Lugares para soñar
Suite del recién reformado Orient Express La Minerva, un emblemático palacio del siglo XVII en Roma. FOTO : Alexandre Tabaste.

Lugares para soñar

Hacer la maleta sin importar el destino. Un alojamiento puede tener tal personalidad que merezca el viaje por sí solo. Y eso ocurre en estos hoteles que han abierto en 2025 y que vale la pena inaugurar antes de que acabe el año.

Arantxa Neyra | Octubre 29, 2025

Sentirse por un momento como un viajero del legendario Orient Express, volver a la Osaka de los felicísimos años 20, bailar en los antiguos clubes de jazz o departir en los cafés literarios madrileños, donde en el momento más inesperado, detrás de cualquier esquina, pueden aparecer Lorca, Buñuel o Dalí, como en un sueño caprichoso en el que todo es posible. Esas son solo algunas de las promesas que nos hacen los nuevos establecimientos.

Antiguas embajadas, celosas guardianas de secretos e intrigas, vuelven a cobrar vida permitiendo a sus huéspedes alojarse donde alguna vez los personajes más influyentes del siglo XX decidieron el futuro del mundo, mientras palacios centenarios vestidos de ricos terciopelos e iluminados con lámparas de Murano invitan a fantasear con la Roma del Grand Tour de la mano de Oscar Wilde o Mary Shelley. Paisajes alpinos de cuento se cuelan por la ventana al calor que despide la madera que prende en la chimenea, edificios ultramodernos asombran al huésped y minimalistas lodges, con horizontes infinitos, nos hacen reconciliarnos con el mundo. A estos cinco estrellas no se viene a dormir: se viene a soñar. Porque en eso, y nada más que en eso, consiste viajar: en hacer realidad los anhelos más caprichosos.

Palácio de Tavira (Marugal – Tavira, Portugal)

El tan perseguido “lujo silencioso” alcanza su máxima expresión en el modo de vida de nuestro país vecino. Tavira, en el Algarve, no es una excepción, y por eso tenía todo el sentido que tras abrir el hotel de Christian Louboutin en Melides en 2023, el grupo Marugal (Cap Rocat, Dunas de Formentera…) volviera a Portugal para seguir haciendo lo que mejor sabe: entender la esencia local y exprimirla en todas sus facetas, desde las más obvias hasta esos intangibles que hilvanan precisamente el slow travel.

Este exquisito establecimiento está en el centro de la ciudad y forma parte de ella. Es parte de su patrimonio cultural, que se manifiesta en su fachada y se siente en su interior, y que juega no solo con los materiales locales, como los azulejos, sino también con influencias africanas (las puertas en azul intenso). Tiene 36 habitaciones, azotea con panorámicas y dos piscinas. Solo falta el mar. ¡Y está a la vuelta de la esquina!

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Palácio de Tavira. FOTO: D.R.
Experiencia top: el Bar da Lua, donde disfrutar de un vino portugués.
Un plus: para los amantes del arte contemporáneo, será un placer descubrir piezas de artistas lusos, como los tapices orgánicos de Vanessa Barragão.

The Chancery Rosewood (Rosewood – Londres, Reino Unido)

En la capital británica parecía no faltar nada, pero esta imponente marca siempre hace la vida más plácida a los viajeros, y también a los locales. Este nuevo hotel se ubica en el antiguo edificio brutalista de la embajada americana de los años 60, transformado en hotel por Sir David Chipperfield, premio Pritzker 2023.

Las obras han durado más de diez años y han costado millones de libras, los necesarios para restaurar elementos originales y dotarlo de un lujo contemporáneo donde se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. Para empezar, no hay habitaciones, solo suites; un total de 137, además de siete restaurantes, un bar y spa.

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The Chancery Rosewood. FOTO: Ben Anders.
Experiencia top: alojarse en las houses (mucho más que suites presidenciales), que reciben, en su honor, los nombres de los reyes Carlos e Isabel. Con un precio de 25.000 euros por noche, es todo un lujo.
Un plus: en las afueras puede verse un fragmento del Muro de Berlín.

Aliée Istanbul (Paris Society – Estambul, Turquía)

Esta marca ha vuelto a hacerlo. Cuando todavía no nos habíamos recuperado del síndrome de Stendhal que procura el Abbaye des Vaux, a las afueras de París, llegan con esta nuevo hotel, un antiguo astillero en pleno cuerno de oro, con panorámicas del Bósforo, para volver a dejarnos sin aliento. Sus 122 habitaciones y suites son una oda a la más fina artesanía turca. Están ubicadas en diferentes edificios, que crean ambientes variados y poseen vistas singulares. Como las que se emplazan en el Casthouse, con centenarios muros de piedra y techos de siete metros, o las más contemporáneas, en el edificio Atelier, enmarcadas por marquesinas de cristal y una exuberante vegetación. O las diez disponibles en Foundry, con techos altos, ventanas con arcos y vistas a los jardines de Tersane y al casco antiguo.

Sin duda, uno de los atractivos de Estambul es su rica tradición de hammams, algo que no podía faltar en este establecimiento. Con una superficie de 4.000 metros cuadrados, su Aliée Well+ es uno de los destinos de bienestar más fascinantes y vanguardistas de la región, que combina rituales ancestrales con los últimos tratamientos de salud regenerativa, como crioterapia, oxigenoterapia, saunas de infrarrojos o el programa de biohacking.

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Hotel Alieé Istanbul, en Estambul. FOTO: D.R.
Experiencia top: la propuesta gastro del restaurante Taste, a cargo del chef Thomas Bühner, con tres estrellas Michelin.
Un plus: los huéspedes tienen acceso a un exclusivo espacio, frente a la playa, una especie de club de campo retro, con piscina olímpica y jardines donde procuran terapias de bienestar.

Aman Rosa Alpina (Aman – Dolomitas, Italia)

Hay muy pocos paisajes alpinos en el mundo tan bellos y deslumbrantes como estos, que sirven de maravilloso telón de fondo a este nuevo establecimiento, levantado en una propiedad histórica, en San Cassiano, que ha pertenecido a la misma familia (los Pizzini) desde el año 1939.

Con 51 habitaciones, las texturas naturales, materiales como la piedra y la madera y el paisaje han sido los motivos que han inspirado a Jean-Michel Gathy de Denniston a la hora de llevar a cabo la remodelación de este hotel, que has sabido conservar la construcción tradicional de la zona y darle un toque de vanguardia.

En este asombroso lugar la naturaleza puede disfrutarse todo el año, ya sea con experiencias en la nieve o con rutas en la montaña y paseos alpinos en verano. En cualquier caso, la sensación de plenitud y sosiego siempre está presente, y más si el final del día se disfruta en el increíble spa de este cinco estrellas. Este espacio cuenta con una piscina interior de 20 metros con vistas, jacuzzi, biosauna, sauna finlandesa y un completísimo programa de tratamientos para sentir lo que es el wellbeing.

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El hotel Aman Rosa Alpina, en los Dolomitas. FOTO: D.R.
Experiencia top: ver caer los copos desde unas ventanas de suelo a techo que meten el paisaje en el interior de la habitación, mientras crepita el fuego en la chimenea.
Un plus: la zona, entre Austria, Alemania e Italia, es mucho más que un destino de montaña de élite. Bucear en su historia y degustar su gastronomía, repleta de influencias cruzadas, es un placer.

Brach Madrid (Evok Collection – Madrid, España)

A la ciudad más cool de estos tiempos han llegado nuevos establecimientos con mayúsculas. Las grandes cadenas que faltaban ya están aquí o vendrán en 2026. Esta aterriza desde Francia en la Gran Vía con su segundo proyecto fuera de París, concebido nada menos que por Philippe Starck.

Gran hotel en tamaño no es, pero en lo demás... sí: un boutique de 57 habitaciones, con spa, un soberbio restaurante y un delicioso bar. Situado en un edificio clásico, donde vivió el mismísimo Víctor Hugo, despliega un ambiente desenfadado y una decoración de excelencia, como cabeceros de cuero, cerámica y mimbre, que combinan que otros detalles marca del diseñador, como los apliques en forma de caballito de mar. El interiorismo rinde, de alguna manera, homenaje a los viajes, pero también a la esencia misma de Madrid. A la popular y a la más elevada, a la que fue y a la que es hoy, a la de los cafés literarios y a la de los bares de tardeo. El Brach es, en definitiva, eso que todo hotel debería ser: una excelente base de operaciones para amplificar el destino.

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Azotea del hotel Branch Madrid. FOTO: Julius Hirtzberger.
Experiencia top: el brunch es un delirio genial. Recetas mediterráneas de carnes, pescados y verduras con guiños orientales y la finísima repostería francesa de La Pâtisserie.
Un plus: desde su azotea se disfrutan grandes vistas de la ciudad y, en los días claros, se alcanza a ver hasta la sierra.

2026: lo que está por llegar

La fiesta de los grandes hoteles no termina, queda baile para rato. España seguirá recibiendo la llegada de enseñas top, y no solo en la capital (donde se espera el aterrizaje del Nômade People, Nobu y Aethos Madrid), sino también en otras ciudades. ¿Ejemplos? El Six Senses Quexigal Palace (Ávila), ubicado en un edificio del siglo XVI diseñado por Juan de Herrera y rodeado de naturaleza que llegó a pertenecer a Felipe II.

Fuera de la Península, Bodrum (Turquía) destino que sigue la estela de la Ibiza de los 70, recibirá el hotel OKU; Ámsterdam reinaugurará el mítico Conservatorium Hotel Amsterdam, ahora de W Mandarin Oriental; el Edition Lake Como abrirá oficialmente el próximo año y el Four Seasons llegará a Miconos y a El Cairo.

Y tras el fantástico sabor de boca que nos deja este año el Collegio alla Querce, Auberge Resorts Collection, en Florencia, la compañía presentará The Hearst Hotel, Auberge Resorts Collection, en el edificio de 1911 que alojó al San Francisco Chronicle.

2026 traerá también un impresionante Capella, en Kioto, y Anantara abrirá en el Parque Nacional Kafue, en Zambia, un exclusivo alojamiento con una docena de tiendas de campaña sobre el río para celebrar (con el mayor de los respetos) un homenaje a la naturaleza y la cultura africana.