Ni Santorini ni Mykonos, estas son las 5 islas griegas con las playas más espectaculares y los pueblos más bonitos

No hay nada que objetar sobre Mykonos o Santorini. Son un paraíso en la Tierra, las cosas como son. Con sus icónicas postales de casas blancas y cúpulas azules, estas islas han sido por mucho tiempo los protagonistas de los sueños de cualquier noche de verano. Sueños de calles adoquinadas llenas de tiendas de lujo, atardeceres espectaculares, esa vida nocturna tan comentada de Mykonos y las impresionantes vistas calderianas y las playas de arena negra de Santorini. Sin embargo, la popularidad de estas islas ha traído consigo multitudes y un ritmo frenético que puede desvirtuar la auténtica experiencia griega. Y aquí hemos venido a disfrutar.

Para aquellos que buscan una alternativa más tranquila e íntima, Grecia ofrece una plétora de islas que, aunque menos accesibles, son igual de deslumbrantes. Escapemos juntos del bullicio de Mykonos y Santorini, y exploremos Naxos, Paros, Milos, Koufonisia y Zakynthos, donde la magia del Egeo se vive en su máximo.

Naxos: un paraíso a lo grande

Naxos, la isla más grande de las Cícladas, tiene para ti una combinación perfecta de playas paradisíacas, montañas verdes y una fascinante historia. Comienza tu exploración en la ciudad de Naxos, también conocida como Chora, donde el castillo veneciano y las callejuelas laberínticas te transportarán a otra época. No te pierdas la Portara, una monumental puerta de mármol que se erige solitaria en la entrada del puerto, un vestigio del templo de Apolo que nunca se terminó.

Para los amantes de la playa, Agios Prokopios y Agia Anna son imprescindibles. Estas playas de aguas cristalinas y arenas doradas son ideales para relajarse bajo el sol. Si prefieres la aventura, dirígete a las montañas del interior y visita el pueblo de Halki, famoso por sus destilerías de Kitron, un licor local. Aquí podrás disfrutar de caminatas por senderos que serpentean entre olivares y antiguas iglesias bizantinas.

Paros: el encanto de las Cícladas

Paros te encantará por su ambiente relajado, que es la esencia misma de las Cícladas aunque muchas veces sea difícil de encontrar. Naoussa, un pintoresco pueblo pesquero, es el lugar perfecto para empezar. Pasea por sus estrechas calles llenas de boutiques y tabernas, y cena en uno de los restaurantes junto al puerto, donde los barcos de pesca serán testigo de tu mejor verano.

Las playas de Paros son diversas y espectaculares. Kolymbithres, con sus formaciones rocosas únicas, y Golden Beach, un paraíso para los amantes del windsurf, son solo dos de las muchas opciones. No dejes de visitar el pueblo de Lefkes, situado en el corazón de la isla, donde la tranquilidad y las vistas panorámicas del Egeo te harán olvidar el bullicio de otros destinos.

Milos: la isla de los colores

Entendemos perfectamente que, después de ver la imagen superior de la isla de Milos, ya no puedas pensar en otra cosa. Esta isla es famosa por sus formaciones geológicas únicas y sus playas de colores. La playa de Sarakiniko, con su paisaje lunar y sus aguas turquesas, es un lugar que no se parece a ningún otro en el mundo. Papafragas, con sus cuevas marinas y acantilados, es ideal para aquellos que buscan un lugar menos convencional para nadar y explorar.

En la capital, Plaka, puedes disfrutar de una cena en una taberna tradicional y luego caminar hasta el castillo veneciano para disfrutar de una puesta de sol inolvidable. Milos también es conocida por sus catacumbas cristianas y el teatro antiguo en Tripiti, que ofrecen una visión fascinante de la historia de la isla.

Koufonisia: el secreto mejor guardado

Koufonisia, un conjunto de dos pequeñas islas, Pano Koufonisi y Kato Koufonisi, es un verdadero paraíso oculto. Lo que aquí vas a encontrar es una experiencia más tranquila y auténtica, perfecta para quienes buscan escapar del turismo masivo. En Pano Koufonisi, el principal atractivo son las playas de arena blanca y las aguas increíblemente claras. Pori y Italida son dos de las más recomendadas, ideales para nadar y relajarse.

Alquila una bicicleta y explora la isla a tu propio ritmo, deteniéndote en tabernas locales para degustar mariscos frescos y especialidades griegas. Un corto viaje en barco te llevará a Kato Koufonisi, una isla deshabitada donde puedes disfrutar de un día de picnic y snorkel en completa soledad (ese bien tan preciado en las islas griegas).

Zakynthos: la joya jónica

Zakynthos, en el mar Jónico, es famosa por su playa Navagio, también conocida como la Playa del Naufragio, una de las más fotografiadas del mundo por su barco encallado en sus arenas blancas. Este lugar es accesible solo por barco, lo que añade un toque de aventura a tu visita. No te pierdas las cuevas azules en la costa norte de la isla, donde el reflejo del sol crea un espectáculo natural impresionante.

Para una experiencia un poco más relajada, visita las playas de Gerakas y Dafni, que también son áreas protegidas donde las tortugas marinas Caretta Caretta anidan cada año. En la ciudad de Zakynthos, puedes pasear por la plaza Solomos y visitar el Museo Bizantino, que alberga una impresionante colección de iconos religiosos y frescos.