Ni Florencia ni Roma, esta es la ciudad italiana donde mejor se come
Parma destaca por su gastronomía, pero también por su arquitectura. Foto : Pixabay.

Ni Florencia ni Roma, esta es la ciudad italiana donde mejor se come

Si por algo destaca Italia es por su gastronomía, famosa en el mundo entero. Sin embargo, la ciudad italiana con la mejor gastronomía no es Roma, Florencia ni Venecia, sino Parma. Te contamos por qué.

Lucía Lorenzo | Diciembre 31, 2025

Con más de 60 millones de viajeros que lo visitan cada año, Italia es uno de los países más populares del mundo. Más allá de las grandes ciudades, comienzan a ganar cada vez más adeptos destinos de costa como la bella Apulia o alguna que otra ciudad universitaria llena de cultura, como Parma.

Pero este rincón de la región de Emilia-Romaña es mucho más que su patrimonio cultural; es también uno de los lugares de Italia donde mejor se come. Mientras las multitudes hacen cola en las trattorias del Trastevere, la antigua capital del Ducado de Pama sigue manteniéndose en un segundo plano, como si fuese el secreto mejor guardado de los italianos.

Por qué Parma es Ciudad Creativa de la Gastronomía

Si por algo es famoso este pequeño territorio junto a los Apeninos es por la calidad de sus productos gastronómicos, entre los que destaca el jamón de Parma. También un queso muy valorado en Italia: el parmigiano reggiano, que se utiliza en recetas tan famosas como la carbonara tradicional, la lasagna alla emiliana o el risotto.

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Jamón de parma y parmigiano reggiano. Foto: Pixabay.

Este es uno de los motivos por los que en 2023 fue la primera localidad del país mediterráneo en ser reconocida Ciudad Creativa de la Gastronomía por la UNESCO. Conocida como Parma Food Valley, concentra la mayor cantidad de productos protegidos con marcas de calidad de todo Italia.

Este es un lugar al que se peregrina para comer, donde la comida es mucho más que una forma de alimentarse: es una experiencia, un ritual que sirve para aunar pasión y disfrute, pasado y presente, tradición y modernidad. Aquí empresas y restaurantes cuidan al detalle sus propuestas y las bodegas y las fábricas de embutidos se cuentan por cientos.

Además, en la provincia de Parma también hay una cantidad considerable de museos gastronómicos:el Museo del Parmigiano Reggiano en el pueblo de Soragna; el del Vino, en el encantador municipio de Sala Baganza, o, como no podía ser de otra manera, el del Jamón de Parma, en Langhirano. Si tienes tiempo para viajar por los alrededores de la ciudad, merece la pena visitarlos para conocer más a fondo los productos que han dado su fama a esta región.

Patrimonio cultural: el legado de los Farnesio y María Luisa

Aunque comer bien es un buen motivo para sacar un billete de avión, sería un error visitar Parma solo por su gastronomía. Al fin y al cabo, sus calles esconden uno de los conjuntos monumentales más bellos del país. No es para menos, pues este fue ducado bajo el mandato de la familia Farnesio, entre el siglo XVI y principios del XVIII y de los Borbón-Parma después. Más tarde, en el siglo XIX, María Luisa de Austria gobernaría y modernizaría la ciudad.

Como sucede en otras ciudades cercanas, el casco histórico es compacto y puede recorrerse fácilmente a pie. Allí se encuentra La Plaza del Duomo, medieval y preciosa, con la Catedral de Santa María de la Asunción presidiendo uno de sus lados. El templo, de estilo románico, guarda en su interior un fresco de il Correggio, que decora la cúpula con escenas de la Asunción de la Virgen.

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El interior de la Catedral de Parma. Foto: Pixabay.

Junto a la catedral, el sorprendente Baptisterio de Parma. Un curioso edificio con forma octogonal, obra del arquitecto Benedetto Antelami, que fue construido usando mármol rosa de Verona. Además de por su originalidad, destaca por ser una muestra perfecta de la transición del románico al gótico.

Y luego llegamos al verdadero corazón cultural de la ciudad: el Complejo Monumental de la Pilotta, que alberga una serie de edificios: desde el Teatro Farnese, una joya arquitectónica construida por completo en madera, allá por el siglo XVII, hasta la Galería Nacional, que alberga obras de Da Vinci o Tintoretto. También el Museo Arqueológico Nacional, la Biblioteca Platina, Instituto de Arte Paolo Toschi y el Museo Bodoniano.

Aquí la dolce vita no necesita de monumentos colosales ni aglomeraciones. Este es un destino elegante, de ritmo pausado y herencia ducal, donde la sofisticación se respira tanto en sus iglesias como en sus mesas. Si buscas una escapada donde la autenticidad prime sobre las tiendas de souvenirs, este es tu próximo destino.

TURIUM TIPS

Uno de los momentos sagrados es el aperitivo: te recomendamos probar la Torta Fritta, acompañada de vino Lambrusco y embutido, jamón de Parma, claro, pero también Culatello di Zibello DOP y Salame di Felino.
Si prefieres la pasta, prueba los anolini in brodo: pasta rellena de carne estofada que se sirven con caldo. Es típico en Navidad, aunque, por suerte, lo puedes probar en cualquier momento del año.
Si te alejas del centro histórico y cruzas el río Parma, llegarás a Oltretorrente, el barrio más bohemio de la localidad. Se trata de una zona llena de casas de colores y diminutas iglesias barrocas, donde además encontramos el enorme Parque Ducal, que es perfecto para pasear por un entorno que tiene su origen en el siglo XVI.