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Dicen que es el pueblo medieval más bonito de la Rioja Alavesa: está protegido por murallas

Dicen que es el pueblo medieval más bonito de la Rioja Alavesa: está protegido por murallas y es perfecto para visitar en otoño
Situado en la provincia de Álava, Laguardia es un pueblo amurallado que aún conserva su antiguo encanto medieval, presente en las calles de piedra del centro histórico, pero también en los viñedos que lo rodean.
El norte de España oculta, entre sus secretos mejor guardados, castillos preciosos, largas rutas de senderismo rodeadas de naturaleza viva, y balnearios termales espectaculares donde las dolencias se diluyen gracias al calor de las aguas medicinales. También pueblos medievales como Laguardia, un municipio de la Rioja Alavesa que, pese a los años, no pierde el brillo que ya tenía en la época medieval.
Por qué visitar Laguardia
Reconocido como uno de Los Pueblos Más Bonitos de España, Laguardia destaca por ser uno de esos rincones diminutos (apenas tiene 1400 habitantes) que, sin embargo, se encuentran llenos a rebosar de encanto. Ya desde lejos, al ver su silueta, se intuye el encanto que solo es propio de las cosas añejas. Esa capa de tiempo que lo recubre y que se infiltra en cada esquina para hacer de este un lugar casi de cuento.
Cercado por viñedos donde la uva crece entre altas vides, es evidente que se trata de un destino vitivinícola al que la gente acude a visitar las bodegas y hacer catas de vino. No obstante, escondido a plena luz del día encontramos un pueblo que, ya desde la lejanía, encandila con sus largas murallas.

De aquella fortificación aún resisten cinco puertas, horadadas en las gruesas paredes de piedra arenisca: la puerta de Carnicerías, del siglo XV, la del Mercadal, la de Páganos, la de San Juan y la de Santa Engracia. Pese a que solo se conserva parte de este escudo defensivo, caminar junto a su alta silueta nos permite rememorar un lejano siglo XIII que nunca viviremos, aunque esté muy presente aquí.
De aquel siglo también sobrevive la Torre Abacial: un precioso mirador en forma de torreón medieval desde donde se disfruta de las vistas más espectaculares de la ciudad. Muy cerca, la iglesia de San Juan Bautista deslumbra con su portada gótica, que muestra la Anunciación de la Virgen. A sus pies, la barroca capilla del Pilar es otra de las visitas imprescindibles para cualquiera que quiera conocer el pueblo y empaparse de su faceta más histórico-artística.
Un paseo por el pueblo más bonito de la Rioja Alavesa
Guiados por callejuelas estrechas y empedradas, que serpentean siguiendo el trazado medieval, los visitantes se topan, sin esperarlo y casi sin buscarlo, con la calle Mayor. La arteria principal de la localidad se extiende, coronada por balcones floridos, llena de casas palaciegas que se mantienen en pie desde el siglo XVI.

En una de ellas se encuentra la casa de Félix María de Samaniego, el escritor español que nació en esta localidad en el año 1745. Su alargada sombra se proyecta en varios rincones de la localidad y llega hasta el Paseo del Collado, en cuyo extremo podemos encontrar un busto elaborado por el escultor José Larrea, así como disfrutar de un mirador con vistas a la sierra de Cantabria.
Pero si antes de llegar hasta allí, recorremos con lentitud la calle Mayor, o las paralelas Paganos y Santa Engracia, daremos con la Plaza del Gaitero. Dominada por la majestuosa iglesia de Santa María de los Reyes, con una impresionante puerta policromada de estilo gótico.
Por supuesto, es imprescindible pasar por la Plaza Mayor. Sobre nuestras cabezas, las fachadas de piedra se yerguen, coronadas con balcones de forja y flores de colores. Bajo los soportales, los bares nos regalan sus terrazas, ofreciendo al viajero un respiro, solo interrumpido por las figuras que, varias veces al día, salen del reloj del Ayuntamiento para anunciar las horas.