Ni el de la Plaza Mayor ni el de Plaza España, el mejor mercadillo navideño está muy cerca de Madrid, en una ciudad Patrimonio de la Humanidad
El mercado navideño de Alcalá de Henares, la ciudad complutense, tiene tanto encanto que atrae a multitudes. Del 28 de noviembre al 6 de enero, la emblemática plaza de Cervantes volverá a llenarse de atracciones y de los clásicos puestos.
La encantadora ciudad de Alcalá de Henares lo tiene todo para erigirse como el escenario perfecto de la Navidad. No en vano es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Al hecho de haber sido la ciudad romana de Complutum y la gran ciudad académica del Siglo de Oro, con la fundación de su magna universidad en 1499, se suma ser la cuna del gigante de las letras Miguel de Cervantes. Todo esto ya la hace distinguida. Por eso, y muchísimo más, su mercadillo de Navidad está en condiciones de rivalizar nada menos que con el de la Plaza Mayor de Madrid, separados ambos por apenas treinta kilómetros.
Del mercado cervantino al navideño
Alcalá tiene mucho callo en la celebración de grandes eventos, empezando por la ceremonia de entrega del Premio Cervantes y siguiendo por el Festival de Teatro Clásicos en Alcalá, el Festival Alcine de cortometrajes, la representación de "Don Juan Tenorio" y la Semana Cervantina con su espectacular mercado. Su mercadillo navideño, que es el que nos toca, no se queda atrás, con ese espíritu "abierto, cosmopolita y joven" del que presume el municipio.

Se celebra, como siempre, en la plaza de Cervantes, que es su centro neurálgico, este año desde el 28 de noviembre, día en que queda inaugurado también el alumbrado, hasta el 6 de enero. Junto a este montaje, creando ambiente, las atracciones. Esto es, la noria, el carrusel, un tren de vías que recorre un árbol de veinte metros de altura y otro tren turístico que lleva hasta el Belén Monumental, en mayúsculas, que también tiene lo suyo. Sin olvidar la pista de hielo, los conciertos y demás planes para toda la familia.
Treinta casetas de regalos, artesanía y alimentación
Por tanto, no se trata solo de las casetas llenas de objetos, artículos y artilugios. La ciudad complutense ofrece un programa que mezcla tradición, diversión y experiencias en un entorno lleno de historia, como este pueblo a una hora de Madrid, y de la magia propia de estas fechas, con los juegos de luces a todo color y resto de parafernalia.
En los más de treinta puestos de artesanía y alimentación hay todo tipo de productos locales, navideños y de regalo. La idea es que los pequeños disfruten de atracciones, talleres y espectáculos varios. Y que los mayores hagan lo propio, dando un garbeo, ojeando, comprando, degustando los productos gastronómicos o deleitándose, sin más, con el animado ambiente.

Entrando ya más en materia, el 29 de noviembre habrá un concierto de Raya Real, con sus ritmos y bailes sureños para cantar y bailar, al que seguirá el pregón clásico y una chocolatada. De ahí se pasa al 6 de diciembre, día de la Constitución, cuando actuará Sonia Andrade Cordero, artista alcalaína con raíces lebrijanas, que fusiona la emoción flamenca con la magia de los villancicos. Ganadora, por cierto, de cinco premios nacionales de copla.
Planes de Navidad en Alcalá de Henares
Después llegarán las uvas anticipadas, el 30 de diciembre. A las doce del mediodía para los niños y a las doce de la medianoche para los adultos, con espectáculo en el primer caso y actuaciones en directo en el segundo. Previamente, venta solidaria de chuches-uvas. Además de las exposiciones organizadas con la Asociación Complutense de Belenistas, que tienen su culmen en el referido Belén Monumental, en más de 250 metros cuadrados.

No está de más recordar que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por haber sido, entre otros motivos, la primera ciudad diseñada y construida como sede de una universidad y por su aporte al desarrollo intelectual de la humanidad, en especial en los avances lingüísticos y en la definición del idioma español, y a través de Cervantes y su Don Quijote.
Una plaza para Cervantes y su pila bautismal
Precisamente, la plaza donde se instala el mercado navideño rinde homenaje al que es su hijo predilecto. La preside una estatua de Cervantes, obra del escultor italiano Carlo Nicoli Manfredi, inaugurada en 1879. Es aquí también donde está el ayuntamiento, levantado sobre el antiguo colegio-convento de San Carlos Borromeo; el Corral de Comedias, que ya exhibía sus obras teatrales a principios del XVII, y la sede del Círculo de Contribuyentes, con su barómetro del siglo XIX.
Faltaría el quiosco de la música, de finales del siglo XIX. Y, detrás de este, la torre de la antigua iglesia de Santa María la Mayor, que fue destruida por un incendio en 1936.
En ella fue bautizado el célebre autor, así como cuatro de sus hermanos. Su pila bautismal está en una de las capillas que se conservan, la famosa Capilla del Oidor, que fue mandada construir por el oidor (juez) del rey Juan II de Castilla, Don Pedro Díaz de Toledo, a comienzos del XV. Atención a la yesería del arco de acceso con decoración gótica y a la rejería renacentista. Por cierto, la torre es un magnífico mirador.