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Uno de los pueblos con más encanto de Andalucía se llena de velas esta semana: está en Cádiz y es precioso
De forma habitual Vejer de la Frontera ya es uno de los pueblos andaluces más bonitos, pero durante la Noche de las Velas su belleza alcanza niveles insospechados.
Andalucía, tierra de olivos y mares, de arte islámico y romano, de arte y de artistas. Un lugar en el que la arquitectura ha estado marcada por su ubicación estratégica entre dos continentes, que la llevaron a pasar siglos bajo el dominio musulmán. Y también por el calor insistente que la caracteriza durante buena parte del año y que explica por qué las casas encaladas son tan comunes en esta zona. Construcciones funcionales que han convertido los pueblos blancos de la región en uno de sus principales atractivos, como ocurre en Cádiz con Vejer de la Frontera.
A lo lejos, este municipio es una amalgama de casas blancas en lo alto de una colina. Cuando caminas por sus calles, las imponentes murallas de piedra y las altas torres de su casco histórico despuntan entre las demás construcciones. Sin embargo, hay un día en el que este paisaje, ya de por sí bonito, se transforma. Se trata de la Noche de las Velas, la más mágica de todo el año.
Así es la Noche de las Velas de Vejer de la Frontera
Encaramado a la ladera de una montaña, a 200 metros de altitud sobre el nivel del mar, el casco antiguo de Vejer de la Frontera permanece semioculto, tras sus murallas, a ojos de los extraños. La suya es el tipo de belleza que se tiene que mostrar en pequeñas dosis, porque, de lo contrario, corres el riesgo de quedar deslumbrado.
Y eso es precisamente lo que ocurre la noche del 31 de mayo, el día elegido para celebrar la X edición de la Noche de las Velas. Un momento en el que las luces se apagan y 18.000 velas iluminan el centro histórico, convirtiendo las calles estrechas en ríos de luz que serpentean, monte arriba, hasta perderse en la negrura del cielo estrellado.

Una suerte de encanto extraño se apodera del pueblo durante la jornada, como si el fuego trajese consigo aires mágicos. A la luz de las llamas anaranjadas, las fachadas blancas se pintan de amarillo, los balcones refulgen desde lo alto y las sombras de los vejeriegos se alargan y se retuercen, como espectros que bailan entre la luz.
Por si esto fuera poco, el sonido de los violines, los violonchelos y las guitarras del Trío Philomele, que pone música a la velada, rasgan el aire. Desde la Plazuela hasta la Corredera, pasando por rincones tan emblemáticos como la calle Judería, el Mesón de Ánimas o la Plaza de España, todo se viste con el fulgor de las velas en una de las noches más encantadoras del año.
Qué ver en el pueblo más bonito de Cádiz
Basta un paseo por las calles del centro para sentir que la visita a Vejer de la Frontera ha valido la pena, pues el verdadero encanto de esta localidad reside en la belleza del conjunto. No hay forma de hartarse de sus callejuelas empedradas, flanqueadas por macetas azules cuyas flores contrastan con el blanco de las paredes. Pero si quieres profundizar más en la historia y el patrimonio, tienes que visitar algunos de los puntos más destacados.
Para comprender el trazado actual, necesitamos remontarnos al siglo VIII, momento en el que los ejércitos musulmanes desembarcaron en su costa y dieron comienzo a una conquista que se extendería durante más de quinientos años. Fueron ellos quienes construyeron las murallas, aunque las actuales, reconstruidas tras numerosas batallas, datan de la época medieval.

En lo más alto del recinto amurallado encontramos el Castillo de Vejer: otro ejemplo de la arquitectura islámica, que fue erigido entre los siglos X y XI. Además de admirar las almenas, los arcos de herradura, el patio de armas y el aljibe del patio principal, desde sus torres se obtienen unas vistas espectaculares del casco antiguo.
Pero no creas que todos los puntos de interés tienen que ver con su pasado defensivo. Igual de bonita es la Plaza de España, presidida por la Fuente de los Pescaitos, con sus azulejos de estilo sevillano. Un lugar en el que las copas de las palmeras regalan un poco de sombra a los viandantes, y donde las flores de las buganvillas lo llenan todo de color.
Hay mucho más que ver. La Calle de Nuestra Señora de la Oliva, donde se oculta el Palacio del Marqués de Tamarón; la preciosa iglesia del Divino Salvador; la calle de los Arcos de las Monjas, famosa por ser el lugar más fotografiado de Vejer… Vayas donde vayas, te aseguramos que saldrás de aquí con una sonrisa y con un nombre más en tu lista de sitios a los que volver.