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La ruta de senderismo más bonita del norte de España pasa por un desfiladero entre ríos
Una de las rutas de senderismo más bonitas del norte de España: pasa por un desfiladero entre ríos y termina en un pueblo de cuento
Un paseo en medio de la naturales que bordea el río Oca y va a parar en Oña, uno de los pueblos más encantadores de la provincia de Burgos.
Ya no hay verano y, aunque el sol sigue brillando alto en el cielo en buena parte de la península, cada vez son menos los que se acercan a la costa en busca de la caricia del mar. Pero el contacto con la naturaleza y el aire fresco siguen apareciendo como un oasis en las mentes de aquellos acostumbrados a pulular por el casco urbano, que ahora prefieren poner rumbo al interior para visitar los pueblos más bonitos del norte. Así, los primeros meses del otoño se convierten en el momento perfecto para hacer escapadas a la naturaleza, como la ruta por el desfiladero del río Oca, que sigue el curso fluvial y desemboca en la preciosa localidad de Oña.
Ruta por el desfiladero del río Oca
Dicen que todos los caminos llevan a Roma, pero lo cierto es que este es la excepción. Igual que ocurre con la ruta que termina en un mirador en los arribes del Duero, en esta ocasión nuestros pasos no llegan a territorio italiano. Tal vez lo hubiesen hecho en el pasado, cuando los largos brazos del Imperio Romano llegaban hasta Hispania y la Colonia Clunia Sulpicia ocupaba buena parte de la actual Burgos. Pero no hoy, pues el camino que nos acompaña y nos sumerge de lleno en la naturaleza, empieza y termina en Oña.
Sin embargo, pronto abandona la villa y, aunque acaba volviendo a ella, primero nos guía hasta el desfiladero de la Horadada, que nos permite cruzar entre los ríos Oca y Ebro. La senda, que solía ser abrupta y difícil de seguir, es hoy una vía peatonal rodeada de encinares, hayedos y pinos, muchos pinos, donde de vez en cuando se deja ver un zorro, un búho real, un buitre leonado e incluso algún que otro jabalí.
Aunque apenas abarca 3 kilómetros entre principio y fin, su longitud no la hace menos impresionante. A ratos sobre suelo firme y a ratos pegado a la roca, el sendero cruza varios puentes colgantes. Bajo nuestros pies el agua desciende, sin prisa pero sin pausa, y se pierde tras los altísimos muros de piedra que flanquean el recorrido.

En un abrir y cerrar de ojos nos encontramos en la carretera hacia Villanueva de los Montes, momento en el que es preciso girar si queremos volver al punto de partida. Otra opción es apostar por la aventura y seguir por la ruta BU-107 hacia el Sendero de los Miradores de Oña. Pero el pueblo aguarda y hoy no queremos hacerle esperar.
Una parada en Oña, el pueblo más bonito del norte
Con Oña ocurre lo que pasa constantemente con los pueblos más pequeños. Es fácil obviarlos, pasar por su lado con el coche y no detenerse siquiera a mirar, seguir con la vida como si nada, sin saber que acabamos de perder la oportunidad de visitar uno de los pueblos más bonitos del norte de España.
De ignorarlo, no nos alertaría el bullicio de sus calles, pues su población no llega a los 1000 habitantes. Tal vez captaríamos por el rabillo del ojo la silueta de una torre que despunta, quizás alcanzaríamos a escuchar el tañido de las campanas de la iglesia. Si eso bastara para que nos detuviésemos, entonces descubriríamos una joya escondida entre Frías y Poza de la Sal, rodeada de naturaleza y con vistas al Parque Natural de los Montes Obarenes-San Zadornil.
Ya dentro del pueblo, llama la atención el precioso Monasterio de San Salvador, del siglo XI. El enorme convento mezcla motivos románicos y góticos y entre sus elementos más destacados muestra estatuas sepulcrales de varios personajes que allí descansan, un claustro gótico flamígero, una talla románica del Cristo de Santa Tigridia y alguna que otra pintura gótico-flamenca que podría haber sido elaborada por Fray Alonso de Zamora.

Cerca, muy cerca, se encuentran las casas blasonadas de las familias Alonso de Prado y Díaz del Castillo, la iglesia parroquial de San Juan y el Palacio del obispo González Manso. Todo esto, que forma parte de un riquísimo patrimonio histórico-artístico, hizo que allá por el año 1999 la villa fuera declarada Bien de Interés Cultural.
Dónde comer bien en la provincia de Burgos
En Burgos se come bien, eso lo sabe casi cualquiera que se haya detenido en la provincia alguna vez. Y una vez terminamos la ruta por el desfiladero del río Oca, el hambre se convierte en compañero de viaje. Por suerte, entre localidades donde los platos de morcilla se sirven como especialidad y las raciones son tan abundantes que repetir es imposible por mucho que se quiera, en Oña encontramos un tesoro inesperado.
Se trata del Restaurante Blanco y Negro, cuya carta presenta una mezcla de sabores españoles y senegaleses muy difícil de encontrar en cualquier otro lugar. De la curiosa fusión nacen platos como la brocheta de cordero con cuscús y verduras, el thiebou-djeen, un plato con arroz, pescado y salsa de tomate que es el plato nacional del país africano, o la tarta tropical.
En Poza de la Sal, la localidad de a lado, la Taberna Don Ramón ofrece un concepto muy diferente, aunque igual de reconfortante: comida casera y trato cercano, y una carta sencilla que te hará relamerse con los torreznos, las croquetas o el pincho de tortilla.