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Ni Toulouse ni Marsella, la ciudad más bonita del sur de Francia tiene orígenes medievales
Ni Toulouse ni Marsella, la ciudad más bonita del sur de Francia tiene orígenes medievales y restos romanos
La que fuera la colonia más antigua de la Galia romana, es hoy una de las ciudades más hermosas de Francia. Con su catedral y sus canales, Narbona se ha ganado un puesto entre los destinos más encantadores del país vecino.
Tan cerca del norte de España que casi se puede rozar con la punta de los dedos, Narbona es una de las ciudades más bonitas de Francia. Como sucede con tantas otras, la comuna se asoma al mar Mediterráneo y se deja empapar por el rugido de las olas. Como pasa siempre en el sur francés, los alrededores se cubren de viñedos, y las brillantes uvas se acaban transformando en botellas de vino Fitou.

Tan encantadora como Carcasona, Toulouse o Marsella, la ciudad más poblada del departamento de Aude tiene un toque extra que la hace especial. Quizás son los canales que la cruzan de parte a parte o tal vez sea por su origen romano, que la carga de historia. A lo mejor, sencillamente es porque se puede llegar en tren desde Madrid en tan solo 5 horas y media y por menos de 70 €.
Así es la ciudad más encantadora del sur francés
Con 2.500 años de historia, Narbona es uno de esos rincones cimentados sobre capas y capas de tiempo. Si levantáramos sus adoquines y escarbáramos en la tierra, encontraríamos las huellas de los romanos que situaron aquí la capital de la Narbonense, así como los túneles que usaban como almacén en aquella época, y que hoy son un museo llamado L’Horreum.
Pero no es necesario excavar ni sacar a relucir nada de lo que descansa oculto bajo tierra para hacer de este un lugar mágico, capaz de hechizar al que, de pronto, se ve cobijado a la sombra de sus edificios. Uno de los más espectaculares es la catedral de San Justo y San Pastor que, pese a estar inconclusa, sigue siendo la tercera más alta del país.

Desde abajo, el templo se presenta como un coloso de piedra y cristal, cuyas vidrieras filtran la luz del sol teñida de color que baña los mancos de madera y los arcos de medio punto. Si la observáramos desde las alturas, sería fácil ver que la catedral forma parte de algo más grande y que, acompañada por el Palacio Viejo, las torres de la Magdalena y San Marcial y el Palacio Nuevo, da lugar a lo que hoy día conocemos como el conjunto monumental del Palacio de los Arzobispos de Narbona.
Tras contemplar esta maravilla, resulta más que evidente que ni siquiera el peso de la modernidad ha podido borrar el aire medieval de esta ciudad amurallada que aún conserva algunos restos de la fortificación romana. Mires donde mires, pasees por donde pasees, sentirás que el pasado y el presente se entrelazan en una suerte de baile silencioso.
Qué ver en Narbona
Aunque en los itinerarios por el sur de Francia Narbona quede semioculta por la fama de Carcasona, no faltan cosas que ver en esta antiquísima colonia romana e inmortal urbe medieval:

Dónde comer en Narbona
Si te interesa la gastronomía francesa, es indispensable que pases por el mercado de Les Halles. Situado en el centro de la ciudad, es perfecto tanto para comprar producto local como para degustar la cocina narbonense.
En su interior, encontramos restaurantes como Chez Bebelle: un local de curioso funcionamiento, que compra la carne directamente en la carnicería de enfrente en función de lo que piden los clientes en el momento. Los platos son generosos, la comida es casera y las deliciosas patatas fritas que sirven de guarnición hacen que la experiencia merezca la pena aún más.
TipTurium
En el restaurante solo aceptan pagos en efectivo, por lo que asegúrate de llevar dinero suelto antes de sentarte a comer.
Aunque si por algo es famosa la escena gastronómica de Narbona, es por tener el buffet libre de lujo más grande del mundo: Les Grands Buffets. El precio es de 62,90 € por persona y tiene desde mariscos hasta quesos de todo el mundo, pasando por platos calientes como los clásicos caracoles franceses, las vieiras a la nantesa o la codorniz rellena de foie gras.