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El pueblo más bonito de Guadalajara: está atravesado por cascadas y es una joya medieval
En la provincia de Guadalajara encontramos Trillo: un pueblo precioso atravesado por cascadas que deja impresionado a todo el que lo visita.
Cuando los días de la semana pasan entre los monumentales edificios de una ciudad como Madrid o Barcelona, es normal anhelar hacer una escapada de fin de semana de vez en cuando. Para huir del bullicio y recargarse de silencio y tranquilidad, muchos recurren a pueblos como Trillo, un pequeño municipio de La Alcarria ubicado a solo una hora y media de Madrid.
Este pueblo es precisamente el lugar donde el río Cifuentes desemboca en el Tajo. Y quizás por eso es un escenario único, donde las cascadas atraviesan el casco histórico y juegan a fusionar naturaleza y arquitectura, creando una mezcla perfecta de legado histórico y esa tranquilidad tan propia de la naturaleza.
Este es el pueblo más bonito de Guadalajara
Aunque cada vez lo conoce más gente, Trillo sigue siendo una pequeña joya escondida en Guadalajara. Aquí el agua salpica las ruinas medievales, el tiempo se ralentiza y los adoquines de las calles cuentan historias que merece la pena escuchar. Está construido sobre las terrazas que flanquean los ríos Tajo y Cifuentes, y son precisamente sus afluentes los que forman las cinco cascadas que atraviesan el pueblo.
Quizás la más espectacular sea la Cascada de Cifuentes, o El Chorreón, un salto de agua espectacular, de quince metros de altura, que atraviesa el casco histórico como una herida abierta. Debido a la omnipresencia del agua, siempre se oye su borboteo al caminar por las callejuelas, que siguen manteniendo un ambiente fresco y húmedo incluso en verano.

Más allá de las chorreras, merece la pena admirar construcciones como el Puente sobre el río Tajo, una estructura del siglo XVI que, pese a haber sido atacada en numerosas guerras, ha sabido conservar su carácter monumental. También impresiona la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que fue construida en el siglo XVI, en estilo renacentista, y cuya silueta preside la plaza principal.
Varios siglos antes ya existía La Casa de los Molinos, que podría datar del siglo XII, y donde hoy en día se encuentra el Centro de Interpretación de la Energía Prometeion, perfecto para comprender la historia del aprovechamiento del agua en la villa. Si paseando por la calle te encuentras con la ermita de San Blas, entra a conocer el Museo Etnológico, que te permitirá conocer más sobre la vida en la Alcarria.
Qué ver en Trillo
Trillo es mucho más que las cascadas que inundan las redes sociales. Aquí también se encuentra el Balneario Real Carlos III, cuyas aguas termales minero-medicinales le añaden una capa más al ambiente relajante del lugar. Además de buenas para la salud, son históricas, pues los romanos ya aprovechaban sus propiedades beneficiosas, muy apreciadas, por otra parte, por el rey Carlos III, que mandó rehabilitarlas en su día.
Las termas se encuentran junto al río tajo, en un enorme edificio rodeado de jardines que conserva las fuentes originales del Rey y la Condesa. Pero no te dejes engañar por su carácter clásico, pues el spa cuenta con todas las modernidades necesarias para que salgas de allí sintiéndote como nuevo.
Y basta con salir un poco del casco urbano para encontrar joyas como las ruinas del Monasterio de Santa María de Óvila, una construcción erigida en el siglo XII donde aún se puede respirar ese aire histórico que solo es posible encontrar en esta clase de lugares. Desde lejos, sus formas se hacen una con el paisaje, creando una imagen de postal digna de ver.