Disfrutar de las Baleares sin aglomeraciones es posible: esta es la isla secreta que es igual de bonita que Mallorca
Cabrera es un pequeño archipiélago declarado Parque Nacional Marítimo-Terrestre. Foto : iStock.

Disfrutar de las Baleares sin aglomeraciones es posible: esta es la isla secreta que es igual de bonita que Mallorca

Aunque parezca mentira, en pleno Mediterráneo hay una isla donde no suenan los coches, no hay hoteles y el único neón es el de los peces bajo el agua. Se llama Cabrera y es una joya.

Aleks Gallardo | Julio 7, 2025

A nadie le gusta esquivar toallas en la playa como si fuera un deporte olímpico ni soportar la música improvisada de un DJ en un chiringuito. Si eres de los que entienden las vacaciones como un retiro de silencio, una manera elegante de desaparecer del mapa sin necesidad de cambiar de continente, hay un lugar en Baleares que te va a parecer irreal. No por su belleza (que es de las que nos dejan sin adjetivos), sino porque sigue intacto. Cabrera, la isla secreta, es todo lo que Mallorca fue antes del turismo de masas. Y está ahí, a solo 40 minutos en barco.

No tiene aeropuerto, ni discotecas, ni beach clubs con camas balinesas. Tampoco wifi. Cabrera no necesita nada a mayores porque lo tiene todo de serie: una naturaleza salvaje, calas turquesas que podrían estar en la Polinesia y un parque nacional marino que hace que cada chapuzón sea casi una inmersión documental. Y lo mejor es que no hace falta ser un lobo de mar ni tener un velero para ir. Solo saber que existe.

El paraíso está al sur de Mallorca

Cabrera es un pequeño archipiélago —la isla principal y un puñado de islotes— declarado Parque Nacional Marítimo-Terrestre en 1991. Durante décadas fue una base militar, lo que ha tenido una consecuencia inesperadamente feliz: ha estado protegida del desarrollo urbanístico. Esto significa que no hay carreteras asfaltadas, ni casas, ni tiendas. Solo un puerto, un refugio con plazas limitadas, una cantina sencilla y un centro de interpretación. Y todo lo demás, puro Mediterráneo.

La isla solo se puede visitar con autorización previa (tranquilos, es un trámite rápido si vas con una de las empresas oficiales que organizan excursiones desde la Colònia de Sant Jordi, al sur de Mallorca). Puedes ir en una ruta de medio día, pero lo suyo es pasar al menos una noche. Dormir allí —en el refugio o en barco si tienes suerte de fondear con permiso— es toda una experiencia. De noche, las estrellas se ven sin filtro. Y de día, el mar es tan transparente que parece una exageración.

Los barcos de excursión suelen incluir paradas para hacer snorkel y, si las condiciones lo permiten, una visita a la Cova Blava, una cueva marina donde la luz entra en ángulo perfecto para teñirlo todo de un azul irreal. 

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Las tranquilas y transparentes aguas de Cabrera. Foto: IllesBalears.Travel

Qué hacer en Cabrera (y qué no) en Cabrera

Lo más sensato que uno puede hacer en Cabrera es nada. Caminar, nadar, flotar. Y repetir. Pero si te gusta explorar, hay varios senderos señalizados para recorrer la isla a pie a modo de ruta de senderismo improvisada. Uno de los más bonitos es el que lleva hasta el castillo, una pequeña fortaleza del siglo XIV encaramada sobre el puerto, desde donde se obtienen vistas espectaculares al atardecer. Otro sendero conduce al Faro de n’Ensiola, en el extremo sur.

Y lo que no se puede hacer es igual de importante: no se puede salir del sendero marcado, ni pescar, ni recoger absolutamente nada (ni una concha, ni una flor). La isla es un santuario natural y así debe seguir. Hay vigilancia constante y un código de comportamiento que todos los visitantes deben respetar.

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Isla de Cabrera en Mallorca. Foto: IllesBalears.Travel

¿Vale la pena pasar la noche?

Sí. Por supuesto. Pasar la noche en Cabrera es una experiencia muy distinta a hacer una excursión de ida y vuelta. El refugio, gestionado por el Instituto Balear de la Naturaleza (IBANAT), tiene apenas 12 habitaciones, por lo que la experiencia es íntima y especial. No hay lujos, pero tampoco hacen falta. La comida se puede reservar con antelación en la pequeña cantina del puerto, donde el menú es sencillo, pero efectivo: pescado fresco, pan, ensalada, vino local. Y luego, el silencio.

Si vas en barco privado, debes solicitar permiso con antelación y saber que hay zonas restringidas para fondear. La demanda es altísima en verano, por lo que conviene planificar la visita con tiempo.

La forma más fácil de llegar a Cabrera es tomar un barco desde la Colònia de Sant Jordi. Varias empresas ofrecen excursiones diarias (Nacional Park Cabrera, Excursions a Cabrera o Mar Cabrera son algunas de las más conocidas) y suelen incluir traslados, guía y seguro. Los precios rondan los 40-50 euros por persona para un día completo.

A disfrutar.

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Vista aérea del Parque Natural de Cabrera. Foto: IllesBalears.Travel

TURIUM TIPS

Cuándo visitar la isla: la isla se puede visitar entre el 1 de abril y el 30 de octubre, pero si buscas la experiencia perfecta, evita los meses de julio y agosto. En mayo, junio o septiembre, el mar ya está cálido, los días son largos y la isla está más tranquila. 
Visitar el museo etnográfico: ubicado en una antigua bodega, y aprender sobre la historia poco conocida de la isla: desde los navegantes púnicos que la usaron de escala hasta el oscuro episodio del siglo XIX, cuando fue campo de concentración para prisioneros franceses durante la guerra de la Independencia.