
36 horas en la ciudad más antigua de Francia: mercadillos, fortalezas medievales y restaurantes con estrella Michelin
En un fin de semana, puedes experimentar lo mejor de Marsella, su esencia mediterránea y su impresionante entorno natural. Desde desayunar en encantadores barrios con mucha historia hasta cenar en restaurantes con estrellas Michelin. Te contamos todo.
Nuestro país vecino esconde joyas que merece la pena visitar muy cerca de España, como el pueblo más bonito de Francia. Sin embargo, hoy te proponemos ir un poco más lejos. Concretamente, hasta la Costa Azul, que te recordará a las pinceladas de la obra Cézanne, a través de las que se puede casi sentir la luz del sol en la piel, la brisa y el bullicio de las calles de Marsella. La ciudad más antigua de Francia tiene alma mediterránea, encapsula los colores, sabores y sonidos que inspiran tanto a artistas como a viajeros. Este destino bañado por el Mediterráneo es una obra de arte viviente.
Como decimos, estamos ante una ciudad que captura la esencia de este mar único en su forma más pura. Desde sus mercados al aire libre repletos de especias y productos frescos, hasta sus calas escondidas que prometen momentos de serenidad y belleza natural, Marsella es el epítome de la vida mediterránea. Aquí, el azul del mar se encuentra con el ocre de las fachadas históricas y el verde de los jardines.
Los aromas de la cocina provenzal, el sabor del vino local, el tacto de las piedras centenarias bajo tus pies y la vista de un puerto lleno de vida y color son solo el comienzo. En un fin de semana en Marsella puedes explorar su rica herencia, disfrutar de su escena culinaria y sumergirte en la naturaleza que la rodea.
Conocida cariñosamente como la Phocéenne, esta ciudad en la costa francesa es toda una experiencia. Desde el bullicioso Vieux-Port hasta las tranquilas calas de las Calanques, te contamos todo para que no te pierdas nada en 48 horas.
Qué hacer y qué ver en Marsella, la ciudad más antigua de Francia
Comienza tu aventura con un desayuno en el barrio más antiguo de Marsella, Le Panier. Este encantador distrito, con sus estrechas callejuelas empedradas y fachadas coloridas, es el lugar perfecto para sentir la auténtica esencia marsellesa. Disfruta de un croissant y un café au lait en una de las acogedoras terrazas antes de comenzar tu aventura.
Después del desayuno, dirígete a la Basílica de Notre-Dame de la Garde, situada en lo alto de una colina. Este icónico santuario, conocido localmente como la Bonne Mère, te regalará unas vistas panorámicas espectaculares de la ciudad y el mar Mediterráneo. La basílica en sí es una maravilla arquitectónica, con su mezcla de estilos románico y bizantino, y su interior ricamente decorado merece una visita pausada.

De vuelta al nivel del mar, pasea por el Vieux-Port (Puerto Viejo), el corazón más animado de Marsella. Este puerto ha sido el centro de la actividad comercial y social de la ciudad desde la antigüedad. Hoy en día, está lleno de barcos de pesca, yates y cafeterías con vistas al agua. No te pierdas el mercado de pescado por la mañana, donde los pescadores locales venden su captura del día.
Para el almuerzo, reserva una mesa en Le Miramar, uno de los restaurantes más prestigiosos del puerto. Aquí degustarás la famosa bouillabaisse, el tradicional guiso de pescado marsellés. Acompáñalo con un vino blanco local y disfruta de las vistas al puerto.
No puedes irte sin visitar el MuCEM, un museo moderno y fascinante dedicado a la historia y la cultura del Mediterráneo. El edificio en sí es una obra maestra de la arquitectura contemporánea, con un diseño audaz que te llamará la atención. Las exposiciones del museo ofrecen una visión profunda del patrimonio de la región mediterránea.

Para la cena, toma un taxi o un corto paseo hasta La Vallon des Auffes, un pintoresco y escondido puerto pesquero. Aquí encontrarás varios restaurantes acogedores, como Chez Fonfon, donde puedes disfrutar de mariscos frescos y la mejor atmósfera.
Dónde comer bien en Marsella
Los croissants, el pain au chocolat y el café au lait no son solo típicos de París. El elegante Café de la Banque es un lugar ideal para saborear una buena selección de pasteles franceses y un café excelente, justo antes de dedicar la mañana a explorar las Calanques, un impresionante parque nacional situado entre Marsella y Cassis.
Estas formaciones rocosas y acantilados, que caen en picado hacia aguas cristalinas, son perfectas para una excursión a pie o en barco. Hay varias rutas de senderismo que varían en dificultad, pero todas con vistas espectaculares. Si prefieres una opción más relajada, opta por un paseo en barco para admirar las Calanques desde el mar y, si el clima lo permite, darte un chapuzón en sus aguas.

Después de la excursión, regresa a Marsella y almuerza en La Grotte, un encantador restaurante con vistas al mar. Su menú incluye platos frescos de mariscos y especialidades provenzales que hablan del corazón de esta región tanto como la Playa del Prado, la más grande y popular de Marsella. Aquí puedes tomar el sol, nadar en el mar o simplemente pasear por la orilla. La playa está bien equipada con instalaciones para deportes acuáticos y varias cafeterías y bares.
Para una cena verdaderamente memorable, reserva una mesa en Le Petit Nice Passedat, un restaurante con tres estrellas Michelin situado en un acantilado con vistas al mar. El chef Gérald Passedat es famoso por su habilidad para resaltar los sabores del Mediterráneo.
TURIUM TIPS
Dicen que son las cataratas del Niágara de Andalucía, así es la cascada más alta de Jaén
En la provincia de Jaén, concretamente en el Parque Natural de Despeñaperros, se encuentra la cascada de la Cimbarra, que puede presumir de ser el salto de agua más alto de Andalucía.