Esta ruta de senderismo pasa por los tres pueblos más bonitos de la Alpujarra granadina: un edén a los pies de Sierra Nevada
Capileira es uno de los pueblos del barranco de Poqueira en la Alpujarra granadina. FOTO : TURISMO GRANADA.

Esta ruta de senderismo pasa por los tres pueblos más bonitos de la Alpujarra granadina: un edén a los pies de Sierra Nevada

Recorrer Pampaneira, Bubión y Capileira siempre es un lujo. Pero lo suyo es internarse a pie por estos tres pueblos del barranco de Poqueira en una ruta circular. Es una experiencia cien por cien alpujarreña. La otra Granada.

Ángeles Castillo | Diciembre 20, 2025

La Alpujarra granadina tienen todas las trazas de la tierra prometida. Alturas divinas, el agua clara que riega los paraísos y los pueblos blancos que desafían todos los vértigos y parecen salir, siguiendo con el símil, de algún relato bíblico. Pisar estas tierras donde los barrancos se vuelven abisales, las aldeas parecen remotas y las cumbres cobran la altura de los olimpos es una bendición.

Al escritor Gerald Brenan, del Círculo de Bloomsbury, como Virginia Woolf, a quien enamoró este pueblo de la Provenza, le causó tal impresión este rincón granadino que escribió: "Ya supe entonces que jamás había visto país más hermoso que aquella España". Y no solo eso, sino que se instaló en Yegen, pueblecito alpujarreño, en 1919. Pero nuestra ruta no pasa por allí, sino que se centra en el barranco que abre el río Poqueira y que pasa por los emblemáticos Pampaneira, Bubión y Capileira, proporcionando unas vistas espectaculares, trufadas de arquitectura tradicional.

Una ruta por Pampaneira, Bubión y Capileira

Esta ruta de senderismo, de 9,6 kilómetros, es circular, de dificultad moderada y se puede recorrer en unas tres o cuatro horas. Es verdad que la primavera y el otoño, como estaciones intermedias, suelen ser las más recomendables para hacerla. Pero el invierno ofrece su más característica estampa, así que habrá que ir bien preparados y ser precavidos con la nieve y el hielo. Los que no quieran pegarse la caminata pueden ir parando de pueblo en pueblo para recrearse en la vida alpujarreña, que sigue conservando su autenticidad y su amor a la vida lenta.

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Bubión es uno de los pueblos más bonitos de la Alpujarra granadina. FOTO: WIKIPEDIA/MATT BATCHELOR.

Una vez que la decisión sea echarse al monte, hay que plantarse en la plaza de la Libertad de Pampaneira, donde el punto de información del Espacio Natural de Sierra Nevada. Basta alejarse un poco del pueblo para verlo en toda su plenitud, con sus casas escalonadas, apoyándose una en otra y deslizándose por las laderas de estas montañas, a la manera del norte de África. Llaman enseguida la atención los terraos de ese material arcilloso llamado launa, así como las curiosas chimeneas y los tinaos, espacios techados entre una casa y la otra, para protegerse tanto del sol como de la lluvia (y poner flores).

Un paisaje cultural entre acequias y bancales

Lo que se ve alrededor no solo es un privilegiado paisaje natural, sino también cultural, en el más puro sentido de la palabra, el que apunta a cultivar. Así, el camino inicia su ascenso de manera suave entre bancales, terrazas que se extienden a ambos lados del barranco, trepando hasta los 2.000 metros incluso.

Un legado de los pobladores moriscos, a quienes les debemos una compleja red de acequias, bien conservadas, redundando además en beneficio no solo de la agricultura, sino del propio ecosistema. Despuntan los frutales, castaños y moreras, que nos trasladan a una época en que la Alpujarra jugó un papel clave en la industria de la seda.

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La iglesia de Nuestra Señora del Rosario y las típicas chimeneas en Bubión. FOTO: TURISMO GRANADA.

Se sube durante unos cuarenta y cinco minutos hasta llegar a las casas del barrio Hondo de Bubión, que es otro pueblo típicamente alpujarreño, que está igual que estuvo. La ruta lo atraviesa por su parte baja y pasa junto a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, una construcción mudéjar del XVI asomada al barranco, junto a la cual hay restos de un antiguo torreón nazarí.

Un mirador al barranco de Poqueira y el Mulhacén

Desde aquí, en dirección al polideportivo, hay que coger el camino, de unos dos kilómetros de subida, que va a Capileira, uno de los pueblos más bonitos de Andalucía, que pasa entre cortijos rehabilitados y bancales donde alzan sus copas cerezos, melocotoneros, perales y manzanos. Es el pueblo que más horas de sol recibe, luego el más luminoso. También hay que cruzarlo, y disfrutarlo, por sus estrechas calles con la idea de bajar al río y proseguir el itinerario.

En Capileira es donde están las Eras de Aldeire, un mirador que ofrece la que quizá sea una de las mejores panorámicas. Sin duda, otro de los regalos del camino, que baja en dirección al puente de Chiscar y nos lleva a la otra vertiente del barranco para regresar, en dirección sur, entre bancales y cortijos. Pronto tocará cruzar el barranco de Haza Redonda, otra vez los castaños, y subir hasta toparse con el de las Rosas y un bosquecillo de rascaviejas.

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Pampaneira es el pueblo del que sale la ruta del barranco de Poqueira. FOTO: WIKIPEDIA/MARK CHINNICK.

Nunca hay que dejar de mirar, y no solo hacia adelante, también hacia atrás. Por un lado, los pueblos escalonados del Poqueira. Por el otro, la cuenca alta del río con el Mulhacén, con sus 3.478 metros de altitud desafiantes, al fondo. Después saldrá al paso un soto, otro puente para salvar las aguas, el de la Higuerilla o del Molino, junto a las ruinas de un viejo molino, y la posibilidad de volver a Bubión o continuar hacia el punto de partida, Pampaneira, por la senda de la Atalaya y caminando junto al Molino de Plácido, hasta dar con el pueblo desde abajo. Solo el después es comparable a la emoción del principio.

TURIUM TIPS

Qué comer. Para coger fuerzas y entrar en calor, nada como entregarse en cuerpo y alma a la gastronomía de siempre. Es decir, a la sopa, las migas camperas, el choto cortijero, el puchero a la gitanilla o las gachas a lo pobre. También hay un plato alpujarreño, con papas a lo pobre, huevo frito, jamón, longaniza, morcilla y pimientos fritos.
En los alrededores. A siete kilómetros de Pampaneira, en Soportújar, se alza el Centro de Retiro Budista Osel Ling, orientado a la práctica de la meditación en soledad. Y no es solo para budistas, sino para "quienes necesiten una cura antiestrés, liberarse del mundanal ruido y reencontrarse consigo mismos". Cuenta con casitas de retiro individuales aisladas en la montaña y organiza cursos de meditación y filosofía budista intensivos.
Un imprescindible. Para conocer más la vida alpujarreña se puede visitar el Museo de Artes y Costumbres Populares Pedro Antonio de Alarcón, en un antiguo caserón de Capileira.
Dónde dormir. El hotel rural Estrella de las Nieves está en Pampaneira, responde al estilo arquitectónico tradicional y presume de construcción ecológica, comprometida con el entorno (desde 85 euros). La misma línea que sigue el alojamiento Finca Los Llanos, en Capileira, con biblioteca y chimenea (desde 60 euros).