
Ni Cadaqués ni Tossa de Mar, este pueblo precioso es el secreto mejor guardado de la Costa Brava
El pequeño pueblo pesquero de Tamariu es una maravilla escondida en la Costa Brava. Su ambiente relajado y su ubicación estratégica hacen de esta localidad el punto de partida perfecto para conocer las calas más bonitas de la zona.
El municipio de Tamariu no siempre está en la lista de los pueblos que debes visitar cuando haces una ruta por la Costa Brava. No porque no lo merezca, sino por todo lo contrario. Es un secreto muy bien guardado por los catalanes que lucha por mantener su esencia inalterable, aunque cada año sean más los que descubren este tesoro.
Este pequeño pueblo es una joya escondida que ha logrado mantener su magia a pesar del creciente turismo en la región. Con una población que apenas supera los 300 habitantes permanentes, Tamariu encapsula toda la esencia de la Costa Brava, la de antes. Es una escapada con encanto perfecta para los enamorados de la zona.
Descubriendo Tamariu, el pueblo secreto de la Costa Brava
Ubicado en el municipio de Palafrugell, en la comarca del Baix Empordà, Tamariu tiene una historia que se respira en sus pequeñas calles que conducen hasta su preciosa playa. El nombre Tamariu proviene del árbol tamarindo, que crece abundantemente en la zona y cuya presencia ha sido un símbolo del pueblo durante siglos.
Este modesto pueblo de pescadores ha sabido preservar su esencia marinera mientras se adapta a los tiempos modernos. La cala principal, con su forma de media luna y sus aguas cristalinas, es el corazón del pueblo. Este lugar, que en su día fue un refugio para los barcos pesqueros, hoy es un destino ideal para los bañistas y veraneantes.

Comienza el día en Tamariu
Comienza tu día en Tamariu con un desayuno frente al mar en el Restaurante Es Dofí, donde puedes disfrutar de unas tostadas con tomate y jamón ibérico mientras contemplas el despertar del día. Después, aventúrate a descubrir las calas cercanas. Cala Aigua Xelida, a solo unos minutos en coche o un corto paseo (recomendado) por el Camí de Ronda, es una joya escondida donde puedes nadar en aguas turquesas y relajarte en una playa de guijarros rodeada de naturaleza.
Si prefieres algo más aventurero, alquila un kayak y explora la costa desde el mar. Las formaciones rocosas y las pequeñas cuevas marinas que se encuentran cerca de Tamariu ofrecen una experiencia perfecta para los amantes del kayak y el snorkel. Durante el verano, varias empresas locales ofrecen alquiler de equipos y tours guiados que te llevarán a los rincones más impresionantes de la zona.

Cae la tarde en Tamariu
Tras una mañana de exploración, dirígete al centro de Tamariu para un almuerzo que celebre los sabores de la región. El restaurante Es Portió es famoso por sus platos de mariscos frescos y su paella, que puedes disfrutar en una terraza sombreada con vistas al mar.
Después de comer, y siguiendo el Camino de Ronda, puedes llegar a lugares tan hermosos como Cala Pedrosa, una playa de guijarros con acceso un poco complicado. También te recomendamos Los Liris, una pequeña playa rodeada de rocas y acantilados, donde aún se puede ver una barraca de 1872, y Aiguadolça, un rincón acogedor entre árboles y acantilados que cuenta con su propio embarcadero.
Pero lo mejor de Tamariu es que todavía cuenta con lugares prácticamente vírgenes y solitarios, algo muy difícil de encontrar que aquí es posible: visita Cala Marquesa y Cala de los Gens, también conocida como El Cau. Eso sí, solo podrás acceder a estos lugares por mar.
Para aquellos interesados en la historia, una visita a las ruinas del poblado ibérico de Puig de Castellet es imprescindible. Aunque está un poco más alejado, a unos 30 minutos en coche, ofrece una vista panorámica espectacular y una lección fascinante sobre los primeros habitantes de la región.
Noches mágicas en Tamariu
La magia de esta costa no termina cuando el sol se pone, todo lo contrario. Las puestas de sol aquí son un espectáculo que nadie se quiere perder y, para disfrutarlas como nadie, lo mejor es subir hasta el mirador y faro de Sant Sebastià, a pocos kilómetros de Tamariu. Disfruta de una vista panorámica del litoral mientras el sol se sumerge en el Mediterráneo. Este es también un excelente lugar para los fotógrafos que buscan capturar la esencia de la Costa Brava.
Para una cena única y exclusiva, tenemos que hablar de un sitio que recordarás para siempre: el restaurante del hotel El Convent en Begur. Situado en un tranquilo bosque, dentro de un convento, este lugar es un santuario para los amantes de la buena comida y la naturaleza. Su menú se enfoca principalmente en productos locales de kilómetro cero, destacando la frescura y calidad de cada ingrediente. Los arroces, preparados con esmero y siguiendo la tradición, son una de las especialidades.
Además, la parrilla ofrece una experiencia única, cocinando deliciosas carnes y vegetales a la brasa que realzan sus sabores naturales. Cristina del Olmo y Rolan Mero son los responsables de que esta experiencia sea perfecta.
