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Un paseo por las galerías de arte del barrio de Salesas: descubre el Madrid más artístico
Un paseo por las mejores galerías de arte del barrio de Salesas: descubre el Madrid más artístico
Entre palacetes, boutiques y cafés de diseño, Salesas se ha convertido en el epicentro del arte contemporáneo madrileño. Un paseo por sus galerías revela un barrio con alma creativa y ritmo europeo.
¿Dónde quiere vivir todo el mundo en Madrid? En Salesas. ¿Por qué? Porque durante los últimos veinte años, el barrio, además de ser una elegante zona residencial, se ha convertido en el corazón artístico más cosmopolita de Madrid. Y porque, además, está muy cerca de los mejores hoteles. Lo que antes eran talleres, tiendas de antigüedades o viviendas señoriales hoy son las galerías de arte del barrio de Salesas, estudios de diseño y cafés minimalistas. La proximidad con Malasaña, Chueca y el eje del Paseo del Prado lo convierte en una zona intermedia entre el clasicismo y la vanguardia.
La evolución de la zona ha sido orgánica. Las galerías pioneras —Elba Benítez o Heinrich Ehrhardt, hoy Ehrhardt Flórez— se instalaron cuando aún nadie hablaba de distrito del arte. Su llegada atrajo a comisarios, coleccionistas y artistas que buscaban un entorno más urbano que el de las galerías de los setenta en el barrio de Salamanca, pero más refinado que el underground de Lavapiés. Hoy, Salesas concentra algunas de las salas más prestigiosas del país, además de buenos restaurantes y cafés que amplían el circuito cultural hasta la sobremesa.
Ehrhardt Flórez, pionero entre las galerías de arte del barrio de Salesas
Comenzamos este recorrido por una galería de peso. Su historia es también la historia de la evolución del arte contemporáneo en España. Fundada en 1980 como Galería Heinrich Ehrhardt, acercó a Madrid la nueva ola alemana de posguerra antes de mudarse temporalmente a Frankfurt. Regresó en 1998, esta vez con una mirada más internacional, apostando por artistas emergentes tanto españoles como extranjeros —entre ellos André Butzer, Secundino Hernández o Thomas Zipp—.
En 2009 se incorporó Pablo Flórez, cuya visión amplió el alcance hacia la escena ibérica y portuguesa. Desde 2022, el nombre Ehrhardt Flórez refleja esa alianza entre tradición y presente. Su espacio, en ese epicentro del arte situado en San Lorenzo 11, combina la sobriedad del cubo blanco con una programación rigurosa que pone el foco en la pintura y la instalación contemporánea. Una parada imprescindible para entender el diálogo entre generaciones de artistas en la capital.
Elba Benítez: arte que cruza disciplinas
Sin salir de San Lorenzo 11, visitamos otro imprescindible. Desde su apertura en 1990, Elba Benítez se ha consolidado como una de las galerías más influyentes de Madrid. Su fuerza radica en no limitarse a las paredes del arte contemporáneo: aquí el arte dialoga con la arquitectura, el urbanismo, el cine o el espacio público. Sus exposiciones suelen ser tan conceptuales como sensoriales, y su nómina de artistas combina la élite española —Cristina Iglesias, Ignasi Aballí, Frances Torres— con nombres internacionales.
Elba Benítez participa en ferias internacionales y mantiene una relación constante con instituciones culturales, pero su espacio conserva la intimidad y el rigor de las galerías de autor.

The RYDER Projects: el pensamiento como materia
The RYDER Projects nació en East London y llegó a Madrid hace unos años, instalándose en Lavapiés. En 2025 se convirtió en una de las galerías de arte del barrio de Salesas al inaugurar oficialmente su nueva sede en Apertura, situada en Travesía de San Mateo 4, con una exposición dedicada a Miguel Benlloch, artista y activista español cuya obra fusiona cuerpo y política.
El espacio mantiene su espíritu: exposiciones conceptuales, comisariadas con precisión y fundamentadas en la teoría crítica. Más que una galería, The RYDER funciona como un centro de diálogo internacional, en el que artistas y comisarios colaboran para generar reflexión y no solo exhibición. Si te interesa el arte como herramienta de pensamiento, este es tu lugar.
Travesía Cuatro: el arte como idioma común
Con presencia en Madrid, Guadalajara y Ciudad de México, Travesía Cuatro ha construido una red cultural transnacional que promueve la multiculturalidad y el intercambio artístico. Su sede madrileña, en la calle San Mateo, es un espacio luminoso y sereno que se ha convertido en epicentro del arte contemporáneo más diverso.
Fundada por Silvia Ortiz e Inés López Quesada, esta galería ha sido clave para dar visibilidad a artistas latinoamericanos en Europa y viceversa. El cuidado de sus montajes, la calidad y la coherencia de su programa la han situado entre las más respetadas del circuito.

Max Estrella: arte y tecnología desde 1994
Desde su fundación, Max Estrella ha funcionado como un laboratorio del arte contemporáneo madrileño. Su apuesta por el vídeo, la fotografía y las nuevas tecnologías la sitúa en la vanguardia conceptual del país. Por su espacio han pasado artistas como Daniel Canogar, Bernardi Roig o Glenda León, todos ellos figuras clave del arte español contemporáneo.
Además de sus exposiciones, Max Estrella participa activamente en ferias internacionales y colabora con museos y comisarios de todo el mundo. Es una de esas galerías donde lo experimental y lo institucional encuentran equilibrio.

La Cometa: un puente entre Madrid y Latinoamérica
Fundada en Bogotá hace más de tres décadas, La Cometa abrió su sede madrileña en 2019 con un objetivo claro: tender puentes entre Latinoamérica y Europa. Su fundador, Esteban Jaramillo Flores, apostó por Salesas como enclave natural para ese intercambio cultural.
La galería comenzó mostrando obras de artistas colombianos contemporáneos, pero rápidamente amplió su programación para incluir voces españolas como Juan Baraja y Paloma Gámez, fomentando un diálogo visual entre ambos continentes. Su estética combina lo monumental con lo sensorial, y el espacio —luminoso, amplio y flexible— acoge desde fotografía hasta instalación. En apenas unos años, La Cometa se ha convertido en una de las paradas obligatorias para entender el auge del arte latinoamericano en Europa.
Casado Santapau: coherencia y elegancia
Desde 2007, Casado Santapau mantiene una línea clara: arte contemporáneo internacional, presentaciones impecables y una rotación constante de exposiciones. Detrás están Damián Casado y Concha Santapau, dos profesionales con larga experiencia en el mercado del arte.
Su espacio es luminoso y silencioso, pensado para dejar respirar a las obras. Allí conviven artistas de media carrera con otros ya consolidados, y la galería se ha hecho habitual en ferias como ARCO Madrid o Art Basel.

Alzueta Gallery: una mirada global
La sede madrileña de Alzueta Gallery refuerza la presencia de esta galería internacional con base en Barcelona. Fundada por Miquel Alzueta, su filosofía es representar “el tiempo en que vivimos” a través de un programa que une ética y estética.
Con presencia en Barcelona, Madrid, París y el Baix Empordà, Alzueta apuesta por artistas jóvenes y consolidados que trabajan desde distintas disciplinas: pintura, escultura, fotografía o instalación. Su espacio en Salesas es un ejemplo de diseño sobrio al servicio del arte y se ha convertido en punto de encuentro entre coleccionistas y creadores.

Rafael Pérez Hernando: rigor y eclecticismo
A pocos metros, en la calle Orellana, se encuentra Rafael Pérez Hernando, una galería con historia que combina jóvenes creadores con artistas consagrados. Abierta en 2004, retoma la trayectoria de un proyecto anterior iniciado en los años ochenta y destaca por su eclecticismo equilibrado.
Aquí el color, la imperfección y la luz son protagonistas. Las exposiciones alternan figuras internacionales como Giorgio Griffa o Claude Viallat con españoles como Susana Solano o Joan Hernández Pijuan, en un discurso que mezcla modernidad, emoción y oficio.

Dónde hacer la mejor pausa en Salesas
Más allá de las galerías de arte del barrio de Salesas, la zona tiene mucho que ver. Y merece la pena hacer varias pausas para degustar tanto input visual de manera lenta. Para una pausa corta, Casa Neutrale es la parada ideal: café de autor, cerámica artesanal y una atmósfera cuidada que resume el estilo del barrio.
Si la idea es comer o cenar, el imprescindible es Fismuler, el restaurante de la familia La Ancha. Su tarta de queso es casi una leyenda urbana, pero su carta —que cambia a diario— demuestra que aquí se cocina con honestidad y técnica. ¿Algún motivo más para entender por qué las Salesas es uno de los barrios favoritos de los madrileños?
