Esta isla volcánica en Italia tiene un balneario al aire libre espectacular con termas de lodo caliente
Caminata por Vulcano. Foto : Italia.it

Esta isla volcánica en Italia tiene un balneario al aire libre espectacular con termas de lodo caliente

Vulcano, en las islas Eolias, fue vista en la Antigüedad como la fragua de los dioses. Hoy atrae por sus baños de lodo, vinos volcánicos y experiencias exclusivas junto al Mediterráneo.

Aleks Gallardo | Noviembre 13, 2025

Fíjate, cuando te aproximes en barco a Vulcano, cómo la silueta oscura de la isla aparece con un aspecto distinto al de sus vecinas del archipiélago eolio. Está a solo 20 kilómetros al norte de la bella ciudad de Sicilia, pero se siente más agreste y primaria.

La isla debe su nombre a Vulcano, dios romano del fuego, y desde la Antigüedad fue considerada una fragua divina: los griegos la llamaban Hiera Hephaisteion, el lugar donde Hefesto tenía sus talleres subterráneos y durante siglos se creyó que las erupciones eran mensajes de los dioses. El Gran Cratere, con sus emanaciones de azufre todavía activas, es el recordatorio de que aquí la historia natural nunca se ha apagado del todo.

A diferencia de Stromboli, que aún ruge con erupciones visibles, Vulcano vive en una calma relativa desde su última gran actividad en 1890. Esa pausa no la ha convertido en una isla dormida, sino en un lugar donde la actividad volcánica se percibe en lo cotidiano: el olor al desembarcar, las aguas que hierven en la costa, los suelos que emanan vapor.

Hoy tiene apenas un millar de habitantes repartidos en pequeños núcleos como Porto di Levante, Piano o Gelso, pero su magnetismo es mayor que el de islas más pobladas. Aquí todo se trata de experiencias conectadas a la naturaleza bruta y en un ritmo de vida que aún conserva el aire aislado de las Eolias.

El espectáculo del lodo: Terme libere

Vulcano dispone de un área termal natural conocida como Terme libere di Vulcano, dividida en tres zonas: la Pozza de Fanghi (poza de barro), el “mare caldo” (mar caliente) y zonas de fumarolas cerca de la costa. La Pozza de Fanghi funciona como una piscina natural de lodo sulfuroso, con temperaturas que pueden estar entre 40 °C y 80 °C. Este lodo es valorado por sus propiedades analgésicas, antiinflamatorias y beneficiosas para la piel.

Durante los últimos años esa poza había estado cerrada por razones de seguridad; sin embargo, recientemente fue reabierta tras cinco años de intervención y restauración. Eso la convierte en una novedad destacada: muchos operadores turísticos en 2025 la promueven como “símbolo renovado” del turismo termal en Vulcano. 

Para quien quiera evitar las multitudes (aunque no son masas), conviene visitarla temprano por la mañana o al final de la tarde. En esos momentos la luz, el olor ondulante del azufre y el silencio marino crean una atmósfera íntima.

El “mare caldo” es otra zona donde el mar, por actividad volcánica submarina, se calienta naturalmente. Puedes nadar allí entre corrientes tibias y ver burbujas subterráneas. Las fumarolas cercanas actúan como baños de vapor: no puedes acercarte demasiado sin guía, pero el vapor se mezcla con el aire marino en espacios donde el azufre difunde sensaciones de sauna natural.

Muchas guías hacen énfasis en estos baños de lodo: lo interesante es que, al estar reabiertos, las autoridades locales regulan accesos, mantenimiento del lugar y ciertas horas para preservar la naturaleza.

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Los lodos en la Pozza dei Fanghi. Foto: Italia.it

Subir al Gran Cratere

Por supuesto, la subida al Gran Cratere es casi obligatoria: en una hora aproximadamente, se alcanza la cima del cono volcánico (Vulcano della Fossa) con vistas panorámicas hacia Lipari, Panarea y Stromboli. Pero no lo hagas con grupos de 20 personas: busca un guía privado especializado en geología volcánica. Podrás detenerte en bocas menos visibles, conocer los gases que emergen, aprender a leer el terreno.

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Gran cratere dell'isola di Vulcano. Foto: Bartuccio (Zone 101)

Ruta por la Reserva Natural de Vulcano

Más del 60 % del territorio de Vulcano forma parte de la Riserva naturale orientata Isola di Vulcano.  Allí están cráteres antiguos, cráteres inactivos (Monte Aria, Monte Saraceno) y senderos que pisan bosques de lecho mediterráneo. Pide un permiso o acompáñate de guía para trazar un recorrido que cruce puntos menos transitados: uno de esos senderos lleva al "Belvedere di Capo Grillo", con vista insólita sobre mar y volcanes vecinos (Lipari y Salina). Un momento para detenerte, oler el monte, escuchar el viento.

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Las islas Eolias desde el Gran Cratere. Foto: Lyle Wilkinson

Comer y beber en la isla

En Vulcano se cultivan viñedos de Malvasia delle Lipari y uvas autóctonas en suelos volcánicos. Hay bodegas pequeñas, una de ellas es Punta Aria. Reserva una cata privada con maridaje de productos de la isla (queso de cabra, miel local, aceite). En ocasiones se organiza esa cata al atardecer en viñedos frente al mar.

Dentro de la isla, resta destacar Il Cappero, restaurante con estrella Michelin asociado al Therasia Resort del que hablaremos más adelante. Para algo más espontáneo, prueba trattorias fuera del centro turístico: en local "Il Castello", donde el pescado del día se prepara con aceites volcánicos locales y la carta de vino da protagonismo a las etiquetas eolias.

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Las vistas del Restaurante Il Cappero. Foto: Therasia

Alojamiento con sello volcánico

No te conformes con hoteles estándar: el Therasia Resort Sea & Spa se encuentra en la zona de Vulcanello (extensión más reciente de la isla), en un promontorio con vistas panorámicas al mar y hacia Lipari. Las suites tienen terrazas privadas con vistas al archipiélago; el spa aplica tratamientos con minerales volcánicos locales; y el restaurante del hotel, Il Cappero, ha conseguido una estrella Michelin. Además, quedarte allí te da ventaja de acceso temprano a senderos y paz nocturna sin congestión.

Para una experiencia boutique, contacta villas privadas en Vulcano Piano o Gelso, gestionadas por familias locales. 

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Therasia Resort Sea & Spa. Foto: Therasia

Navegación privada por el perímetro volcánico

Una de las formas más glamorosas de ver Vulcano es en yate o barco privado. Más allá de la playa negra de Porto di Ponente, accesible a pie, en barco se descubren calas y cuevas que apenas aparecen en los mapas. La Grotta del Cavallo, con su bóveda natural, es parada obligada para nadar en aguas de un azul denso. Muy cerca, la Piscina di Venere ofrece un enclave semicircular donde el mar parece una laguna privada. Hacia el sur, la zona de Gelso sorprende con playas casi desiertas, bordeadas por un pequeño faro y arena oscura, ideales para fondear sin aglomeraciones.

Estas rutas permiten ver el contraste entre acantilados, piedra volcánica y rincones donde el Mediterráneo se muestra intacto, lejos de las rutas más trilladas de las Eolias.

TURIUM TIPS

Dormir con vistas: apuesta por el Therasia Resort Sea & Spa, con suites y tratamientos de spa volcánicos frente al mar.
Navegación a medida: alquila un barco privado al atardecer y cena a bordo frente a la Grotta del Cavallo iluminada.
Vinos de altura: reserva con antelación una cata exclusiva de Malvasía delle Lipari en viñedos volcánicos como Punta Aria.
Mejor hora para el barro: entra a la pozza termal antes de las 9 h o al atardecer para evitar grupos y disfrutar del silencio.