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Un paseo por la Granada de los Goya: atardeceres frente a la Alhambra, calles con historia y cármenes de lujo
Desde hace muchos años, Granada ha sido una ciudad ligada al arte, por lo que no es de extrañar que la 39ª edición de los Premios Goya vaya a celebrarse en su Palacio de Congresos y Exposiciones.
Entre picos nevados y calles empinadas, Granada se posiciona como uno de los mayores tesoros de Andalucía. Aquí no hay rincón que no tenga una fortaleza medieval, una casa señorial o una historia que contar. La ciudad donde los Reyes Católicos se hicieron con el dominio de España y quisieron ser enterrados, la que vio nacer y morir a García Lorca, se prepara para acoger la 39ª edición de los Premios Goya, que se celebrará el próximo 8 de febrero en el Palacio de Congresos y Exposiciones.
Durante las primeras semanas de febrero, la ciudad de la Alhambra se convertirá en la capital del cine. Las proyecciones de las películas nominadas se proyectarán una tras otra y las calles se llenarán de caras más y menos conocidas. Actores, directores y apasionados del cine se darán cita en esta preciosa ciudad histórica, que lleva siglos respirando arte por los cuatro costados.
Además, con motivo de la gran fiesta del cine español, será posible disfrutar de diversas exposiciones, como Andalucía en los Goya, que estará hasta el 9 de febrero en la Avenida de la Constitución, o La emoción de los Goya, hasta ese mismo día en la Carrera de la Virgen. El 7 de febrero, en el Teatro Isabel la Católica, se celebra el Encuentro con las nominadas a Mejor Película Iberoamericana, al que asistirán las directoras Maite Alberdi y Antonella Sudasassi.
Granada, una ciudad llena de arte
Hay algo en Granada, en el agua que baja por el río Darro o en la forma en la que el sol se cuela entre las torres de la Alhambra, que hace que el arte aflore. Los aromas de los cipreses y del jazmín que adorna los Cármenes son el caldo de cultivo perfecto para la inspiración. Aquí, poetas, pintores, escritores y músicos le han puesto letra, ritmo y color a los rincones de la ciudad, y quizás por eso hoy sus calles encandilan a todo el que pasea por ellas.
Federico García Lorca escribió largo y tendido sobre la ciudad en la que pasó buena parte de su vida. El poeta dedicó algún que otro verso a la Catedral de Granada, que con su planta circular y sus bóvedas nervadas se posiciona como una de las obras más importantes del Renacimiento español. Decía él que “la catedral ha dejado bronces que la brisa toma; El Genil duerme a sus bueyes y el Darro a sus mariposas”.

Es precisamente recorriendo la orilla del Darro como mejor se disfruta del centro histórico. Sobre su tenue cauce cruzan el Puente de Cabrera y el Puente de Espinosa, ambos construidos en el siglo XVI, y los puentes de las Chirimías y del Aljibillo. Por su ribera discurre el Paseo de los Tristes, que en su día fue transitado por cientos de cortejos fúnebres y que hoy día es una de las calles más emblemáticas de Granada.
Tómate tu tiempo para recorrer esta calle, que va desde el Palacio de la Real Chancillería hasta las agitadas terrazas que descansan a la sombra de la Alhambra, pasando por la iglesia de Santa Ana, pequeña y con reminiscencias mudéjares, la Casa de Zafra, ejemplo de vivienda nazarí que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1994, o el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada. Para terminar el paseo siéntate en una terraza, disfruta de las típicas tapas y déjate llevar por el rumor de las conversaciones, eterna melodía de esta ciudad.
Los atardeceres más bonitos de Granada
Construida en el siglo XIII, la Alhambra es una de las obras maestras de la arquitectura islámica y una de las paradas obligatorias en cualquier visita a Granada. No vamos a detenernos a describir sus intrincados arabescos, sus ricas estancias ni sus exuberantes jardines, porque nada de lo que digamos puede hacerle justicia a su espectacular belleza.
No obstante, la presencia de esta fortaleza es omnipresente en casi cualquier rincón de la ciudad y, si vas en busca de los mejores atardeceres, la silueta de la Alhambra se apodera de todos ellos. Desde el mirador de San Nicolás, el monumento se encaja entre los picos de Sierra Nevada, y el sol se introduce entre los resquicios, pintando la ciudad de los Reyes Católicos de naranjas y dorados.

Igual de impresionante y de conocido es el Mirador de San Cristóbal, ubicado en pleno barrio del Albaicín. Aquí la panorámica de la ciudad, vista desde aún más alto, quita la respiración. Las puestas de sol son más tranquilas aquí, desde las afueras, con la Catedral, el Albaicín, la Alhambra y el río a nuestros pies. A medida que la luz se deja ver entre las ramas de los cipreses, el lugar se tiñe de sombras, creando un claroscuro digno de las mejores pinturas.
A unos pocos minutos del centro histórico, pero desde una perspectiva absolutamente diferente, nos dejamos deleitar con las vistas que nos regala la Torre de Observación del Parque de las Ciencias de Andalucía. Con Sierra Nevada justo enfrente, da la impresión de que el sol lucha por derretir los montes nevados antes de abandonar del todo la ciudad, su arte y sus largos paseos al calor del astro rey.
TURIUM TIPS
Sin duda, uno de los mejores atardeceres de Granada es el que se disfruta desde el Mirador de la Vereda de Enmedio, en Sierra Nevada. Aunque está a las afueras de la ciudad, las vistas del Valle de Lecrín iluminado por la luz, cálida y tenue, harán que el viaje valga realmente la pena.
Si buscas un alojamiento que tenga ese toque granadino tan especial, te recomendamos alojarte en el Carmen de San Agustín, una villa de lujo en el Albaicín con vistas a la Alhambra, jardín de naranjos, piscina y pista de tenis.
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