Es el lago más azul del mundo: está en los Alpes suizos y es el lugar perfecto para desconectar
El inconfundible turquesa del lago Blausee

Es el lago más azul del mundo: está en los Alpes suizos y es el lugar perfecto para desconectar

Un lago de montaña con aguas color turquesa, rodeado de abetos y conectado por tren: el Blausee es una escapada perfecta para un día de naturaleza sin necesidad de coche.

Aleks Gallardo | Julio 3, 2025

Entre los paisajes que se quedan grabados en la memoria, lo de los valles de Suiza y los lagos alpinos merece una clasificación aparte. No es solo el color, sino el silencio. En Suiza, ese silencio tiene nombre propio: Blausee, el lago más azul del mundo. Pequeño y encajado en un valle del Oberland bernés, que sorprende por su belleza, su historia y su accesibilidad. No hace falta ser alpinista ni amante del vértigo para llegar: basta con tomar un tren panorámico y caminar unos minutos entre praderas.

Blausee (que podría traducirse como “lago azul”) se encuentra dentro de una reserva natural y se extiende apenas unos metros entre los árboles. Lo especial no está en su tamaño, sino en su pureza. El agua nace de una fuente subterránea a 1 °C constante durante todo el año y es tan cristalina que las truchas parece que flotan en el aire. A esto se suma el intenso azul verdoso del fondo rocoso, que varía con la luz y la época del año, generando ese efecto hipnótico que la convierte en una postal alpina.

Cómo llegar  a Blausee sin coche y sin complicaciones

A diferencia de muchos pueblos suizos preciosos, Blausee se puede visitar con relativa facilidad desde ciudades como Berna o Interlaken. Lo ideal es tomar el tren hasta Frutigen, en la línea que une Spiez con Brig. Desde Frutigen, hay conexiones regulares en autobús (línea 230) que en apenas 15 minutos te dejan en la parada “Blausee BE”. El lago está a cinco minutos a pie desde allí.

El trayecto en tren es, de por sí, parte del viaje: praderas salpicadas de chalets, cumbres nevadas al fondo y pueblos que parecen maquetas. Todo el Oberland bernés es una lección de diseño natural bien calibrado. Si uno tiene tiempo, puede combinar la visita al lago con paradas en Kandersteg o incluso seguir hasta el paso de Lötschberg en temporada estival.

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Verano en Blausee. Foto: Unsplash.

Un parque natural con historia

El Blausee forma parte de una reserva natural de unas 20 hectáreas. El acceso es de pago (unos 10 CHF por adulto) y está bien gestionado: senderos de madera, zonas de pícnic, bancos estratégicos y un embarcadero desde el que parten barquitas con fondo transparente. El paseo en barca, incluido en la entrada, permite ver el fondo del lago como si fuera un acuario natural.

Pero además del paisaje, Blausee guarda una historia melancólica. Según una leyenda local, el color del lago proviene de las lágrimas de una joven que solía venir aquí con su amado. Tras su muerte, ella seguía acudiendo sola hasta que un día la encontraron ahogada. En su honor se erigió una escultura de bronce bajo el agua, que aún puede verse desde la barca. Con o sin leyenda, el lago tiene esa belleza serena que invita al silencio.

En la orilla hay también un hotel con restaurante, como el Hotel Blausee, una piscifactoría ecológica de trucha alpina, y un pequeño museo sobre la historia del lugar. Si uno quiere prolongar la estancia, es posible pasar la noche en el hotel o reservar una cena junto al lago. 

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Blausee se puede visitar desde ciudades como Berna o Interlaken. Foto: Unsplash

Qué hacer en los alrededores

Aunque el lago puede recorrerse entero en menos de una hora, el entorno ofrece más posibilidades. Desde Blausee parten rutas de senderismo  fáciles entre bosques de abetos y arroyos, ideales para familias o para quien solo quiere estirar las piernas sin subir grandes desniveles. El sendero que conecta Blausee con Kandersteg es especialmente recomendable en otoño, cuando los colores del bosque se reflejan sobre el agua.

Para quienes busquen una excursión más ambiciosa, desde Kandersteg se puede subir al Oeschinensee, otro lago de montaña más grande, accesible con teleférico y considerado uno de los más bonitos del país. También está la opción de visitar el paso de Gemmi, una ruta histórica entre cantones que hoy se puede hacer a pie.

Por su parte, el valle de Kandertal, donde se encuentra Blausee, ha sido históricamente una vía de paso entre el Valais y el cantón de Berna, y conserva aún hoy una arquitectura rural bien preservada: casas de madera oscura con balcones llenos de flores, fuentes de piedra y pequeños templos protestantes de tejados inclinados.

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En cualquier momento del año, al lago Blausee es espectacular. Foto: Unsplash.

Cuándo ir al lago más azul del mundo

Blausee se puede visitar todo el año, y cada estación ofrece una experiencia diferente. En verano, el verde de los prados y la transparencia del agua hacen que parezca un lago caribeño en miniatura. En otoño, el bosque se tiñe de rojos y amarillos que realzan los contrastes. Y en invierno, con nieve alrededor y el lago medio congelado, todo parece sacado de una ilustración nórdica. Eso sí: conviene revisar horarios y accesos.

Primavera y otoño son buenas épocas para evitar multitudes y disfrutar del paisaje con calma. Aunque Blausee es conocido y frecuentado por familias suizas, aún conserva ese equilibrio entre accesibilidad y conservación que define a muchos rincones del país.

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Las impresionantes montaña que rodean Blausee. Foto: Unsplash.

TURIUM TIPS

Fotografía: las mejores horas para captar el color del lago son entre las 10:00 y las 13:00, cuando la luz entra directa y revela los matices turquesas.
Dónde comer: el restaurante del hotel ofrece cocina suiza con buenas vistas. Si prefieres algo informal, hay puestos con bratwurst y pan de centeno en temporada alta.
Sostenibilidad: el acceso regulado ayuda a mantener el entorno. Se recomienda seguir los senderos marcados y no bañarse en el lago, por protección ecológica.