Este edificio histórico ha pasado de ser el Palacio de Correos a convertirse en el hotel más exclusivo de Logroño

Este edificio histórico ha pasado de ser el Palacio de Correos a convertirse en el hotel más exclusivo de Logroño

Áurea Palacio de Correos es la opción más sofisticada para alojarse en la capital riojana. Este edificio, que fue lugar de encuentro para los vecinos logroñeses, hoy da la bienvenida a los viajeros que buscan una experiencia cinco estrellas con firma riojana.

Esther G. Herreros | Noviembre 4, 2025

Escoltada por un paisaje anaranjado con hojas y viñedos en plena transición de color, La Rioja se convierte en el escenario perfecto para una escapada de otoño. Y en una visita a la tierra del vino, es obligatorio el paso por su capital, Logroño.

El centro histórico es la mejor carta de presentación de la ciudad. Sus calles empedradas y peatonales permiten pasear a lo largo de todo el casco urbano hasta llegar a la zona comercial. Y, en pleno corazón de Logroño, en uno de sus edificios más emblemáticos, se encuentra Áurea Palacio de Correos.

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El lobby del hotel. FOTO: ÁUREA PALACIO DE CORREOS.

Inaugurado en 1932 como sede de Correos, el lugar fue un punto de encuentro cotidiano para los logroñeses, que enviaban sus cartas desde allí. Con el paso del tiempo, el inmueble cayó en desuso, despertando la preocupación de los vecinos al asistir al deterioro de una de las señas de identidad de la ciudad.

La noticia de su rehabilitación fue recibida con entusiasmo, porque el nuevo edificio acogería el primer cinco estrellas de la ciudad, un atractivo único para el público exigente que quisiera alojarse en el centro histórico. Pero, sobre todo, porque suponía una recuperación de la memoria colectiva. “Yo venía aquí de pequeña con mi padre. Nos adentrábamos en el edificio custodiado por las cabezas de león y me dejaba echar las cartas en el buzón. Es una noticia estupenda que este edificio no haya caído en el olvido” recuerda Amelia Pereira, guía privada de visitas exclusivas en Amelie Rioja Tours.

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Una habitación del hotel. FOTO: ÁUREA PALACIO DE CORREOS.

Fruto de la rehabilitación del estudio Isern Associats, por fuera, el edificio conserva su estilo neobarroco; por dentro, en cambio, sorprende con un diseño moderno y luminoso. La restauración de la fachada ha respetado los elementos originales del antiguo edificio postal, como los característicos leones de la entrada. Mientras, el interior se ha transformado para acoger un hotel contemporáneo de cinco estrellas. Los espacios se organizan en torno a un patio central que inunda los espacios de luz natural y transmite una atmósfera cálida y acogedora.

A lo largo de las distintas plantas del hotel se encuentra expuesta una colección de 23 tarjetas postales (las más antiguas datan de 1900), que antaño usaban los carteros para felicitar las fiestas. El restaurante, Matasellos, también rinde homenaje a través de su nombre a la actividad originaria del edificio, y propone una cocina riojana de alta calidad elaborada con productos de la huerta y especialidades como las carrilleras o el pescado de la lonja. En la última planta, además, pueden disfrutarse de las agradables vistas del casco histórico desde su terraza. Pero esta localidad ofrece muchos más planes.

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La terraza del hotel es el lugar ideal para bajar el ritmo. FOTO: ÁUREA PALACIO DE CORREOS.

Qué hacer en Logroño

Un paseo por la ciudad del vino debería comenzar en el Puente de Piedra (puerta de entrada de los peregrinos del Camino de Santiago), desde el que se puede vislumbrar la ribera del río Ebro y el agradable entorno que lo rodea.

Después, conviene dejarse llevar por las calles de fachada dorada del casco antiguo. La imponente Concatedral de Santa María de la Redonda, con sus dos torres gemelas (que, curiosamente, no son idénticas), atrae todas las miradas. La Iglesia de Santiago el Real, la Iglesia de San Bartolomé y la Iglesia de Palacio completan el recorrido histórico y artístico.

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Silueta de la Concatedral de Logroño. FOTO: SAMUEL PUJADES 7 UNSPLASH.

Junto a la Concatedral se encuentra el mercado de San Blas, el corazón comercial de la ciudad. En él se reúnen decenas de puestos con productos frescos de la huerta riojana, embutidos, setas, aceites o vinos. Y se puede continuar el recorrido en la calle Portales, una de las arterias principales con multitud de tiendas y terrazas.

Palacio de Correos se encuentra en la plaza de San Agustín, a escasos pasos de la calle Laurel, referente indiscutible de la gastronomía logroñesa. No hay mejor lugar para disfrutar de deliciosos pinchos y continuar después por la menos turística, pero igual de tradicional, calle San Juan. Con interminables opciones entre sus bares, puede optarse por el icónico pincho de champiñones en Soriano (56 años perfeccionando la técnica del único manjar que ofrecen en su local) o el matrimonio de Blanco y Negro, el bar más antiguo de Logroño. Sea cual sea la elección, nunca se debe olvidar una norma no escrita que practican los lugareños: un bar, un vino, un pincho.

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La animada calle Laurel, capital del tapeo.

Para probar el producto estrella de la tierra, la ciudad ofrece una amplia variedad de bodegas para todos los gustos. Entre ellas destaca Bodegas Franco Españolas, una de las más emblemáticas. Se encuentra a unos minutos del casco antiguo (cruzando el Puente de Hierro) y es una de las responsables del refinamiento de la viticultura en la región. Se fundó en 1890, cuando los franceses buscaban tierras fértiles mientras huían de la crisis de la filoxera en Burdeos. La unión de empresarios de los dos países dio lugar a una bodega que derrochaba elegancia francesa y tradición riojana, y desarrollaron desde sus inicios etiquetas legendarias, como Bordón o Diamante.

Otra opción, más pequeña pero con una apuesta muy interesante, es Arizcuren Bodega & Viñedos, en pleno centro de Logroño. Los vinos de autor que se elaboran apuestan por una viticultura sostenible y artesanal, con respeto máximo por el entorno. Alejados de producciones masivas, entienden la tradición desde una mirada contemporánea.

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Las espectaculares Bodegas Franco Españolas. FOTO: BODEGAS FRANCO ESPAÑOLAS.

TURIUM TIPS

La Luci Delicatessen. Una tienda en pleno casco histórico para comprar productos gourmet y artesanales, ideal para el visitante que busque un recuerdo auténtico.
Una cena de autor. Disfrutar de una propuesta gastronómica de la mano del chef Luis Arrufat en Wine Fandango, un restaurante de alta cocina española con cocina abierta a los ojos más curiosos.
Un momento para relajarse. El spa de Áurea Palacio de Correos dispone de una piscina con cama de burbujas, duchas dinámicas y de contraste con aromaterapia y saunas secas y de vapor.
Apreciar una joya. En la Concatedral de Santa María de la Redonda se conserva un pequeño lienzo atribuido a Miguel Ángel: “El Calvario”. La obra se encuentra protegida al fondo del espacio, guardada como una reliquia.