Ni Marsella ni Aviñón, el secreto mejor guardado de la Provenza francesa es un pueblo precioso rodeado de viñedos
Encantador y diminuto, Cotignac es uno de los rincones más bonitos de la Provenza francesa. Te contamos todo lo que hay que ver en este destino en el que hasta la calma tiene otro sabor.
A orillas del Mediterráneo, la Provenza francesa deslumbra con sus acantilados con vistas al mar, sus campos de lavanda y sus pintorescos pueblos. Se encuentra al sur, tanto que sus paisajes tienen acento italiano. Y más allá de las grandes ciudades (como Mónaco, Marsella o Cannes, tiene rincones tan bonitos como Cotignac, en el departamento de Var.
No parece real, pues se encuentra a los pies de una enorme roca. Es extensísima (mide 400 metros de largo) y tan alta que parece que toca el cielo. Pero Cotignac existe y es precioso. Por eso ha sido y es destino predilecto para escritores, pintores, fotógrafos y hasta reyes.
Cotignac, el pueblo más bonito de la Provenza francesa
Fue en el año 1660 cuando los pasos de Luis XIV llegaron hasta Cotignac. El Rey Sol llevaba diecisiete años mandando sobre Francia y lo haría durante otros cincuenta y cinco más. Llegó acompañado de su madre, la reina Ana de Austria, pues ambos peregrinaban hasta allí para agradecerle a la Virgen María por el nacimiento de su hijo, Luis. A día de hoy, sigue siendo lugar de peregrinación para la fe católica.
Pero como Santiago o Jerusalén, es mucho más que eso. Y es que más allá de las peticiones, las ofrendas y los milagros, encontramos un precioso pueblo de colores. Lo oculta la roca, sobre todo, pero también las copas de los árboles (plátanos, en su mayoría), que llenan sus calles de verde y las protegen de la insistente caricia del sol.
El tiempo transcurre de forma diferente a los pies del enorme acantilado y a ratos hasta parece que volvemos al medievo, esa época que ya solo vive en los libros y la imaginación. Las terrazas de los restaurantes son las que rompen la ensoñación. Están por todas partes y ya al pasar junto a ellos dan ganas de sentarse, degustar la gastronomía de la Provenza y disfrutar de la dolce vita.
Qué ver en Cotignac
Sería un error limitarse a degustar y no callejear, girando y girando en casa esquina hasta dar con el santuario de Notre-Dame de Grâces. La iglesia, dedicada a la Virgen María, es pequeña, pero regala unas grandiosas vistas del pueblo y, según la leyenda, algún que otro milagro de vez en cuando.

También merece la pena visitar los siguientes lugares:
TipTurium
Busca las fuentes. Hay diecisiete en el pueblo, aunque la más bonita es la Fontaine des Quatre Saisons, que muestra representaciones de las cuatro estaciones y, hasta el siglo XIX, forma parte del convento dominico de Aix-en-Provence.
Descubre el mejor hotel de la Provenza francesa
Rodeada de viñedos y jardines rebosantes de olivos, la preciosa villa de Lou Calen se encuentra en perfecta armonía con la naturaleza. Es, más que un hotel, un templo dedicado a la búsqueda de la desconexión más profunda. Desde las clases de yoga al amanecer, hasta la piscina al aire libre con cascada, todo invita a detenerse y descansar.

Suena raro decirlo, pero la suite más especial es un antiguo palomar restaurado. Pero ya no la sobrevuelan las aves. Ahora solo hay antiquísimas piedras que se amontonan unas sobre otras hasta dar lugar a esta suerte de torre. Dentro, encontramos una escalera de caracol que sube y sube hasta llegar al dormitorio, y se pierde después en una terraza con magníficas vistas del pueblo.
Aunque cuesta elegir, puede que nuestro rincón favorito haya resultado ser la librería de la recepción del hotel. Nos gustan sus libros, por supuesto. Más de 4.000 tanto en francés como en inglés, con una selección muy cuidada de autores locales. Pero, sobre todo, nos gustan sus encuentros literarios, que permiten a huéspedes y curiosos conversar con toda clase de autores.
Cómo llegar a Cotignac
La mejor manera de llegar a Cotignac es por carretera. Se tarda aproximadamente una hora desde Marsella, hasta donde puedes llegar en avión, pues allí se encuentra el aeropuerto de Marseille-Provence.
También puedes llegar desde Niza, aunque tardarás un poco más: entre 1:30 horas y 1:45 horas. Sin embargo, merece la pena, porque la ruta por la costa y luego hacia el interior es realmente preciosa. Otra opción es salir de Cannes, que se encuentra a unos 90 kilómetros y está a una hora y cuarto de distancia.
Si tienes pensado moverte por la Provenza en coche, reserva el vehículo con antelación, especialmente si lo visitas en temporada alta, entre junio y agosto.