Cabañas en la playa y poco turismo: así son los pueblos más bonitos de Suecia
Las casas de colores de Skanör y Falsterbo. Foto : iStock.

Cabañas en la playa y poco turismo: así son los pueblos más bonitos de Suecia

Si quieres viajar por Europa, pero prefieres evitar el turismo de masas, Skanör y Falsterbo son los destinos perfectos para ti: dos pequeños pueblos suecos donde desconectar por completo.

Lucía Lorenzo | Noviembre 22, 2025

Si hablamos de lugares bonitos en Europa, tenemos que hablar de Suecia. Basta con pasar 48 horas en Estocolmo, la capital, para darse cuenta de que la cuna de Ikea no es un país cualquiera. Como en Noruega, aquí se pueden ver auroras boreales y paisajes nevados espectaculares, si viajas en la época adecuada. Pero si no quieres ir a donde acude todo el mundo y prefieres descubrir algún que otro tesoro oculto, entonces tienes que visitar Skanör y Falsterbo.

Por qué ir a Skanör y Falsterbo

Aunque surgieron como localidades separadas, allá por el siglo XII, a día de hoy Skanör y Falsterbo forman parte de la misma unidad. Sin embargo, aunque en sueco el nombre oficial sea Skanör med Falsterbo (siendo med su forma de decir “con”) los locales siguen considerándolas dos entidades independientes: dos ciudades gemelas que han crecido dadas de la mano.

Apacible y de clima fresco durante el verano (aunque algo más cálido que el resto de Suecia durante el invierno, pues rara vez llega a temperaturas bajo cero), la villa enamora a quien la descubre gracias a sus coloridas cabañas de madera, que bordean la playa como un arco iris recién derramado sobre la arena de color blanco.

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La playa de Falsterbo. Foto: Unsplash.

Desde lejos, el mar Báltico rodea la Península de Falsterbo con su abrazo de color azul intenso, y las casas del pueblo resaltan como pequeños puntos blancos y naranjas entre los árboles. Si lo que buscas es un refugio tranquilo donde poder desconectar, no te arrepentirás de pasar unos días aquí.

Si, por el contrario, prefieres el turismo frenético y acabar con tu reloj digital indicando que has recorrido más de 20 kilómetros en un día, quizás esta sea una buena opción para pasar uno de tus últimos días en Suecia. Al fin y al cabo, ¿a quién no le va a gustar pasar un día en una playa de aguas turquesas?

Qué ver y hacer en Skanör y Falsterbo

Skanör y Falsterbo no forman parte de esos destinos rebosantes de cosas que hacer, donde puedes llenar cada minuto del día con una actividad diferente y no aburrirte nunca. Para disfrutar del todo de estos pueblos simétricos hay que saber frenar, respirar hondo y conectar con tu alrededor. ¿Lo mejor que puedes hacer? Dar un paseo tranquilamente y disfrutar del paraíso sueco.

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El paisaje de Skanör recuerda al paraíso. Foto: Pexels.

Recorre con calma la calle principal de Skanör y déjate deleitar con la belleza de las típicas casas de colores del lugar. Al final, te toparás frente a frente con la iglesia de Skanör: un curioso templo de color blanco y tejas de color naranja que merece la pena admirar tanto por fuera como por dentro.

Por supuesto, tienes que recorrer con calma el puerto y dejarte caer por las playas de arena blanca de Falsterbo. Es aquí donde encontrarás las famosas cabañas de colores que protagonizan las postales de la localidad. Además, muy cerca se encuentra la reserva natural de Måkläppen. Y, si quieres algo más, siempre puedes llegar en coche hasta Malmö, que se encuentra a tan solo 30 minutos de distancia.

TURIUM TIPS

Para comer, reserva una mesa en Kust Falsterbo: un restaurante con un ambiente increíble, donde podrás probar la gastronomía tradicional sueca y también acercarte un poco más a la famosa amabilidad de sus gentes. Entre los platos que ofrece, te recomendamos probar el pescado con patatas fritas y la hamburguesa vegetal. No te arrepentirás.
Si quieres pasar la noche en Skanör y Falsterbo, el Hotell Gässlingen es una opción excelente: con habitaciones acogedoras, decoradas en madera y colores vibrantes, y piscina exterior, se encuentra a 10 minutos a pie de las playas blancas de Skänor. Además, merece la pena probar su restaurante y probar la cocina sueca, cocinada con productos locales.
No obstante, el alojamiento más auténtico de la zona (y nuestro preferido) es Villa Olympia: una casita de madera blanca, de estilo rústico, con un agradable jardín en el que disfrutar del aire fresco. Es obligatorio probar el helado, elaborado de forma casera por los dueños de la villa.