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Torres de 50 metros y arte medieval: así es San Gimignano, el pueblo más bonito de la Toscana que desafía a los rascacielos de Manhattan
Visitamos un pueblo en la Toscana cuyas torres sirvieron como presagio de los altísimos rascacielos de hoy en día. Por algo San Gimignano se conoce como "la Manhattan medieval".
Si te diera por pensar en una versión medieval de Manhattan, probablemente visualizarías torres de piedra que asoman entre colinas con sombras alargadas. Una especie de Benidorm, la ciudad con más rascacielos del mundo por habitante, pero con campanas en lo alto. Sorprendentemente, esta fantasía no es tan imposible como suena. Existe un lugar en el corazón de la Toscana donde el skyline no lo forman rascacielos de cristal, sino torres centenarias que cuentan historias de poder y riqueza. Bienvenidos a San Gimignano, el pueblo más bonito de la Toscana al que llaman el Manhattan medieval de Italia.
En Nueva York, una ciudad perfecta para visitar en otoño, se disputan quién tiene la torre más alta por motivos de poder financiero. En San Gimignano, allá por los siglos XIII y XIV, los ricos mercaderes y nobles competían para ver quién tenía la torre más imponente, símbolo inequívoco de estatus social. Y es que, a falta de Instagram en la Edad Media, ¿qué mejor manera de ostentar que construyendo torres de 50 metros para pintar el horizonte rural?

La historia de San Gimignano, el pueblo más bonito de la Toscana
A diferencia de otras ciudades medievales que han sido modernizadas, esta pequeña joya toscana ha resistido sorprendentemente bien los embates del tiempo. Caminando por sus estrechas calles empedradas, sentirás que has viajado varios siglos atrás. A día de hoy cuenta con catorce torres de piedra, pero originalmente el pueblo tenía setenta y dos torreones medievales. Este es uno de los motivos por los que San Gimignano conserva ese aire de grandeza que le valió el sobrenombre de la "Manhattan de la Edad Media".
El conjunto de torres, que parece casi un espejismo en el paisaje toscano, fue el resultado de la feroz competencia entre las familias más acaudaladas de la ciudad. Cada nueva torre debía ser más alta que la anterior, una carrera por alcanzar el cielo, no muy distinta de lo que hacen hoy los arquitectos de ciudades modernas como Londres.
Pero no solo de torres vive San Gimignano. Este pequeño pueblo tiene una capacidad casi mágica de condensar siglos de historia, arte y cultura en cada rincón. Desde frescos medievales en la Collegiata hasta bodegas que producen la famosa Vernaccia di San Gimignano, un vino blanco con denominación de origen, cada detalle cuenta una historia.

Los motivos por los que San Gimignano es Patrimonio de la Humanidad
En 1990, la UNESCO reconoció a San Gimignano como Patrimonio de la Humanidad, un título más que merecido. No es solo por la preservación de sus torres, sino por la increíble armonía de su arquitectura y la forma en que la ciudad se fusiona con el paisaje. Aquí, las murallas medievales encierran un mundo de piedra y arte al que parece no haber afectado el paso del tiempo.
El centro histórico de San Gimignano está lleno de tesoros que valen la pena explorar. La Piazza della Cisterna, con su forma triangular y rodeada de imponentes torres, es el corazón de la ciudad. Un rincón perfecto para tomar un helado y disfrutar de un momento de relax.
Un pueblo lleno de delicias toscanas y vinos legendarios
Hablar del pueblo más bonito de la Toscana y no mencionar su gastronomía sería casi un pecado. Este es uno de esos lugares donde quieres probarlo todo. Desde la cocina tradicional toscana, con sus embutidos, quesos y aceite de oliva, hasta platos más refinados, San Gimignano es un paraíso para los amantes de la buena mesa.
Uno de los productos más emblemáticos de la región es la ya mencionada Vernaccia di San Gimignano, un vino blanco seco con matices afrutados que ha sido elogiado desde la época de Dante. Visitar alguna de las bodegas locales y hacer una cata es una de esas experiencias que no puedes perderte. A cada sorbo, sentirás la conexión con una tradición vitivinícola que se remonta a siglos atrás.
Y si hablamos de gastronomía, no podemos olvidarnos del famoso helado de San Gimignano. En la Piazza della Cisterna encontrarás heladerías galardonadas a nivel mundial, donde los sabores van desde los más tradicionales hasta combinaciones sorprendentes que te dejarán con ganas de más.
Al final del día, mientras el sol se pone detrás de las torres de San Gimignano, te preguntarás: ¿es real este pueblo de rascacielos medievales?
TURIUM TIPS
Duerme de lujo: el Hotel La Collegiata es una antigua abadía del siglo XVI transformada en alojamiento con vistas impresionantes a San Gimignano y la campiña toscana.
Disfruta de la alta cocina: el restaurante Cum Quibus tiene una estrella Michelin y supone toda una experiencia.
Sube a la Torre Grossa: es la más alta de las torres medievales (54 metros) y ofrece una vista panorámica inolvidable de la ciudad y los alrededores.
Excursión a Volterra: esta ciudad cercana, famosa por su historia etrusca y romana, es una joya arqueológica que complementa perfectamente la visita a San Gimignano.
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