Victor Wilhelmi
Victor Wilhelmi. FOTO : Daniel Schäefer Studio.

Victor Wilhelmi Director de la Clínica Buchinger Wilhelmi

“El ayuno es la terapia no farmacológica más prometedora del siglo XXI”

En un momento en el que las personas buscan nuevas formas de vivir mejor y de manera más consciente, destaca un espacio que cura, previene y transforma. Su método combina legado, ciencia, espiritualidad y conexión con la tierra.

Gonzalo Varela | Julio 30, 2025

La Clínica Buchinger Wilhelmi, en Marbella, es un oasis entregado a la salud física y mental de sus huéspedes, con el ayuno terapéutico como eje de sus programas de bienestar. Al frente del espacio se encuentra Victor Wilhelmi, que dirige, junto a su prima Katharina Rohrer, un equipo de más de 200 profesionales y que ha sabido conservar un legado de más de 100 años de historia y actualizarlo con lo último en innovación, sostenibilidad y tendencias gastro.

El wellbeing se ha convertido en uno de los motores del turismo nacional. ¿Habéis percibido un crecimiento de la demanda?

Sí, hemos notado que nuestros huéspedes llegan ahora mucho mejor informados y presentan un abanico mayor de perfiles, preventivos y curativos, y son más conscientes de lo que significa un envejecimiento feliz y saludable. Aquí les enseñamos a activar sus propias fuerzas de autorreparación.

¿Qué os diferencia del resto?

Nuestro método actúa tanto en lo físico como en lo espiritual y lo hemos ido perfeccionado de forma constante durante el último siglo. Contamos con el mejor personal y sabemos acompañar a los pacientes en el proceso de curación. Esto hace que el 70% de los huéspedes repitan la experiencia y nos describan como su happy place.

¿Cuál es el perfil de vuestros clientes?

Tenemos una clientela muy internacional, que viene aquí por mil razones distintas. Lo que une a estas personas es una profunda necesidad de reset en un entorno humano. Vivimos en un mundo en el que incluso las personas jóvenes asumen demasiada responsabilidad. Otros se acercan porque, debido a circunstancias externas, no pueden cuidarse como desearían.

¿Cómo os mantenéis fieles al legado de vuestro bisabuelo Otto, que abrió la primera clínica en Alemania en 1920?

Seguimos su método, porque el éxito y el bienestar que se sienten al terminar nos dan la razón. Ahora bien, desde los años 30 hemos añadido muchas terapias, mejorado la gastronomía y, junto con diseñadores y arquitectos internacionales, optimizado nuestras instalaciones. Preferimos hablar de evolución más que de revolución. Nuestros huéspedes fieles deben seguir reconociendo su Buchi.

¿Por qué os basáis en el ayuno?

Porque es la terapia no farmacológica más potente. Contamos con un departamento de investigación que colabora, entre otros, con Princeton; la Charité, en Berlín; y el King’s College, con resultados espectaculares. El ayuno es el gran regulador: los parámetros de laboratorio mejoran, el microbioma se reinicia, las toxinas ambientales se metabolizan y la mente se despeja. Con 7.000 huéspedes, lo tenemos muy probado y consideramos que nuestra responsabilidad es hacer que este método sea mucho más accesible.

¿Qué papel juega el acompañamiento emocional y psicológico?

Es decisivo, porque el cuerpo, en realidad, no pasa hambre, pero la mente sí. Por un lado, se dispone de tiempo para atravesar un proceso en un lugar concebido para ello; por otro, se es más receptivo a pensamientos que pueden cambiar la vida. Con un buen acompañamiento se consigue aquí a menudo lo que de otro modo costaría meses. Una gran parte de nuestros pacientes afirma que viene por motivos de salud, pero vuelve por la experiencia mental y emocional.

¿Cómo es vuestra relación con los productores locales, esenciales para la elaboración de los menús?

Para nosotros la salud comienza en la tierra. Por eso trabajamos muy de cerca con los agricultores, con los que compartimos filosofía, y a los que consideramos socios, no proveedores. Por dar un dato, el año pasado nuestra red produjo 220.000 kilos de frutas y verduras. El objetivo es elaborar la medicina más deliciosa del mundo. Nuestros especialistas en nutrición se encargan de la selección de ingredientes, que se producen de manera ecológica y son preparados para que resulten bocados exquisitos.

¿Qué relevancia tiene la sostenibilidad en la gestión de la clínica y los tratamientos?

Debemos tratar el cuerpo de modo que nos brinde salud hasta edades avanzadas. Y el mismo principio lo aplicamos también a la gestión de los recursos. Los pacientes nos ven como un modelo, así que debemos estar a la altura.

Si pudieras dar un consejo a alguien que quiere mejorar, ¿qué le dirías?

Hay que convertir la salud en un placer: comer sano es delicioso, hacer deporte es divertido, una mañana tras un buen sueño convierte el día en disfrute y todo ello, una buena condición física y emocional procura una vida más plena.