
Este es el hotel de Asturias donde mejor se come: Palacio de Luces, el sabor de la excelencia
Palacio de Luces es el secreto mejor guardado del Occidente asturiano, y asegura un maridaje de autenticidad, lujo slow y arraigo local.
Una formación de plataneros, perfectamente alineados, me dan la bienvenida con la promesa (aún desnuda) de lo que será, en pocas semanas, una frondosa cúpula de sombra natural. Son la calma personificada y la antesala perfecta de lo que te espera al otro lado del arco de piedra en el que desemboca el camino de acceso. Tras él y entre praderas de césped casi fluorescente emerge Palacio de Luces; un edificio de piedra, robusto y serio, con balcones de madera que no revela, a primera vista, los encantos que esconde.
Al cruzar su blasonado umbral descubres que el sello CoolRooms ha logrado, de nuevo, recuperar un bien histórico y convertirlo en el hogar de viajeros que buscan alojamientos singulares, con identidad propia y raíces en una historia que les seduce antes incluso de llegar.
Palacio de Luces: Asturias dentro de Asturias
Palacio de Luces es un homenaje a lo mejor de la tierra sobre la que levanta. Su interiorismo navega entre la elegancia clásica y la sofisticación contemporánea con guiños arty. Entre ellos: las instalaciones de Gabi Chillida, nieta del ilustre escultor vasco. Sus floridas luminarias e insectos de latón traen intramuros formas de vida singulares que dialogan con unas tapicerías que se mimetizan con los bosques y la fauna de la zona.
El conjunto, fabulosamente iluminado por María Covarrubias, crea una atmósfera envolvente y cálida en la que la esencia asturiana se despliega como tema central. Un bucle infinito sobre el que la artista Rocío de la Torre pone acentos florales de ultramar (en homenaje al exotismo del nuevo origen de la fortuna victorera) con sus hipnóticas ilustraciones blanquinegras.

Dentro de los cuatro edificios que componen el conjunto, es el palacio el que acoge las alcobas más singulares de la propiedad: las CoolSuites. Aquí es posible dormir al abrigo de los Picos de Europa y despertar con vistas al mar de Lastres. Entre nuestras favoritas, la número uno y la tres; su orientación ofrece una vista panorámica que abarca de Este a Sur, en la que el esplendor natural de la zona rivaliza con sus pintorescas casonas de colores.
La gastronomía como destino
Crear un concepto gastronómico donde la única estrella que obsesiona es el comensal requiere un ejercicio de humildad poco común. El chef asturiano Francisco Ruiz, responsable de la propuesta culinaria, apuesta “por la auténtica cocina de proximidad en la que, si nuestro proveedor local no tiene puntualmente, por ejemplo, guisantes, no los ofrecemos en el menú”.
Este ejercicio de creatividad e ingeniería logística responde al férreo compromiso de crear una carta con lo que tienen en su entorno. Una labor que le ha valido la distinción “Mesas Asturianas” y que, a buen seguro, será la antesala de otros reconocimientos.

No te pierdas el gazpacho de lechuga asturiana, con gamba blanca marinada y caviar de arenque ahumado, las carrilleras de cerdo con crema de yuka y agridulce de sidra y manzana o sus ya famosos canelones de Pitu Caleya con espuma de queso ahumado Los Caserinos y setas de temporada. Asegúrate de dejar espacio para los postres porque si no te arrepentirás. Un must: la torrija Tella, caramelizada, con crumble de cítricos, helado de arroz con leche y su teja.
Lo único que distraerá la atención de tus papilas es la belleza de las vistas, pues el restaurante se ha concebido como un mirador a la sierra del Sueve. En La palmera, el gastrobar del hotel, se puede degustar una propuesta más sencilla, pero igualmente sabrosa.
Cómplices del paladar
Pachi, como familiarmente se conoce al chef en Palacio, apuesta por los productores locales, todos en un radio de unos 40 km. Estos son algunos sus secuaces en esa búsqueda honesta por una cocina de cercanía y lo más sostenible posible.
Una de las experiencias que proponen en el hotel es ir a conocerlos y disfrutar de su pasión por lo que hacen. Entre ellos destacan Pescadería La Chuca, de Lastres, Lyra Foods y Gastrogarden, agricultura ecológica de las vecinas poblaciones de Luces e Infiesto. Los Caserinos, con su excelente producción de lácteos ecológicos, en Villaviciosa. O Anchoas Hazas, con sus galardonadas anchoas y derivados, de Lastres.
El spa: hedonismo per aqua
Un viajero del siglo XXI alimenta cuerpo y el alma y realiza un viaje exterior e interior con la idea de volver reseteado de su escapada. Para lograrlo, el Spa del hotel ha sido concebido como un santuario de relajación en el que las cumbres nevadas de los Picos son el telón de fondo de la piscina y la sauna. Cuenta, además con hamman, sauna, duchas con aromaterapia y cromoterapia, tumbonas térmicas...

Si quieres un extra de relajación, no dudes en elegir un tratamiento de cabina. Puedes elegir entre un amplio menú de faciales y corporales que se realizan con la línea de productos de la exclusiva firma Alquimia. Las terapeutas personalizarán la fragancia a base de sus aceites esenciales para que el resultado sea lo que necesitas en función de tu estado de ánimo. Nuestros elegidos son: belleza esencial, el ritual Serenidad Cántabra y, por supuesto, el masaje profundo.
Experiencias personalizas, inmersión local
Otro de los reclamos que ofrecen en CoolRooms es un porfolio de experiencias que nos permiten bucear en su realidad identitaria y sus más arraigadas tradiciones. No puedes perderte la visita con guía al Santuario de Covadonga y los lagos, con un recorrido que descubre toda la belleza natural del Parque Nacional y el pasado minero de la zona.
También conocerás en profundidad la historia de este lugar sagrado de la cristiandad, orar ante la Santina y hasta beber el agua que emerge del Chorreón. Eso sí, hazlo solo si te quieres casar pronto, porque cuenta la leyenda que quien lo hace contrae matrimonio antes de un año.
Otra buena opción en tu escapada que pueden reservar para ti es comer en casa de una guisandera. Garantes de la mejor tradición de la cocina casera asturiana, las guisanderas (hoy quedan a penas una docena) ofrecen platos locales que han pasado de generación en generación. Nuestra favorita: Yvonne Corral, al frente de los fogones de Casa Telva. Junto a ella, su marido Juan y sus hijos se dedican a perpetuar esta forma de entender la cocina de aprovechamiento.