Antalya, el destino turco que combina historia, resorts de lujo y playa sin las multitudes de Estambul

Que sí, que Estambul es fascinante, pero llega un momento en el que el quinto vendedor de alfombras del día ya no te parece tan encantador, y la cola para entrar a Santa Sofía se convierte en tu peor pesadilla. Precisamente por eso Turquía tiene otras maravillas que ofrecer, como Göreme desde un globo aerostático, con sus espectacularescasas cueva. Pero hoy tenemos que hablar de Antalya, en la costa mediterránea, que está atrayendo a quienes desean vivir  el país de otra forma, pues los conquista una mezcla de ruinas romanas auténticas, playas de postal y resorts de lujo.

Piensa en Antalya como ese restaurante exquisito que aún no se ha puesto tan de moda, donde comes de maravilla sin esperar media hora por mesa. Es una especie de secreto a voces entre viajeros que prefieren cambiar las multitudes por algo más exclusivo, pero igual de auténtico. Te contamos por qué es una buena opción si estás buscando destino para esta primavera o verano. 

Playa y resort, un lujo merecido en Antalya, sin culpa

Lo primero que sorprende al llegar a Antalya es su oferta hotelera. Si el concepto de "todo incluido" te suena regular, aquí aprenderás que hay niveles y niveles. Resorts como Maxx Royal Kemer o Titanic Deluxe Lara elevan el lujo turco al punto que no quieres abandonarlos jamás: piscinas infinitas, cenas frente al mar, servicio impecable y playas privadas. Aquí se viene a desconectar, a olvidarse del estrés, pero con todas las comodidades imaginables a mano.

Una recomendación: aunque la tentación de quedarte encerrado en tu burbuja sea fuerte, no dejes de explorar la Riviera turca. La playa de Kaputaş, situada entre acantilados, o la paradisíaca Cala de Cleopatra, cerca de Alanya, son imprescindibles para llevar tu bronceado al siguiente nivel. Lo mejor es ir en barco, tomar una copa mientras surcas la costa y fingir por un día que tu apellido es Onassis.

Del anfiteatro al hamam

Pero no todo es playa y tumbona (afortunadamente). Antalya esconde un casco antiguo (Kaleiçi) que merece la pena recorrer en su totalidad. Olvídate de las postales típicas del Gran Bazar y sumérgete en callejuelas empedradas con cafés donde tomar baklava en paz. Aquí todo es pequeño y manejable: tiendas de diseñadores locales junto a casas otomanas restauradas, bares hipster que mezclan cócteles con zumo de granada, y puestos que venden joyas hechas a mano que sí querrás comprar.

Entre las visitas imprescindibles, tienes que poner en tu lista el anfiteatro romano de Aspendos, el mejor conservado del mundo y en el que todavía se celebran conciertos y eventos al atardecer. 

Y si la historia te abre el apetito por un poco más de Turquía auténtica, aprovecha para visitar un auténtico hamam tradicional como Demirhan Hamam. Después de un día intenso, pocas cosas pueden competir con un baño turco completo, masaje incluido, que te deje nuevo para volver a tu hotel.

Aunque Turquía no necesita presentación gastronómica, Antalya sube la apuesta gracias a su combinación mediterránea y otomana. Aquí no vas a sufrir por encontrar platos exquisitos: abundan los restaurantes en terrazas con vistas al mar, pequeñas tabernas donde probar pescado fresco a la parrilla, y hasta rincones chic donde comer kebabs que merecerían aparecer en la Guía Michelin.

Uno de los locales favoritos es Seraser Fine Dining, un restaurante que combina técnicas internacionales con ingredientes locales de primera calidad. Si buscas algo más desenfadado, 7 Mehmet, a las afueras del centro, lleva décadas sirviendo platos típicos reinventados, con un ambiente familiar pero elegante. Eso sí, imprescindible reservar, porque el secreto ya se ha corrido entre locales y visitantes avispados.

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