
Fiordos espectaculares, casas de colores y arte urbano en Stavanger, la ciudad noruega que parece un museo al aire libre
Stavanger es una ciudad noruega muy distinta a lo que estamos acostumbrados: llena de casas de colores y arte urbano que la convierten en un museo al aire libre.
Cuando pensamos en Noruega, solemos pensar en paisajes blancos y cubiertos de nieve, como Stranda, la ciudad noruega más buscada por los españoles. Pocas veces relacionamos el país nórdico con casas de colores y calles llenas de obras de arte. Sin embargo, Stavanger, en la costa suroeste de Noruega es todo esto y más. ¿Te atreves a descubrirla?
La cuarta ciudad noruega más poblada descansa bañada por el mar del Norte, aunque no es el clásico destino costero al que estamos acostumbrados. Sin embargo, no le faltan motivos para ser encantadora. Su mezcla de arte, historia, cultura y belleza natural embauca a quien la visita, y sus impresionantes fiordos quitan la respiración. Además, su curiosa arquitectura y vibrante escena artística, nos hacen pensar que este podría ser un museo al aire libre.
Así es una de las ciudades más bonitas de Noruega
Fundada alrededor del año 1100, Stavanger ha sido testigo de numerosos cambios que han moldeado su identidad actual. Su época de mayor esplendor quizás llegó en el siglo XIX, momento en el que la ciudad fue testigo de un enorme auge económico, producto de su creciente industria pesquera. Esto hizo que los habitantes pudiesen construir las casas blancas que hoy se pueden ver en Gamle Stavanger, el casco antiguo, que puede presumir de ser uno de los barrios de madera mejor conservados de Europa.

Muy cerca se encuentra la Catedral de Stavanger: un templo luterano que fue construido entre 1100 y 1125, y que es, además de una de las mejor conservadas, la más antigua de Noruega. Su arquitectura mezcla elementos románicos y góticos: en el exterior destacan los arcos apuntados de la puerta y las vidrieras, mientras que en el interior, la pila bautismal del siglo XIII y el púlpito, de estilo barroco, se llevan todas las miradas.
Y, también en el centro, encontramos una de las postales más icónicas de la ciudad: la formada por las coloridas casas de Øvre Holmegate. Esta calle peatonal destaca por sus fachadas vibrantes y por su animado ambiente. Siempre llena de gente que entra y sale de sus cafés, y repleta de galerías de arte y tiendas de todo tipo, es el lugar perfecto para empaparse del carácter local y, seamos sinceros, para comprar algún que otro souvenir del viaje.
Qué ver y qué hacer en Stavanger
Más allá de las típicas fotos que podemos ver en redes de Stavanger, este rincón noruego oculta una agitada vida cultural, que no ha parado de crecer desde que en 2008 fuera nombrada Capital Europea de la Cultura debido a su compromiso con las artes. Es por eso que en la ciudad podemos visitar numerosos museos, como el Museo Noruego del Petróleo, que nos permite conocer más sobre la industria que ha moldeado el tejido económico y social de la ciudad, o el IDDIS Museum, que esconde en su interior tanto el Museo de la Imprenta como el Museo de Conservas de Noruega.
Pero hemos dicho que este es un verdadero museo al aire libre, y lo afirmamos con tanta rotundidad debido a la importancia de su arte urbano. Basta un breve paseo para descubrir que aquí no hay calle sin su mural o su grafiti: desde composiciones enormes hasta pequeñas piezas ocultas en rincones inesperados. Buena parte de la culpa la tiene el festival Nuart, cuyas obras pueden verse en numerosas visitas guiadas.
Por supuesto, no puedes irte de la ciudad sin explorar el fiordo de Lysefjord. Con 42 kilómetros de largo, ofrece paisajes impresionantes, con paredes de roca majestuosas y cascadas que se derraman con fuerza sobre el agua. Además de observar la panorámica desde lo alto, puedes recorrer el golfo en barco. Pero cuidado, observar los empinados muros de piedra desde aquí puede hacer que te quedes sin respiración.
A orillas del Lysefjord se encuentra otra maravilla natural: el Preikestolen. Este acantilado tiene más de 600 metros de alto y, por supuesto, tiene las vistas más impresionantes en varios cientos de kilómetros a la redonda. No te dejes engañar por su altura, pues el camino hasta la cima es accesible, está bien señalizado y, como comprobarás al llegar, es muy popular tanto entre los locales como entre los turistas. Tus fotos desde aquí serán la envidia de los usuarios de cualquier red social.