Esta es la ruta de senderismo más espectacular de Soria: conduce a una ermita románica en un parque natural precioso
El cañón del río Lobos con la ermita de San Bartolomé al fondo. FOTO : WIKIPEDIA/DIEGO DELSO.

Esta es la ruta de senderismo más espectacular de Soria: conduce a una ermita románica en un parque natural precioso

La ermita de San Bartolomé es una joya románica escondida en el Parque Natural del Cañón del Río Lobos, en Soria. Un paraje de una insólita belleza entre farallones y nenúfares en el que merece la pena, y mucho, internarse.

Ángeles Castillo | Diciembre 30, 2025

No es exagerado decir que el cañón del río Lobos es uno de los paisajes más espectaculares de nuestra geografía. Tierra de una belleza insólita y, al tiempo, mítica y misteriosa, como la de los barrancos de Gebas, en Murcia, que parecen la luna.

Son nada menos que veinticinco kilómetros entre bosques de pinos y sabinas, además de la vegetación de ribera, por donde campan a sus anchas los buitres leonados, que son los reyes, compartiendo espacio con águilas reales y halcones peregrinos, nutrias, comadrejas y corzos. El paisaje, que está catalogado como Parque Natural, además de Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA), impresiona por su virginidad.

Qué te vas a encontrar en el cañón del río Lobos

Además de la envolvente naturaleza, a nada que uno se adentra en el cañón, enseguida le sale al paso la ermita románica de San Bartolomé (siglo XII), que conmueve por su factura tanto como por el lugar en que está enclavada. Nada menos que en el meandro del río Lobos, que se llena aquí de nenúfares, y al abrigo de apabullantes farallones.

Una experiencia no diremos mística, pero sí de una notable espiritualidad, sobre todo por el silencio y la paz que habitan. Algo parecido a lo que se siente ante la también ermita románica de San Pantaleón de Losa, en Burgos. No se ven ermitas como estas así como así. La soriana solo se puede visitar por dentro el 24 de agosto, día de la romería en honor al santo.

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La ermita de San Bartolomé está al abrigo de la roca y junto al río. FOTO: PATRIMONIO NATURAL CASTILLA Y LEÓN.

Es posible estirar la ruta hasta donde se quiera, porque el cañón se alarga "ad infinitum", incluso hasta Hontoria del Pinar, ya en Burgos, en la Sierra de la Demanda, donde termina (o empieza). Las clásicas paradas después de San Bartolomé son la cueva Grande, justo enfrente, con más de 100 metros de profundidad, y el Balconcillo del Diablo, un mirador alucinante al que se accede subiendo una cuesta que sale a la izquierda de la ermita y en el que maravillarse ante la panorámica de vértigo. Emoción que ya vivimos, salvando las distancias, a 300 metros sobre el vacío en las Arribes del Duero de Salamanca.

Los senderos dentro del parque natural soriano

A la ermita también se va por el sendero del Puente de los Siete Ojos, pero aquí ya estamos hablando de dieciocho kilómetros. Eso sí, atraviesa buena parte del cañón, internándose en sus intimidades y estrecheces, y dejando ver cómo el tiempo y la erosión del propio río han ido esculpiendo la roca caliza como auténticos maestros. Atención, porque se pasa por el Colmenar de los Frailes, que era exactamente eso. En este caso, hay que partir del área recreativa de dicho puente, en la localidad de Santa María de las Hoyas.

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La cueva Grande es una de las muchas cavidades que hay en este paraje. FOTO: WIKIPEDIA/TRIEDROS.

Otra de las rutas es la de las Gullurías, que sale de la Casa del Parque, centro de interpretación que se ubica en un antiguo molino, en Ucero. Gullurías es como se llama popularmente a las calandrias (alondras), las que cantan en el "Romance del prisionero", y les responde el ruiseñor. Y, al igual que las demás, está perfectamente señalizada.

En esta ocasión, se trata de recorrer nueve kilómetros entre pinos y sabinas, pasando primero por dos antiguas caleras, que era donde se introducía la piedra caliza para obtener la cal con el calor, a modo de horno, hasta llegar al mirador y, tras contemplar la espléndida panorámica, descender, ahora entre quejigos. Hay un desvío, aviso a navegantes, hacia San Bartolomé.

Un castillo de los templarios y un canal romano

No solo de ermita, grutas y miradores vive este paraje. También está coronado por un castillo, que le da aún más esplendor. Es el castillo de Ucero, un tesoro medieval, al que igualmente sube una ruta (6,5 km en total), que comienza en el mismo punto que la anterior. Solo que esta vez hay que buscar el nacimiento del río Ucero, el Nacedero, pasando muy cerca de la cueva Galiana, un laberinto de estalactitas y estalagmitas que se puede visitar con guía.

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El castillo de Ucero está en el entorno del cañón del río Lobos. FOTO: PATRIMONIO NATURAL CASTILLA Y LEÓN.

En cuanto al castillo, cabe decir que era templario y servía de refugio a las peregrinos que hacían el Camino de Santiago. También que lo rodean tres recintos amurallados, dentro de los cuales hay restos de una iglesia románica. Como suele ser habitual, lo mejor conservado es la torre del homenaje.

No falta la huella romana por estos lares, concretamente el canal hidráulico que conducía el agua a la ciudad celtibero-romana de Uxama Argaela, sobre el altozano de El Castro. Se encuentra al este de la actual población de El Burgo de Osma, por donde circula la vía romana que unía Astorga con Zaragoza. O sea, Asturica Augusta con Caesar Augusta.

El Burgo de Osma, ciudad monumental y gastronómica

El Burgo, que fue primero Osma, es una ciudad fortificada y monumental, que constituye uno de los conjuntos histórico-artísticos más bonitos de Castilla y León. La catedral, que empezó siendo románica y terminó gótica con elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos, se sitúa a la cabeza, sin desmerecer a su calle Mayor, que es porticada; a la plaza Mayor, presidida por el ayuntamiento (XVIII) y el antiguo hospital de San Agustín (XVII-XVIII), y al palacio episcopal.

Y como testigo fundamental de su jugoso pasado, el yacimiento arqueológico de Uxama, abierto a las visitas. Así que se pueden recorrer sus calles, jugar a imaginar cómo fueron sus villas residenciales y tomar nota de las infraestructuras. Ya se sabe lo dados que eran los romanos a la ingeniería.

TURIUM TIPS

Dónde dormir. La antigua Universidad de Santa Catalina, edificio del siglo XVI donde se impartían estudios de filosofía, teología, medicina y derecho, es hoy el hotel Castilla Termal Burgo de Osma (desde 172€). Sus aguas mineromedicinales se encuentran bajo el patio renacentista.
Dónde comer. En El Portalón, en San Leonardo, sirven carnes a la brasa. En el Mesón Julio, en Casarejos, se pueden degustar dos tesoros de la zona, las setas y los torreznos. El Burgo de Osma es capital gastronómica, así que es en sí una delicia. Ahí están La Dehesa de Osma o el Virrey Palafox.
Imprescindibles. Hay cinco miradores en el parque natural: Costalago, en zona burgalesa; la Lastrilla, ya en Soria; las Gullurías, todo a pie; la Galiana, el más accesible al estar junto a la carretera que une Ucero y San Leonardo, y el Balconcillo del Diablo, un agujero en la roca que actúa de ventana.
Cómo llegar. Al cañón se puede acceder desde Hontoria del Pinar (Burgos); desde el puente de los Siete Ojos, entre San Leonardo y Santa María de las Hoyas; o desde Ucero, donde está la Casa del Parque, muy recomendable. Todos estos pueblos tienen su encanto.