Noche de estrellas en el Alentejo y playas espectaculares: cinco planes de verano en Portugal
Si todavía no tienes planes de verano, Portugal es tu opción. Te contamos por qué y te descubrimos las propuestas más interesantes para que vayas reservando ya mismo.
De nuestro país vecino no se puede salir sin haber recorrido sus impresionantes playas, sin admirar las calles llenas de azulejos azulados o sin haber probado sus pasteles de nata. Portugal revela su esencia en sus bonitos pueblos y en cada uno de sus rincones, y es frecuente que algunos pasen desapercibidos si no tienes una hoja de ruta o te acompaña un lugareño. En este artículo, recogemos las claves de un Portugal distinto, que te permitirá disfrutar de su cara más acogedora y apreciar la increíble diversidad cultural de este país.
Si tu recorrido te lleva a las grandes ciudades portuguesas, no puedes perderte estos planes en Oporto, ni estos consejos para tu visita a Lisboa. Pero estas propuestas te permitirán conocer la otra cara de un país lleno de oportunidades para tus vacaciones.
1. Contemplar las noches estrelladas en la Región del Alentejo
Conocida como los campos lusos, esta zona de Portugal cuenta con playas espectaculares, que abarcan desde el río Tajo, en el norte, hasta el Algarve, en el sur. También es la oportunidad perfecta para perderse por calles empedradas y sumergirse en la historia de pueblos romanos en poblaciones como Évora, la capital de la región; Elvas, una ciudad fortificada; o Monsaraz, un pueblo medieval con vistas al embalse de Alqueva.
Luís Sousa, CEO de Mr. Travel, tiene su propia recomendación: "Hay mil propuestas, desde una excursión en globo sobre Monsaraz y Évora, paseos a caballo en las playas de Comporta o una jornada de pesca de ostras para después tomarlas con champán en un espacio exclusivo". Un paseo en globo mientras sale el sol permite apreciar la belleza de los pueblos de pizarra de la zona y la escarpada costa vicentina.
Además, el Alentejo, y concretamente el área alrededor del embalse de Alqueva, está reconocido como destino turístico Starlight, una certificación que reconoce los lugares con condiciones excepcionales para observar las estrellas. Esta región de Portugal cuenta con una media de 286 días al año despejados, y esto, junto con la reducida contaminación lumínica, lo convierten en un destino ideal para disfrutar del firmamento. Además, en varias zonas se han habilitado puntos de observación con telescopios y prismáticos, y la oferta turística se ha adaptado ofreciendo alojamientos y actividades especializadas en organizar experiencias únicas bajo las estrellas.
2. Hacer senderismo y surfear en la ruta Vicentina
Formada por el Caminho Histórico y Trilho dos Pescadores (Sendero de los Pescadores), estas rutas del Portugal más natural constituyen el recorrido idóneo para senderistas y amantes del medio ambiente. Además, si buscas playa, pero quieres huir de la masificación del Algarve en temporada alta, el Sendero de los Pescadores consta de 120 kilómetros de camino por línea costera compuesto por playas desiertas, acantilados, formaciones rocosas, dunas y pequeñas aldeas.
El recorrido está pensado para realizar senderismo, ya que está constituido por etapas, pero las condiciones climáticas favorables también la convierten en un lugar idóneo para realizar actividades acuáticas, como surf, bodyboard o exploración de cuevas. Algunas playas destacadas de esta zona son la de Arrifana, Amado, y Odeceixe.
El otro sendero es El Caminho Histórico (230 kilómetros), perfecto para conocer pequeños pueblos y profundizar en la cultura local. Sin embargo, es menos recomendable en verano ya que las altas temperaturas dificultan el paso por los tramos interiores.
3. Archipiélagos de ensueño para disfrutar de la naturaleza
Madeira y Azores, aunque con personalidades distintas, comparten increíbles paisajes naturales y una rica biodiversidad, especialmente en cuanto a vida marina. Estos archipiélagos portugueses son destinos ideales para el avistamiento de cetáceos y el buceo, y ofrecen experiencias únicas en entornos paradisíacos.
“La Isla de las Flores”, Madeira, es un paraíso de vegetación y jardines. Sus impresionantes acantilados emergen del mar y dan forma a una isla compuesta por paisajes montañosos y bosques considerados Patrimonio de la Humanidad. Hay multitud de rutas de senderismo que permiten explorar los rincones más inmaculados de la isla, y su capital, Funchal, es la parada perfecta para encontrar frutas tropicales, artesanía local y (muchas) flores. Será muy complicado pasear por sus calles y que no te animes a probar alguno de sus deliciosos platos, como las lapas a la parrilla o la espetada.
Las volcánicas Azores, en cambio, son nueve islas que en 2024 ganaron el premio a Mejor Destino de Aventura de Europa, y en 2023 Mejor Destino de Aventura del Mundo en los World Travel Awards. Barranquismo, buceo, ciclismo, navegación, surf… todo cabe en una isla repleta de naturaleza virgen y aventuras al aire libre. Luís Sousa lo define como “un lugar mágico, especialmente para los amantes de la naturaleza. Observar las ballenas de cerca o nadar con delfines en el Atlántico son algunos de los atractivos de estas islas.”
4. Sumergirte en experiencias culturales en el Alto Minho
El norte de Portugal lo rodean ríos serpenteantes y una rica tradición que se manifiesta en cada uno de sus encantadores pueblos. Visitar esta región en agosto no tiene desperdicio, ya que se puede disfrutar de sus festivales más populares, por ejemplo:
Festas de Nossa Senhora da Agonia: del 14 al 22 de agosto, las calles de Viana do Castelo se convierten en una explosión de color y música y se puede disfrutar de su multitudinaria romería (la más grande del país), desfiles de trajes regionales, gigantes y cabezudos, danzas tradicionales, una imponente procesión marítima, puestos artesanos, conciertos… una experiencia que no defrauda si uno busca empaparse de la cultura local.
Romaria de São Bartolomeu: del 19 al 24 de agosto, Ponte da Barca ofrece 5 días consecutivos de festejo y diversión al visitante. Conocidas por sus bailes tradicionales, ferias y procesiones, estas fiestas mezclan devoción y folklore en honor a San Bartolomé. La fiesta es una manifestación de la fe y cultura popular, aderezada con conciertos, bailes, fuegos artificiales y la alegría comunitaria de los habitantes de la región.
Visitar el Alto Minho también implica probar de primera mano sus productos locales. Un buen menú puede estar compuesto por un Caldo Verde, cocinado con col rizada, chorizo y patatas; un Baclhau à Minhota, preparado con patatas, cebolla y pimientos; y acompañado por Vinho Verde, joven y ligeramente espumoso.
5. Disfrutar de catas de vino en la región del Douro
Rodeado por las sierras de Marão y Montemuro, el caudaloso río Duero baña impresionantes terrazas de viñedos en esta región portuguesa, en las que crece la uva del oporto. Además del increíble paisaje del que se puede disfrutar al visitarlas (una experiencia en sí misma), es más que recomendable hacer una parada técnica para degustar este vino afrutado.
Se puede hacer una visita a una de las bodegas de la zona, en las que explican el proceso de elaboración del oporto y sus peculiaridades, además de, por supuesto, realizar catas y maridajes para probar distintas variedades. Luís Sousa sugiere realizar una degustación de vino en helicóptero: "Impresiona sobrevolar los viñedos del valle del Douro. Y después se puede continuar con una travesía en barco privado para visitar alguna prestigiosa bodega y terminar con una cata de vinos personalizada".