“El reto de esta industria es gestionar su desarrollo a medio y largo plazo”
El directivo, en el marco del Foro Internacional Turium, valora con optimismo el sector y considera que debe avanzar en la búsqueda de la calidad para seguir siendo determinante en la economía.
Ángel Rivera, CEO de Santander España, tiene claro que la industria turística en nuestro país constituye un negocio atractivo y seguro a la hora de invertir. “Es un sector que debe centrar su estrategia en tres pilares: la calidad, la sostenibilidad a largo plazo y la colaboración entre las empresas y las administraciones para mejorar las infraestructuras y los marcos regulatorios”, comentó durante su participación en el IV encuentro internacional organizado por Turium. En el terreno más personal, el directivo desveló su plan cuando concluya su carrera financiera, a la que lleva vinculado más de 30 años y que le ha permitido conocer a fondo también la industria turística: abrir un hotel boutique.
¿De dónde viene tu interés por este mundo?
Estoy especialmente vinculado a él por mi familia, y lo conozco bien. Estudié lo que entonces se llamaba Empresas y Actividades Turísticas. Y de joven, incluso, hice mis pinitos como guía y conservo muchos recuerdos y grandes amigos. Por eso el día que deje el ámbito bancario me gustaría volver con un proyecto propio.
Has seguido de cerca el cambio en el modelo de negocio. ¿Cómo valoras su evolución?
Soy muy optimista en este sentido. España va a ser este año el país que más visitantes reciba, es la primera potencia turística del mundo, lo que significa que las cosas se han hecho bien en todo este tiempo. Pero no debemos ser complacientes, también hay margen de mejora. En este proceso de transformación en el que estamos inmersos hemos pasado por fases donde lo que primaba era la cantidad y, tal vez, no tanto la calidad. Y hay que darle la vuelta a eso.
Precisamente la tendencia es apostar por el valor añadido.
Sí, desde el final de la pandemia, la gente se mueve más y busca otras cosas. Durante el primer semestre del año, a partir de la información que recibimos de los clientes, hemos visto que el turista, tanto el nacional como el que viene de fuera, ha incrementado su gasto medio y el número de pernoctaciones, y esos datos son buenos. Pero corremos el riesgo de morir de éxito, de que el volumen acabe matando la gallina de los huevos de oro. Me preocupa que no sepamos recibir adecuadamente a un número tan elevado de personas al año. Porque no hay que olvidar que el extraordinario impacto que tiene este sector en el PIB y en el empleo es enorme, así que todos somos responsables de cuidarlo.
Siendo previsores, ¿cuál es el desafío que debemos prever?
El gran reto es cómo gestionar su crecimiento. No vale la visión a corto plazo. No sirve decir “me va bien, gano dinero, el resto da igual”. Hay que sentarse con los diferentes agentes que intervienen y pensar conjuntamente en las infraestructuras y en la regulación que se precisa para fomentar un desarrollo sensato, sostenible y competitivo. Este es un segmento en el que debes circular con las luces largas, con un plan estratégico en el que se unan los intereses de todos los actores.
¿España es un buen escenario para invertir en esta industria?
Tenemos la grandísima suerte de vivir en un país en el que, además de sol, playa, historia, una gastronomía brutal y una enorme riqueza cultural, ofrece también seguridad y estabilidad. Y estos dos elementos son vitales. Como entidad financiera, aquí trabajamos con alrededor de 45.000 clientes muy relacionados con el turismo, y el año pasado apoyamos con 11.000 millones de euros en financiación a empresas que contribuyen a elevar el nivel y la calidad de sus productos y servicios.
Estáis muy implicados…
Dedicamos mucho dinero y recursos humanos, y lo hacemos en España y en el resto de países en los que operamos. Hemos acumulado un crecimiento enorme después de tantos años y contamos con un equipo de riesgos muy potente. Nuestros trabajadores parecen directores de hotel, te hablan con detalle de las amenities, de la rentabilidad por habitación, etc.
¿Qué ofrece nuestro país de especial frente a otros destinos?
El visitante trae expectativas y quiere experiencias, emociones. Da igual si las busca en un restaurante con tres estrellas Michelin en Madrid o en una tasca de Sevilla. La excelencia no tiene tanto que ver con el precio como con el mimo hacia el turista. Por eso es fundamental invertir en la formación de quienes trabajan en la cadena de procesos que supone un viaje, desde la gestión de la reserva hasta el check out en el hotel. Esa profesionalización es valor añadido.