Marvão, el precioso pueblo medieval en Portugal donde podrás rozar las nubes con los dedos

Si alguien me hubiera dicho que encontraría un castillo en el cielo, habría pensado en la imaginación de Miyazaki o en una de esas historias de hadas que nos contaban de pequeños. Pero no, no es necesario volar a Japón ni retroceder a nuestra infancia. Simplemente, hay que viajar a Marvão, un encantador pueblo medieval en lo alto de una montaña en Portugal, donde la tierra se confunde con las nubes. Siempre es un buen plan viajar a Portugal.  

Cuando uno llega a Marvão, la primera impresión es como si estuvieras entrando en un escenario de película: las casas blancas parecen desafiar la gravedad al aferrarse a las rocas y los muros de piedra antigua cuentan historias de reyes y conquistas. El aire es más fresco, más limpio, y cada rincón tiene ese olor a historia que solo los lugares con alma conservan. Desde lo alto de sus murallas, el mundo parece un tapiz verde y dorado que se extiende hasta donde alcanza la vista, solo interrumpido por las sierras que dibujan el horizonte.

Ubicado en la región del Alentejo, cerca de la frontera con España, Marvão es un tesoro escondido en la Serra de São Mamede, una sierra que se extiende por el nordeste del Alentejo, caracterizada por su impresionante paisaje montañoso y su biodiversidad única. Esta región es conocida por sus amplias dehesas, suelos fértiles y un clima mediterráneo que alterna inviernos suaves con veranos calurosos. A diferencia de otras partes de Portugal, el Alto Alentejo, donde se encuentra Marvão, es una tierra de montañas y colinas, salpicada de pequeños pueblos que parecen congelados en el tiempo. 

Un viaje al pasado con toques contemporáneos

Marvão no es solo un viaje al pasado, sino también una oportunidad para reconectar con lo esencial. Aquí, la vida avanza a otro ritmo, sin prisa, pero con propósito. Las murallas que rodean el pueblo han sido testigos de siglos de historia, desde las incursiones musulmanas hasta la resistencia frente a los ejércitos castellanos, y hoy se presentan como guardianes de un legado que se niega a desaparecer.

Sin embargo, Marvão no vive solo de su pasado. A lo largo de los años, este pequeño rincón de Portugal ha sabido adaptarse a los tiempos modernos sin perder un ápice de su encanto. La combinación de su arquitectura medieval con la acogida cálida y moderna de sus habitantes lo convierte en un destino ideal para quienes buscan algo más que una postal bonita. Aquí puedes disfrutar de un café en una terraza con vistas a kilómetros de paisaje inalterado, o descubrir el arte y la artesanía local en sus pequeñas tiendas, que parecen salidas de otro tiempo pero que, paradójicamente, están más vigentes que nunca.

El castillo en las nubes

El corazón de Marvão es, sin lugar a dudas, su imponente castillo. Situado en la cima de la montaña, este fortín parece abrazar al cielo con sus torres y murallas. Subir hasta el castillo es una experiencia en sí misma, pero la verdadera recompensa llega cuando alcanzas la cima y miras a tu alrededor. La vista es, simplemente, indescriptible. No importa cuántas fotos tomes, ninguna capturará completamente la sensación de estar allí, en lo alto. Es fácil entender por qué los antiguos habitantes de Marvão eligieron este lugar para construir su fortaleza: desde aquí, podían ver venir a cualquier enemigo a kilómetros de distancia.

Un paraíso para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad

Para los amantes de la naturaleza, este pueblo tiene de todo: una variedad de actividades al aire libre que van desde el senderismo por las montañas circundantes hasta la observación de aves en el Parque Natural de la Sierra de São Mamede. Además, Marvão es conocido por su clima, que, a diferencia de otras regiones de Portugal, se mantiene agradablemente fresco durante gran parte del año, lo que lo convierte en un refugio perfecto durante los calurosos meses de verano.

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