
Es el rincón del norte más bonito: se llena de amapolas en primavera, está en Zamora y es la escapada perfecta para disfrutar de la naturaleza
Muy cerca de Zamora se encuentra Campo de la Verdad: un rincón precioso que se viste de amapolas en primavera y que ha conquistado a visitantes de todo el mundo.
El paso de las estaciones provoca transformaciones maravillosas en los parajes naturales de nuestro país. Durante el otoño, los bosques cambian de color y se tiñen de dorado. En primavera, los cerezos en flor pintan de rosa algún que otro pueblo del Valle del Jerte, y las amapolas cubren con un manto rojo Castilla y León. Este fenómeno se vuelve especialmente espectacular en lugares como Campo de la Verdad, en Zamora: un paisaje cuya belleza atrae a cientos de curiosos cada año.
Las amapolas de Campo de la Verdad
Quizás lo hayas visto por Instagram, sin saber que este rincón de ensueño estaba mucho más cerca de lo que creías: una extensión de amapolas, que se extienden como un mar rojo, amarillo y lila hasta rozar el horizonte. Campos alfombrados de pétalos que se funden con un cielo de color azul intenso, mientras la ciudad de Zamora despunta al fondo, con su catedral jugando a atravesar las nubes.

Este terreno, que durante los meses de frío tiene el característico color apagado de los campos castellanoleoneses, florece entre abril y septiembre. Es en esta época precisamente cuando se llena de visitantes deseosos de conectar con la naturaleza y, ya de paso, llevarse una foto bonita para sus redes sociales. Las vistas merecen la pena especialmente al atardecer, cuando la cúpula celeste se torna naranja y parece fundirse con las flores.
La belleza de este lugar es tan inmensa que su fama llegó hasta Japón, gracias a una publicación de la Embajada Española en Tokio que se volvió viral hace unos años, y que hizo que la ciudad recibiera un buen puñado de visitantes japoneses. Además, este no es el único atractivo del destino, que ha sido escenario de eventos históricos como el cerco de Zamora.
Qué ver cerca de este rincón de Zamora
Aunque pequeña y no muy conocida, Zamora es una ciudad que destaca por su belleza monumental y su riqueza histórico-artística. El casco antiguo, alargado y protegido por las murallas que se construyeron entre los siglos XI y XIII, se encuentra encaramado a una meseta. Situado a orillas del río Duero, los edificios más antiguos y emblemáticos juegan a reflejarse en las aguas, creando un calco de la ciudad sobre la superficie.

Se trata de una ciudad de récord, que puede presumir de tener una de las celebraciones de Semana Santa más antiguas del país, y también de ser la Ciudad del Románico por excelencia. Más allá de la Santa Iglesia Catedral del Salvador, la más pequeña y antigua de Castilla y León, la localidad cuenta con veintidós templos románicos.
También de este estilo es el castillo de Zamora, que se mantiene en pie desde mediados del siglo XI y que jugó un papel fundamental durante la reconquista. De forma romboidal, cuenta con tres torres bajo las que se extiende la ciudad, de forma que en su día se podía dominar todo el entorno para detectar los acercamientos de posibles enemigos.
Pero no todo son antiguos edificios de piedra. La calle de Balborraz, por ejemplo, destaca por estar flanqueada por preciosas casas de colores, entre las que te sentirás como en una película de Disney. Sin embargo, la vista más bonita es la que se tiene desde el Puente de Piedra, que te permitirá contemplar el centro de la ciudad en todo su esplendor.