El destino perfecto para visitar en invierno está en Croacia: tiene el Mejor Mercado Navideño de Europa
Advent Zagreb, el gran evento navideño de Croacia. Foto : Advent Zagreb

El destino perfecto para visitar en invierno está en Croacia: tiene el Mejor Mercado Navideño de Europa

Lleva años en boca de todos y ya es una realidad: cada diciembre, la capital croata se transforma en un escenario invernal que no tiene rival. No es un mercado navideño más: es una celebración que ha convertido a Zagreb en la capital del invierno europeo.

Aleks Gallardo | Diciembre 9, 2025

Aunque podría pasar por una ciudad centroeuropea, Zagreb es mucho más que arquitectura austrohúngara, avenidas elegantes y cafés con molduras doradas. Si en verano algunos viajan a Croacia para visitar paraísos como Hvar, en el último mes del año la capital se convierte en el destino navideño ideal. No es solo la decoración —aunque la hay, y en abundancia—, sino la energía que desprende. Todo empieza con Advent in Zagreb, un festival que no se parece a ningún otro en Europa.

Este evento —que oficialmente dura cuatro semanas, desde finales de noviembre hasta Reyes— no es un simple mercado de Navidad, sino una experiencia urbana que envuelve toda la ciudad. No hay un único epicentro, sino decenas de espacios conectados por un hilo invisible de música, gastronomía, arte y convivencia.

Desde 2016, Zagreb ha sido elegida varias veces Mejor Mercado Navideño de Europa, y lo sorprendente es que no lo consiguió por exceso, sino por equilibrio. Mientras otras capitales convierten la Navidad en un parque temático, aquí se trata de una experiencia urbana completa: la vida cotidiana vestida de fiesta. En el centro, los tranvías azules siguen su recorrido habitual y los niños patinan bajo los árboles del Parque Tomislav, convertido en pista de hielo frente al Palacio de Arte.

Advent in Zagreb: una ciudad dentro de otra

El Advent in Zagreb nació en 2002 como una iniciativa local y casi artesanal. Con el tiempo, creció hasta ocupar plazas, parques y avenidas, y fue votado tres veces consecutivas como el Mejor Mercado Navideño de Europa (2016, 2017 y 2018). Hoy es un fenómeno cultural que combina tradición, diseño y participación ciudadana.

El corazón del evento está en la Plaza Ban Jelacic, donde un enorme árbol preside los puestos de madera que venden vino caliente, dulces típicos y productos artesanales. Pero el espíritu del Adviento se extiende mucho más allá: cada barrio tiene su propio ambiente, su estética y su propuesta.

Uno de los lugares más emblemáticos es el Parque Zrinjevac, que en diciembre se convierte en un bosque iluminado. Bajo sus plátanos centenarios, los quioscos sirven štrukli (una especie de pastel relleno de queso fresco) y vino especiado, mientras un grupo de músicos toca jazz o swing bajo el templete de hierro forjado. La escena podría estar en Viena o en Praga, pero con un punto más cálido, menos formal.

A unos pasos, el Parque Tomislav se transforma en una enorme pista de patinaje al aire libre frente al Palacio de Arte. La iluminación, la música y el olor a canela crean una atmósfera que resume el espíritu del Adviento: una mezcla de romanticismo europeo y vida local. 

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Abrígate bien para recorrer los mercados navideños de Zagreb. Foto: Emmanuel Cassar

Uno de los espacios más sorprendentes es el Túnel Gric, que conecta la Ciudad Alta con la Ciudad Baja. Durante el Adviento, este antiguo túnel de defensa se convierte en una instalación artística con proyecciones, esculturas y efectos de luz que cambian cada año. Es el punto donde la Navidad de Zagreb se vuelve más contemporánea, más artística, más europea.

Y si buscas un mirador, sube hasta la Ciudad Alta (Gornji Grad) y asómate junto a la Iglesia de San Marcos, con su tejado esmaltado de colores. Desde allí se ven las luces del centro, el vapor del mercado y las calles empedradas llenas de gente paseando. 

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Túnel Grič intervenido por Navidad. Foto: Croatia2Go

Una ciudad hecha para pasear

Zagreb no tiene la monumentalidad de Viena ni un río inmenso como Praga, pero su encanto reside precisamente en eso: todo está a escala humana. Se recorre a pie sin esfuerzo, y cada barrio ofrece una cara distinta. En la Ciudad Baja (Donji Grad), las avenidas amplias y los parques se suceden en forma de herradura verde. El conjunto, conocido como la Herradura de Lenuzzi, es uno de los proyectos urbanísticos más interesantes del siglo XIX y sigue siendo el alma verde de la ciudad.

Uno de sus tramos más bellos es el Parque Zrinjevac, que en Navidad brilla con luces y conciertos, pero fuera de temporada es el lugar perfecto para leer, observar o tomar un café. Los zagrebinos adoran su cultura cafetera, herencia directa de la época austrohúngara. Si te sientas en el Café Korcula, con sus vitrinas de pasteles y aroma a café recién molido, verás cómo la ciudad se mueve a un ritmo diferente. 

Continuando hacia el sur, el Museo Arqueológico y la Galería Moderna muestran el lado culto de una capital pequeña pero intelectualmente viva. No muy lejos, el Mercado Dolac, al aire libre, es el contrapunto local: un estallido de color, fruta, queso y flores bajo toldos rojos. Incluso en invierno, el mercado late con fuerza.

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Iglesia de San Marcos en Zagreb. Foto: Martin Bennie (Unsplash)

Un invierno de arte, historia y refugios cálidos

La belleza de Zagreb no se limita a sus plazas o parques iluminados. En el interior de sus edificios se esconde un pulso cultural sólido, que convierte la ciudad en un destino ideal más allá del Adviento. El Museo de las Relaciones Rotas se ha convertido en una referencia mundial: una colección de objetos donados por personas de todo el mundo que narran sus rupturas sentimentales. Imposible encontrar algo más original. 

A unos minutos caminando se encuentra el Museo Mimara, con una de las colecciones más completas de arte europeo en Croacia, y el Museo de Arte Contemporáneo, en la zona nueva de la ciudad, que sorprende por su escala y sus instalaciones interactivas. 

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Estación de tren donde paraba el mítico Orient Express y que da inicio a una sucesión de ocho parques conocidos como la Herradura Verde. Foto: Maja Vuijic (Unsplash)

Cuando cae la tarde, lo ideal es volver al centro, cruzar la Plaza Ban Jelacic y entrar en alguno de los bares de vino o pequeños restaurantes donde se sirven guisos tradicionales. Uno de los favoritos entre los locales es Vinodol, donde se puede probar el cordero asado típico de la región acompañado de un vino de Eslavonia. Y para quienes prefieren una experiencia más refinada, Noel, con estrella Michelin, confirma que la capital croata sabe moverse con soltura en la cocina moderna.

A la hora de descansar, la ciudad mantiene su elegancia histórica. El Hotel Esplanade Zagreb, frente a la estación central, conserva la gloria art déco de 1925, cuando alojaba a los viajeros del Orient Express. Sus suelos de mármol, lámparas de cristal y servicio clásico son parte del encanto. Desde las ventanas del vestíbulo se ve la pista de hielo del Parque Tomislav, y esa vista resume la esencia de Zagreb en invierno. No querrás que acabe la Navidad. 

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Catedral de fondo en la Navidad de Zagreb. Foto: Pixabay

TURIUM TIPS

Empieza en la Plaza Ban Jelacic: corazón del Advent in Zagreb, con vino caliente y vistas a las luces del casco histórico.
Cruza el Túnel Gric: convertido cada año en instalación lumínica y punto fotográfico imprescindible.
Pasea por el Parque Zrinjevac al atardecer: su quiosco iluminado es el icono del Adviento.
Tómate un café en Korcula o un pastel en Orijent:  dos clásicos del invierno zagrebino.
Hospédate en el Hotel Esplanade: un icono art déco que sigue siendo el refugio más elegante del invierno croata.