Ya sabemos cuál es la ciudad más feliz del mundo en 2025: está en Europa y estos son los motivos de su victoria
Copenhague es una de las capitales europeas con la mejor calidad de vida, por eso no nos extraña que haya sido elegida como la ciudad más feliz del mundo del año 2025. Te contamos los motivos por los que este tiene que ser tu próximo destino.
Aunque bastan 36 horas para visitar Copenhague, lo más probable es que su recuerdo se quede a vivir en tu memoria para siempre. Su compromiso con la sostenibilidad, su altísima calidad de vida y su riqueza histórica y cultural enamoran a los viajeros y hacen que cada año se cuele en el ranking de las ciudades más felices del mundo. Hacía poco hablábamos de que Aarhus, la segunda ciudad más grande de Dinamarca, ostentaba ese puesto. Sin embargo, este 2025 la ciudad más feliz del mundo es Copenhague.
Aquí, el hygge está presente en cada esquina. Y quizás te preguntes: ¿Qué es el hygge? Pues bien, se trata de una palabra danesa que no tiene una traducción exacta, pero que hace referencia al estilo de vida reinante en Dinamarca: relajado, sencillo y enfocado a encontrar la satisfacción en las pequeñas cosas.
Es la ciudad más feliz del mundo y estos son los motivos
Cada año, el Instituto de Calidad de Vida presenta Happy City Index: un ranking en el que seleccionan las ciudades más felices del mundo. Para elegirlas, miden el nivel educativo, la existencia de políticas de inclusión, la protección del entorno, la salud económica del lugar, la movilidad y la posibilidad de acceder a áreas verdes. Todo ello está muy presente en Copenhague, que se ha coronado como el lugar más agradable para vivir.
No nos extraña. Cualquiera que haya visitado la ciudad, seguramente se haya dado cuenta de que aquí se respira otro aire, y no solo porque el uso generalizado de la bicicleta haya reducido los niveles de contaminación hasta límites insospechados. La capital danesa tiene un ambiente relajado que te hace sentir tranquilo en todo momento: como si allí no importase si te dejases la puerta de casa abierta, porque la ciudad tiene una merecida fama de ser muy segura y no hay de qué preocuparse.
Y eso no es todo: la generalización de la semana laboral de 37 horas permite un mayor equilibrio entre la vida personal y la profesional; los daneses cuentan con un alto poder adquisitivo y un sistema que protege la educación, la salud y el acceso a la vivienda y, además, en Copenhague la oferta de ocio y cultura es enorme y muy variada.
De hecho, en la región están tan convencidos de que marcharse a vivir allí es buena idea que han lanzado un seguro de calidad de vida, enfocado a que los nuevos vecinos estén lo más cómodos posible. Si después de todo no logras sentirte a gusto en la ciudad, entonces las autoridades locales pagan el billete de vuelta a tu país.
Viaje al corazón de Copenhague
Cruzada por canales al más puro estilo Venecia y llena a rebosar de casas de colores que te harán sentir como si estuvieras en una película de Disney, Copenhague es el tipo de ciudad que puede curar todos los males del que la visita. Los paseos tranquilos, alejados del rugido del motor de los coches, el aire fresco con un cierto olor a salitre y el calor del wienerbrød (el postre típico de Dinamarca) entre las manos hacen de esta experiencia un sueño recurrente al que uno siempre desea volver.
Hay visitas que son innegociables, aunque hayas ido cientos de veces. Nunca puede faltar un paseo por las orillas del canal de Nyhavn; una foto a la escultura más emblemática de todo el país, la Sirenita; una tarde en los jardines de Tívoli, o una parada para admirar la belleza del Palacio de Amalienborg o de la iglesia de Mármol.
Si prefieres la tranquilidad que ofrecen los paisajes naturales, apuesta por una excursión a Dyrehaven: un bosque precioso donde podrás ver ciervos y, también, acercarte al que sí que es el parque de atracciones más antiguo del mundo, Bakken. De vuelta en la ciudad, reserva unas horas para pasear por Christiania: un barrio bohemio que encapsula a la perfección la esencia de la ciudad y que te hará pensar “quiero volver” antes siquiera de que te hayas marchado.
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