Es el mercadillo navideño más bonito y artístico de Europa: está en el norte de España, en una ciudad junto al mar
Así son las casetas que salpican las orillas del río Urumea. FOTO : IG/DONOSTIAKO GABONETAKO AZOKA.

Es el mercadillo navideño más bonito y artístico de Europa: está en el norte de España, en una ciudad junto al mar

San Sebastián inaugura la Navidad con un espectáculo de drones luminosos. Será el 28 de noviembre, el mismo día que se abre su Mercado de Navidad, que llenará el paseo de Francia y la plaza Ramón Labayen de magia hasta el 6 de enero. Nada como pasar las fiestas entre el río y el mar.

Ángeles Castillo | Noviembre 24, 2025

Si ya de por sí la ciudad es una delicia en lo arquitectónico y lo natural, cuando llegan estas fechas y tiene lugar el mítico encendido, que será un espectáculo de drones luminosos, se pone bonita a rabiar. La Navidad en San Sebastián la vuelve aún más mágica. Por algo la llaman la Perla del Cantábrico. Y es aquí, precisamente, donde se puede disfrutar de un mercadillo navideño que no tiene nada que envidiar a los que nos tientan desde la más fría Europa, donde hay todo un despliegue escénico al calor de la tradición.

Pensemos en el de la Marienplatz de Múnich, presidido por su antológico abeto, o en el Christkindlmarkt de Viena, la ciudad de la música, donde catar el típico vino caliente. Por no hablar del más cercano París, que sigue siendo una fiesta y con toda su bohème. El de Donostia está inspirado claramente en ellos, pero con esa elegancia suya tan particular. La del paseo de la Concha, el teatro Victoria Eugenia o ese rincón donde suele peinarse el viento delante del mar.

Cuándo y dónde es el Mercado de Navidad de San Sebastián

Al Gabonetako Azoka, en euskera, lo encontramos exactamente, del 28 de noviembre al 6 de enero, en el paseo de Francia, que discurre por la margen derecha del Urumea, entre el puente de María Cristina y el de Santa Catalina. Y tiene su continuación en la plaza Ramón Labayen, que está nada más cruzar este último puente, junto al mítico y muy cinematográfico hotel María Cristina. Son los dos escenarios que lo acogen con toda su teatralidad.

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El Mercado de Navidad de San Sebastián junto al río Urumea. FOTO: IG/DONOSTIAKO GABONETAKO AZOKA.

Por un lado, las típicas casetas de Navidad, un total de 37, forman una hilera siguiéndole el paso al río. Por otro, 34 más se arremolinan en un espacio abierto buscando el calor. De estas últimas, por cierto, 13 son de gastronomía, que se note que estamos en uno de los  destinos del País Vasco donde mejor se come. Las unas y los otros permanecerán abiertos todos los días, excepto el 25 de diciembre y el 1 de enero, en horario que va de 11 a 21:30 horas entre semana y hasta las 22:30 en vísperas de festivos, festivos y fin de semana, con intermedio.

Qué se puede comprar en el mercadillo donostiarra

Este año, además, se ha apostado claramente por el comercio local. Se pondrán a la venta los productos típicos de estas fiestas, tales como dulces, confitería y repostería, conservas selectas y frutos secos. Cómo no, gran número de artículos infantiles, como juguetes, libros o manualidades. No olvidemos que aquí el día de Navidad llega con sus regalos el Olentzero, el carbonero de la mitología vasca. Y lo que es un clásico, la artesanía, que incluye cacharrería, moda, decoración, bisutería, orfebrería, antigüedades, pintura y los consabidos instrumentos musicales. No faltan los componentes del belén y el surtido de espumillón, adornos para el árbol y demás, incluida la floristería.

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El Kursaal iluminado en la mágica San Sebastián, más en Navidad. FOTO: IG/DONOSTIAKO GABONETAKO AZOKA.

Este mercado, que ya es un referente en el norte de España, será una de las piezas clave de la campaña navideña donostiarra. No solo para los habitantes de esta ciudad, que nunca ha dejado de tener su aire Belle Époque, sino para los turistas, que se toparán con todo un despliegue: conciertos, espectáculos, coros y actividades solidarias, además del programa para niños.

Un espectáculo con drones, una pista de hielo y la noria

Con el aliciente de la pista de hielo cubierta, frente a la estación de tren, que también hará las delicias de los adultos, por supuesto. San Sebastián ya fue nombrada Capital Europea de la Navidad 2022 gracias a un proyecto que potencia la solidaridad, la sostenibilidad y la inclusión. Al mercado se suma la Feria de Artesanía de Navidad, que organiza Lur Kolektiboa, del 13 de diciembre al 5 de enero en la calle Urdaneta, y la gran atracción que supone la ruta de la iluminación. Todas las ciudades se iluminan llegadas estas fechas, pero esta lo hace de una manera especial.

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El espectáculo de drones de la Navidad pasada en la Concha. FOTO: IG/DONOSTIAKO GABONETAKO AZOKA.

Si en Semana Grande, en pleno agosto, son los fuegos artificiales los que hacen brillar cada noche la bahía de la Concha, esta Navidad será un único espectáculo de 500 drones por todo lo alto. Este show, que combinará tecnología, música y pirotecnia para crear en el cielo figuras tridimensionales, efectos luminosos y animaciones varias, será el viernes 28 de noviembre a las 19:30. Con él dará comienzo todo lo demás y se encenderán las luces con no poco espíritu artístico en los lugares más señalados.

Así es la ruta de la iluminación de Donostia

Bajando a tierra, volverá a triunfar un año más la gran noria de los jardines de Alderdi Eder (hasta el 31 de enero), con 32 metros de altura, por lo que ofrece una gran panorámica de la ciudad y la costa. Mientras, la gran bola de la Zurriola alumbrará, por segundo año consecutivo, las proximidades del Kursaal de Moneo, con doce metros de diámetro y un interior transitable.

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La noria en el paseo de la Concha de San Sebastián. FOTO: IG/DONOSTIAKO GABONETAKO AZOKA.

Esta ruta sirve para enamorarse de nuevo de la ciudad. En el puente de María Cristina hay arcos de luz; se iluminan las fachadas del hotel del mismo nombre, del teatro Victoria Eugenia y de la Bretxa, así como el Boulevard; y llueven estrellas en la avenida de la Libertad, familiarmente la Avenida.

Y no faltan tampoco los reclamos en los aledaños del mercado: cubos de Navidad en el río y pinos luminosos en el puente de Santa Catalina. En total, 169 arcos repartidos por 29 calles, 181 motivos en farolas y 227 árboles luminosos, además del adorno de pérgolas, palmeras, tarayes y parterres de Alderdi Eder, que siempre es el centro. Solo hay que ver su abeto de 18 metros de altura.

TURIUM TIPS

Un imprescindible. Lo primero que hay que hacer nada más llegar a San Sebastián es asomarse a la bahía de la Concha y hacerlo apoyado sobre su famosa barandilla, que data de 1916, aunque se está sustituyendo poco a poco. Mirar la isla de Santa Clara, la Isla, con Urgull a un lado e Igueldo al otro ya es un regalo.
Dos paseos. Merece la pena subir a Urgull para contemplar la ciudad casi a vista de pájaro. Al bajar, recorrer el paseo Nuevo para asistir al festival de las olas en mar abierto es obligado. Una experiencia muy cantábrica y marinera, y mejor aún en temporada otoño-invierno.
Un toque poético. Lo pone Eduardo Chillida con El peine del viento, que es mucho más que un conjunto de tres esculturas de acero ancladas en las rocas. Están al final de la playa de Ondarreta, camino de Igueldo, expuestas a los caprichos del oleaje y del viento en un espacio que diseñó el arquitecto Luis Peña Ganchegui.
Para comer. O, mejor, para ir de pintxos hay que meterse en lo Viejo e ir a Borda Berri a por su risotto. A Txepetxa a por la anchoa con paté de olivas negras. A Atari a por el huevo a baja temperatura. A La Mejillonera, a por sus patatas bravas con su mítica salsa, sus calamares y los mejillones; no hay más. A La Viña a por la tarta de queso. Y así hasta el infinito.
Para dormir. Villa Soro es una villa aristocrática del XIX rehabilitada con mucho gusto y obras de arte. 25 habitaciones, salones con chimenea, una terraza y unos espléndidos jardines (desde 191 euros). Está en la avenida de Ategorrieta, fuera del centro y muy cerquita del restaurante de Arzak.