

A día de hoy no es posible darse un chapuzón aquí, debido al estado en el que quedó tras la última inundación. Por suerte, el entorno está repleto de zonas aptas para el baño, como la Cascada de los Pradillos: un pequeño salto de agua que parte del arroyo de Letur y culmina en una pequeña laguna donde refrescarse entre las rocas.
También en el curso del arroyo de Letur encontramos el Charco Pataco, que deslumbra por sus aguas cristalinas, ocultas entre naturaleza exuberante. Este es el lugar ideal para desconectar, alejado del bullicio de las grandes ciudades, en un paisaje espectacular en el que la relajación es casi obligada.
Así es el pueblo más bonito de Castilla-La Mancha
Hay que conducir cuatro horas desde Madrid para llegar a Letur, pero el trayecto merece la pena. No es exagerado decir que es el pueblo más bonito de Castilla-La Mancha, o al menos uno de los que más belleza oculta entre sus construcciones de piedra, sus iglesias góticas y los puentes medievales que custodian sus calles adoquinadas.
Y es que su encanto es tal que los primeros pobladores llegaron hace 10.000 años. De hecho, basta un recorrido por los alrededores para encontrar restos de arte rupestre de aquella época, presentes en los yacimientos de del Cortijo de Sorbas, la Tenada de Cueva Moreno y Las Covachicas, todos ellos (y algunos más) declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Del paso de los romanos también queda alguna que otra huella, aunque no tan prominente como la que dejó el paso de los conquistadores musulmanes. Todo aquí, desde casas encaladas que deslumbran con su pintura blanca, hasta el entramado de las calles, pasando por los patios de las casas, tienen ese aire andalusí tan característico del sur de la Península.
Del Castillo de Letur, quizás la mayor muestra de arquitectura árabe que había en la localidad, apenas quedan algunos restos, repartidos por el casco histórico como piezas de un puzle que no termina de encajar. Sin embargo, nos recuerdan que el pasado es imborrable, algo evidente cuando se camina por este pueblo, que tiene más de un motivo para ser el más bonito de Castilla-La Mancha.