La catedral de Sevilla es la más grande del mundo. Foto: Pixabay.

La catedral gótica más grande del mundo está en Andalucía y es Patrimonio de la Humanidad

Andalucía está llena de monumentos que son Patrimonio de la Humanidad y entre ellos destaca la catedral de Sevilla, una joya arquitectónica que puede presumir de ser la catedral gótica más grande del mundo.

Lucía Lorenzo | 3 Ene 2025

Dice la canción que Sevilla tiene un color especial, y es cierto. Esta ciudad, bañada por la luz del sol y por las aguas del Guadalquivir, conquista con su acento del sur a todo aquel dispuesto a disfrutar de la belleza de la tercera ciudad más visitada de España. A la sombra de la Giralda, la Catedral de Sevilla se extiende como un coloso que se divisa desde casi cualquier rincón de la ciudad. Sin embargo, muchos de los que observan su exterior omnipresente desconocen que esta es la catedral gótica más grande del mundo.

Y es que este destino es mucho más que su alcázar o su Torre del Oro. Entre villas romanas con siglos de antigüedad y céntricos hoteles de lujo, es fácil entender por qué tan solo Madrid y Barcelona han logrado superar en los rankings a la capital de Andalucía, que en 2023 abrió sus puertas a más de tres millones de viajeros.

La historia de la catedral gótica más grande del mundo

A día de hoy la Iglesia Catedral de Santa María de la Sede y de la Asunción de Sevilla es un templo cristiano y su nombre no deja lugar a dudas. Sin embargo, cuando se erigió, en 1172, la idea era construir una enorme mezquita. La construcción musulmana tardó veintiséis años en levantarse y medía 15.000 m². De aquella época aún se conservan la Giralda, el patio de los Naranjos y la puerta del Perdón.

La vida de la mezquita fue corta, al menos como templo árabe pues, tan solo 50 años después del final de las obras, fue consagrada a Santa María de la Asunción. No obstante, no fue hasta 1401 que los cristianos decidieron construir una iglesia católica en su lugar: los clérigos que tomaron la decisión quisieron hacerla “tan hermosa y tan grandiosa que los que la vieren labrada nos tengan por locos”.

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La Giralda es uno de los pocos elementos que se conservan de la mezquita árabe original. Foto: Pixabay.

Tardaron más de setenta años en llevar a cabo este proyecto de iglesia gótica, pero está claro que la espera mereció la pena. Inaugurada en 1506 y consagrada en 1507, se trata de un templo grandioso donde los haya. Y, aunque ha pasado el tiempo, seis siglos después aún conserva el privilegio de ser la catedral con mayor superficie del mundo.

Por qué visitar la Catedral de Sevilla

Decir que la Catedral de Sevilla solo es grande es faltar a la verdad. Es como contar una historia a medias. Esta joya gótica, que también cuenta con detalles barrocos y mudéjares, parece querer atravesar el cielo con sus cuarenta y dos metros de altura.

El interior está formado por cinco naves, todas ellas decoradas ricamente. Rejas doradas, enormes retablos, esculturas de barro cocido, bajorrelieves, mármoles y jaspes alfombran la catedral. Mires donde mires y pases por donde pases, la historia del arte cristiano se despliega ante ti como un abanico en una calurosa tarde de verano.

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El interior de la catedral rivaliza con su majestuoso interior. Foto: Pexels.

Pero el lugar no solo destaca por su esplendor arquitectónico. Su riqueza pictórica la ha llevado a ser considerada como una de las pinacotecas más importantes de España. Artistas como Goya, Artemisia Gentileschi o Alonso Cano se dan cita entre estatuas, arcos y monumentales columnas.

Sin embargo, el nombre de Murillo, sevillano de nacimiento, es de los que resuenan con más fuerza entre los finos muros de piedra. Aquí se puede ver su San Isidoro, cuyas delicadas pinceladas muestran al santo vestido de blanco. También encontramos aquí grandes obras como La Visión de San Antonio o El ángel de la Guarda, así como los retratos de numerosos santos que decoran la bóveda de la sala capitular, entre los que se encuentran San Hermenegildo, San Fernando III, San Isidoro, San Leandro, San Laureano y San Pío.

TURIUM TIPS

Para pasar la noche en Sevilla, te recomendamos dormir en el Palacio de Villapanés, un hotel ubicado en una casa del siglo XVIII que ha alcanzado la categoría de gran lujo. Cuenta con zona wellness, azotea con solárium y con unas vistas inigualables de la catedral y la Giralda.

Para comer, reserva en el restaurante Gascona, que ha logrado llevar lo mejor de la gastronomía asturiana hasta el sur de España. No puedes irte sin probar la fabada, el cachopo y la torrija del que muchos afirman que es uno de los mejores restaurantes de Sevilla.

Muy cerca de la capital de la provincia se encuentran las ruinas de la antigua ciudad de Itálica, un pueblo romano que se considera la primera ciudad de Hispania y donde aún pueden verse termas, casas señoriales y mosaicos en muy buen estado de conservación.