
El parador perfecto para San Valentín fue elegido como el más bonito de España y se encuentra en el interior de un palacio neogótico
Ubicado al sur de las Rías Baixas, el Parador de Baiona es el mejor hotel para pasar un San Valentín inolvidable, pues se encuentra en una fortaleza gótica con vistas al océano Atlántico.
El Día de San Valentín se acerca y, con ella, la necesidad de encontrar hoteles únicos. Entre las opciones favoritas de las parejas están aquellos que cuentan con vistas espectaculares, de esas que convierten cualquier habitación en una pieza más del paraíso. Este es el caso del Parador de Baiona: uno de los edificios más bonitos de toda la red de paradores.
Hay dos motivos por los que este alojamiento es tan especial. En primer lugar, su ubicación privilegiada. Situado al sur de las Rías Baixas, en la costa gallega, mira de frente al océano Atlántico, que se cuela en las habitaciones con el rugido de las olas. Y, en segundo lugar, el edificio en el que se encuentra: una fortaleza de estilo neogótico llena de historia, donde cualquiera puede sentirse como un noble.
Los orígenes del parador más bonito de España
En 2023, la revista Lonely Planet eligió al Parador de Baiona como el más bonito entre todos los hoteles de la red de paradores. Nadie que haya pasado una noche en su interior podría sorprenderse, pues se encuentra en el antiguo castillo de Monterreal, construido en el siglo XII y transformado por los Reyes Católicos en una villa fortificada a finales del siglo XV.
Protegida por una muralla y asediada por la exuberante vegetación del enorme jardín que lo rodea, la fortaleza corona la península de Monterreal. Puerta de entrada a España desde el Atlántico, el lugar fue testigo de numerosos acontecimientos históricos: desde los ataques de los ejércitos portugueses y de los piratas ingleses hasta la llegada de Martín Alonso Pinzón en 1493, que dio aquí por primera vez la noticia del descubrimiento de América

Su larguísima historia se refleja también en su estructura, donde se distinguen con facilidad el palacio medieval y el renacentista. Bajo sus cimientos encontramos restos de construcciones anteriores, que podrían datar del momento en el que la conquista romana alcanzó esta localidad, en el año 60 a.C.
Sin embargo, donde antaño hubo luchas armadas y persecuciones, hoy encontramos un oasis de tranquilidad. Cuando el cielo está despejado, el sol baña las almenas con el mismo brillo dorado que reflejan las olas del mar. Junto a los cañones, que un día se dispararon con estruendo, tan solo se escucha el rumor del agua, que acaricia la costa de Pontevedra.
Un San Valentín único en el Parador de Baiona
Las vistas al mar no son lo único que merece la pena del Parador de Baiona. Los gruesos muros de piedra ocultan habitaciones de aspecto sencillo, pero cuidado, decoradas con muebles de madera. Aunque solo desde las de nivel superior puedes asomarte a la playa, desde el resto de estancias puedes observar el antiguo patio de armas.
Aquí dentro todo trae reminiscencias de épocas pasadas, por lo que es fácil respirar una paz muy difícil de encontrar hoy en día. Hay pocas cosas más románticas que pasear bajo la tenue luz de las lámparas de araña, cruzar el gran vestíbulo, salir al jardín y respirar el aire fresco, inundado por el olor del salitre.

Si el tiempo lo permite, nada mejor que darse el primer baño del año en la piscina y disfrutar de la caricia de la naturaleza. De no ser posible, entonces puedes cambiarlo por un paseo junto al océano, que al atardecer se deja colorear por los rayos de sol y regala destellos dorados a todo el que lo mira.
Después de una larga caminata, nada merece más la pena que saborear los mejores platos de la cocina tradicional gallega en uno de los restaurantes del Parador de Baiona. Dentro del recinto encontrarás dos opciones: Enxebre A Pinta, donde el marisco y el pescado fresco no tienen igual, y el Restaurante Torre del Príncipe, donde podrás disfrutar de una cena con vistas a las islas Cíes.
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