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Pasear por las calles de Santander supone sumergirse en una urbe que combina lo mejor de las grandes ciudades con una naturaleza desbordante. Apostado en alguna de sus 13 playas bañadas por el Cantábrico puedes relajarte y disfrutar de las mejores puestas de sol. Si a eso le sumamos la relevancia de la gastronomía de Santander, esta ciudad se convierte en un destino que conquista a todos los que lo visitan. Nutrida con una gran variedad de ingredientes autóctonos provenientes del mar, la cocina santanderina se ha convertido en todo un referente en el norte de la península.
La gastronomía de Santander, marcada por el entorno natural
La cocina local está estrechamente ligada al Cantábrico y en ella destacan las rabas de calamar, anchoas de Santoña, quesos y cocidos, además de sus postres, que ponen el broche de oro. El producto fresco del mar, especialmente pescados y mariscos, son los protagonistas indiscutibles en la elaboración de los platos más populares de Santander, como el sorropotún, hecho con bonito de la zona, o las almejas a la marinera.
Otro de los elementos distintivos es el queso de la región, elaborado principalmente en las zonas montañosas de la región. En ellas se producen distintos tipos como el de cabra, azul o de nata, componentes esenciales de la gastronomía tradicional. Tal es su importancia que son utilizados para crear todo tipo de platos, desde ensaladas hasta repostería, pues su intenso sabor combina perfectamente tanto con los ingredientes del mar como con el dulzor de tartas o flanes. Este perfecto equilibrio entre los productos de la costa y la montaña, construye los pilares culinarios de la gastronomía de Santander.
Los establecimientos que abundan en las calles de la ciudad ofrecen una degustación de los ingredientes más característicos de la tierra a través de las tapas, su bocado más particular. Al igual que los pinchos, invitan a vivir la cocina santanderina de una manera informal, empapándose de las tradiciones locales. Como acompañamiento, no puede faltar una buena copa de vino cántabro, blanco si es en la costa, tinto para la montaña.
De tapeo frente al mar
Dentro de los planes que ofrece una visita a Santander, recorrer sus barrios más emblemáticos es una de las experiencias más enriquecedoras. Entre sus históricas calles, se encuentran diversos puntos de restauración, preparados para ofrecer una experiencia inolvidable sobre el mantel. Así, explorar cada rincón de la ciudad se convierte en una ruta de sabores que te llevará desde los bocados más tradicionales hasta los más innovadores.
Una de las mejores zonas para disfrutar de unas buenas tapas es el barrio pesquero. Situado frente al mar Cantábrico, ha sido durante siglos el corazón de la actividad marítima. Sus estrechas calles, llenas de historia, están repletas de locales en los que el marisco y el pescado son los protagonistas. El paseo marítimo se prolonga hasta la lonja, donde cada mañana se subasta el pescado fresco. Esa cercanía del mar se refleja en los platos cuyos auténticos sabores no pasan desapercibidos.
Además de la comida, este barrio ofrece unas vistas espectaculares al mar y a su pintoresca atmósfera marítima. Pasear por sus calles, donde abundan las terrazas de establecimientos con tradición familiar, es una invitación a disfrutar del ambiente que ha sido testigo de generaciones de pescadores. Si visitas la zona, no olvides probar las morgueras a la sartén y los arroces marineros, así como las tapas de sardina y bonito, las rabas y mejillones, ampliamente elogiados.
Siguiendo la línea de la costa, el Sardinero es otra de las zonas más reconocidas por la calidad de su restauración. Su nombre se debe a que este era el lugar en el que históricamente se realizaba la pesca de la sardina, protagonista en la oferta de platos que se pueden degustar en la zona. En él se encuentra la playa del Sardinero, la más famosa de Santander, un amplio arenal dorado bañado por las aguas del Cantábrico, en el que pasar el día aprovechando el sol y el mar. Con una extensión que va desde La Magdalena hasta el Cabo Menor, es uno de los barrios con la mejor oferta gastronómica de la ciudad.
Uno de los pinchos más especiales que se encuentran en El Sardinero es la terrina de foie casero con compota y tosta de sobao pasiego, una delicia que mezcla el dulce del sobao con el característico sabor del foie, creando un bocado que no deja indiferente a nadie. En tu visita, no olvides ir a su zona norte, donde se ubica el restaurante El Serbal, reconocido con una Estrella Michelin. En él se elaboran algunos de los platos más innovadores de la ciudad, creados con los sabores del mar, acompañados de unas vistas inigualables
Historia y gastronomía en el centro de la ciudad
La gastronomía de Santander no solo se destaca en la zona de la costa. Dejando atrás el mar y paseando por el interior de la capital, descubrirás su casco histórico, con calles peatonales, plazas, y una gran variedad de tiendas, cafés y museos. Se trata de uno de los epicentros gastro de la capital, repleto de lugares que han hecho historia por su propuesta de pinchos, que junta innovación y tradición. Entre ellos destacan Casa Ajero o La Cátedra, que puede presumir de ser el bar más antiguo de Cantabria.
Aquí, la tradición se encuentra con la modernidad, y cada rincón invita a hacer una parada para probar algo nuevo. Podrás degustar algunas de las mejores tortillas de patata de España y disfrutar de sus célebres las rabas de la bahía. En esta zona la oferta gastronómica es más cosmopolita y variada, teniendo entre sus locales algunos restaurantes con Soles Repsol como la Bodega del Riojano, donde además de un excelente menú, podrás realizar maridajes con los mejores vinos cántabros.
TURIUM TIPS
El restaurante Cañadío, ubicado en el centro de la ciudad, ha sido galardonado con el premio a la mejor tortilla de patatas. No te la pierdas en su formato tapa.
Además de El Serbal, la ciudad cuenta con otro restaurante de Estrella Michelín, La Casona del Judío, ubicado en la zona alta de la ciudad. Su pichón es el plato estrella.
Para tu estancia en la ciudad, reserva el Eurostars Hotel Real, uno de los edificios más emblemáticos de Santander, hoy 5 estrellas Gran Lujo.
