Esta es la ciudad más vibrante de Reino Unido: arquitectura victoriana, galerías de arte y mucha música
Moderna e industrial, Mánchester es una ciudad que sorprende, llena de edificios victorianos y planes culturales que no encontrarás en ningún otro lado.
Aunque normalmente queda opacada por la alargada sombra de Londres, Mánchester es una ciudad vibrante, que parece experta en combinar tradición y modernidad. Es cuna de grupos tan conocidos como Oasis o The Smiths, y además está llena de bares históricos y galerías de arte. Quienes la visitan a menudo quedan encandilados por ese ambiente vibrante y frenético que la ha convertido en uno de los destinos más divertidos de Europa.
Pero incluso si ignoramos su famosa escena musical y su fervor futbolístico, que tiene como epicentro al Manchester United, el equipo local, la capital del norte de Inglaterra tiene mucho que ofrecer. Basta con recorrer sus calles para encontrar multitud de tesoros arquitectónicos, desde su imponente catedral gótica hasta los altos rascacielos que protagonizan su skyline.
No importa lo que busques. Mánchester tiene cultura, historia y mucho que ver, de forma que hasta los viajeros más exigentes quedan encantados con ella.
Las joyas arquitectónicas de Mánchester
Si hablamos de esplendor arquitectónico, tenemos que mencionar Victoria Baths. El palacio del agua data de principios del siglo XX y destaca por su colorido exterior de ladrillo, que alterna franjas multicolores. Aunque en sus inicios fue pensado como un balneario, a día de hoy se utiliza para celebrar eventos de todo tipo.
Por supuesto, es una de las visitas culturales más populares de la ciudad. No nos extraña. Quienes atraviesan su entrada se ven envueltos en un colosal edificio lleno de color, donde la luz que se filtra por las vidrieras ilumina los antiguos mosaicos de los suelos y los azulejos verdes que recubren las paredes.
Pero no es la única construcción que merece la pena. Al fin y al cabo, pasear por Mánchester es visitar un gran museo al aire libre, donde cada piedra esconde un pedacito de historia esperando a ser descubierta. Aquí encontramos casas señoriales, edificios industriales y altísimas torres modernas, que dejan pasar los rayos del sol a través de los ventanales de cristal.
Uno de los edificios más icónicos y contemporáneos es la Beetham Tower: un coloso de 47 plantas que atraviesa el skyline mancuniano con su estructura de cristal y acero. En la planta veintitrés, el bar Cloud 23 nos regala unas vistas espectaculares de la ciudad, desde los canales de Castlefield hasta Deansgate.
Viaje al centro histórico de la ciudad
Ocupada desde el siglo I d.C., la tercera ciudad más visitada del Reino Unido cuenta con siglos de historia. Ocupada en un primer momento por los romanos, recibió allá por el siglo XIII a multitud de tejedores flamencos, que propiciaron que se convirtiera en un punto de gran importancia en el comercio de tejidos.
Su rápido crecimiento económico hizo que en el siglo XVI se convirtiese en una de las ciudades más bellas del condado de Lancashire. Precisamente de aquella época es la catedral de Mánchester: un precioso templo de estilo gótico que se caracteriza por su perpendicularidad.
Aunque ya es imponente por fuera, destaca especialmente por su interior, donde encontramos espléndidas muestras de ebanistería gótica, vidrieras que corresponden a diversos periodos históricos, enormes arcos ojivales y techos ricamente decorados con tallas de ángeles.
Además, muy cerca encontramos otra de las joyas arquitectónicas de la ciudad: la John Rylands Library, tan bonita que a menudo los turistas la confunden con una iglesia. De hecho, esa fue la intención de los arquitectos, que la construyeron con la intención de que se asemejara a los edificios religiosos de la ciudad.
Fue inaugurada en 1900 y, desde entonces, se ha convertido en una de las joyas más bonitas de la ciudad. Su interior es un laberinto de pasillos de piedra y arcos apuntados que nos conducen hasta su Sala de Lectura Histórica. Aquí las luces cálidas, el aroma apergaminado de los enormes volúmenes de las estanterías y las estatuas de mármol blanco crean una atmósfera de recogimiento que roza lo mágico, de modo que casi parece que estamos paseando por los interiores del castillo de Harry Potter.
Por supuesto, es imprescindible hacer una parada en Albert Square, el corazón de la parte victoriana de la ciudad. La plaza se encuentra presidida por el Ayuntamiento de Mánchester: un enorme edificio gótico construido por Alfred Waterhouse como muestra del enorme poder económico de la ciudad durante el siglo XIX.
Industria y creatividad: el alma de Northern Quarter
El carácter obrero de Mánchester, que allá por el siglo XIX se convirtió en la primera ciudad industrial del mundo, está muy presente en el Northern Quarter. Aquí, las fábricas y los toscos edificios de ladrillo se funden con los museos y los centros culturales donde la vanguardia artística se renueva cada día.
Es aquí donde se vienen a juntar los bohemios y los alternativos, que han convertido esta zona del norte de la ciudad en su base de operaciones. Es por eso que sus calles se encuentran repletas de galerías de arte urbano, tiendas donde puedes encontrar los más inauditos vinilos antiguos y cafeterías de especialidad donde disfrutar de un respiro.
Aquí el pasado musical de la ciudad sigue muy vivo, y la energía del rock and roll inglés se puede respirar tras las puertas cerradas de cualquier pub oscuro. Es el lugar perfecto para encontrar obras de arte de lo más originales, souvenirs de los que no se venden en las tiendas de regalos y postales que te harán recordar para siempre tu visita a esta capital industrial.
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