Viaje en el tiempo a la mejor historia gaditana
El interior de Áurea Casa Palacio Sagasta. FOTO : ÁUREA CASA PALACIO SAGASTA.

Viaje en el tiempo a la mejor historia gaditana

Algunas ciudades se visitan, otras se sienten. Cádiz pertenece a las segundas. Y dormir en un emblemático edificio barroco del XVIII, Áurea Casa Palacio Sagasta, es la mejor forma de descubrirlo.

Gonzalo Varela | Julio 30, 2025

En el corazón de Cádiz vibra un rincón donde la ciudad se muestra sin filtros: el Mercado Central, levantado en la primera mitad del XIX y puesto al día en el XXI. Aquí, por la mañana, el olor a mar se mezcla con el del café recién hecho, mientras los puestos despliegan frutas y salazones de acento local y pescados recién llegados de la bahía. Es el pistoletazo de salida a una jornada en la que no tardarán en subir el volumen de la conversación entre vendedores y clientes y la concentración de curiosos, foodies y vecinos acostumbrados a hacer vida de barrio. A pocos pasos, el bullicio crece en la plaza de las Flores, vestida de geranios, claveles y margaritas, vigilada por fachadas señoriales y salpicada de terrazas. Un espacio que ha sabido conservar su sabor gaditano, manteniendo su público local y acogiendo al viajero.

Un baluarte de autenticidad

Muy cerca de aquí se alza el hotel Áurea Casa Palacio Sagasta; lo hace con la serenidad del que acarrea siglos a sus espaldas, en un edificio cargado de simbolismo. Se construyó en el XVIII y mantiene el porte elegante, en línea con el espíritu de los tiempos en los que aquí se ubicaba el puerto más codiciado del sur de Europa. Entre sus muros se firmaron acuerdos, se tramaron alianzas y se tejió parte del comercio transatlántico que marcó el destino de la localidad. Fue también consulado británico y refugio de personalidades influyentes durante las guerras napoleónicas. Hoy, restaurado con mimo, combina su carácter histórico con un diseño actual que respeta los elementos originales: artesonados centenarios, antiguos balcones con su cerrajería original y un patio central inundado por la luz natural, que atraviesa la montera original. Junto con la escalera de doble tramo, todos son elementos que reflejan fielmente la arquitectura de las casas palacio clásicas.

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La fachada del hotel. FOTO: AÚREA CASA PALACIO SAGASTA.

Alojarse en Áurea Casa Palacio Sagasta es despertar con las campanas de la catedral, disfrutar de privilegiadas vistas y dejarse arrastrar por una ciudad que nunca se acaba de descubrir. Por algo forma parte de la colección de hoteles de autor de Eurostars Hotel Company, una selección de establecimientos que se emplazan en edificios históricos donde el legado y la historia se fusionan. Cada establecimiento es un refugio patrimonial desde el que explorar el destino. Y este ocupa un lugar privilegiado que invita a callejear sin rumbo, descubrir tabernas añejas y contemplar atardeceres atlánticos desde la muralla. Se convierte de esta manera en una prolongación natural de la experiencia que esta urbe es en sí misma, al ofrecer hospitalidad y espacios diseñados para evadirse.

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La azotea regala unas vistas espectaculares. FOTO: ÁUREA CASA PALACIO SAGASTA.

Así, el antiguo aljibe alberga actualmente un pequeño spa que es casi un secreto. Aquí, en silencio, se puede reconectar y dejarse fluir tras una jornada de ajetreo. No hay estridencias, solo calma. Cada detalle ha sido concebido para que el viajero sienta que, por unos días, Cádiz también le pertenece un poco. De hecho, sus 38 estancias no solo constituyen una llamada a adoptar un ritmo pausado; están ambientadas con mapas náuticos de los siglos XVII y XVIII, con la voluntad de evocar la grandeza vivida por la capital más antigua de Occidente. Una grandeza que puede certificarse desde la suite Torre Mirador, que permite acceder a la azotea de uno de los enclaves más elevados de la ciudad, desde donde contemplar la bahía en su todo su esplendor.